Interesada por la Geología, la minería y por el paso y la destrucción del tiempo, la colombiana Leyla Cárdenas (1975) presenta en la galería Max Estrella su tercera exposición individual, dedicada en esta ocasión a la estructura geológica de las islas Baleares, sus cuevas, sus canteras y sus castillos. Pues, lo que en principio nos presenta son imágenes editadas, reduplicadas e invertidas de las cuevas de Artá o de las canteras menorquinas de Ses Pedreres o incluso del castillo de Bellver, pero impresas sobre seda.Noticias relacionadas estandar Si CRÍTICA de: ‘The Show Must Go On’: El momento incisivo de Juan Carlos Martínez Nerea Ubieto estandar Si ARTE Un doble –y bien merecido– homenaje a Helga de Alvear Francisco CarpioLa transferencia de la foto sobre un tejido le interesa en principio como un modo de enfrentarse a la creciente desmaterialización de la imagen, a causa de la inteligencia artificial, los teléfonos móviles, las pantallas gigantes o las creaciones digitales de computadora. Pero además, Cárdenas imprime sus fotografías sobre tejidos tensados, deshaciendo parte de su trama. La imagen se convierte así en un velo, a medias entre lo visible y lo invisible, y a medias también entre lo acabado y lo que está en proceso. Lacan dijo que la función del velo es la de hacer de pantalla, sobre la que se muestra o se proyecta lo que se oculta. Y decía también que el velo le es más necesario al hombre que la realidad. Servirse así de velos de seda parcialmente destramados para hablar de la desmaterialización de las imágenes desvela y revelar finalmente su carácter ilusorio.Pero tejer y destejer era también la tarea infinita asumida por Penélope, esperando el retorno de Odiseo. Además, el tejido mantiene una relación privilegiada con el texto, como si tejer y escribir consistieran en una misma cosa. Y de este modo la bella exposición de Leyla Cárdenas se vuelve por un lado una sugerente meditación sobre la historia y sobre la experiencia del tiempo, a la vez que una brillante lección acerca de las disputadas relaciones entre la imagen y el texto. Tejer y destejer la imagen se convierte así en una nueva reflexión sobre las relaciones entre pintura y poesía.Fue Simónides de Ceos el primero en afirmar que la pintura es poesía muda y que la poesía, por su parte, es una pintura que habla. Partiendo de esa afirmación, el poeta romano Horacio defendió que «tal como la pintura, así es también la poesía», inaugurando con ello una larga historia de disputas acerca del carácter literario de las imágenes. Todavía Lyotard seguía manteniendo aquella vieja discusión sobre el carácter textual de las imágenes, cuando publicó su ‘Discurso/Figura’.Leyla Cárdenas ‘Posibles bifurcaciones’. Galería Max Estrella. Madrid. C/ Santo Tomé, 3. Hasta el 18 de julio. Cuatro estrellas.Leyla Cárdenas no solo experimenta con las imágenes y su materialidad, insistiendo en el fondo mineral de sus representaciones, sino que, al tejerlas y destejerlas, las pone en el telar del tiempo y las obliga a bailar entre el texto y el tejido. Interesada por la Geología, la minería y por el paso y la destrucción del tiempo, la colombiana Leyla Cárdenas (1975) presenta en la galería Max Estrella su tercera exposición individual, dedicada en esta ocasión a la estructura geológica de las islas Baleares, sus cuevas, sus canteras y sus castillos. Pues, lo que en principio nos presenta son imágenes editadas, reduplicadas e invertidas de las cuevas de Artá o de las canteras menorquinas de Ses Pedreres o incluso del castillo de Bellver, pero impresas sobre seda.Noticias relacionadas estandar Si CRÍTICA de: ‘The Show Must Go On’: El momento incisivo de Juan Carlos Martínez Nerea Ubieto estandar Si ARTE Un doble –y bien merecido– homenaje a Helga de Alvear Francisco CarpioLa transferencia de la foto sobre un tejido le interesa en principio como un modo de enfrentarse a la creciente desmaterialización de la imagen, a causa de la inteligencia artificial, los teléfonos móviles, las pantallas gigantes o las creaciones digitales de computadora. Pero además, Cárdenas imprime sus fotografías sobre tejidos tensados, deshaciendo parte de su trama. La imagen se convierte así en un velo, a medias entre lo visible y lo invisible, y a medias también entre lo acabado y lo que está en proceso. Lacan dijo que la función del velo es la de hacer de pantalla, sobre la que se muestra o se proyecta lo que se oculta. Y decía también que el velo le es más necesario al hombre que la realidad. Servirse así de velos de seda parcialmente destramados para hablar de la desmaterialización de las imágenes desvela y revelar finalmente su carácter ilusorio.Pero tejer y destejer era también la tarea infinita asumida por Penélope, esperando el retorno de Odiseo. Además, el tejido mantiene una relación privilegiada con el texto, como si tejer y escribir consistieran en una misma cosa. Y de este modo la bella exposición de Leyla Cárdenas se vuelve por un lado una sugerente meditación sobre la historia y sobre la experiencia del tiempo, a la vez que una brillante lección acerca de las disputadas relaciones entre la imagen y el texto. Tejer y destejer la imagen se convierte así en una nueva reflexión sobre las relaciones entre pintura y poesía.Fue Simónides de Ceos el primero en afirmar que la pintura es poesía muda y que la poesía, por su parte, es una pintura que habla. Partiendo de esa afirmación, el poeta romano Horacio defendió que «tal como la pintura, así es también la poesía», inaugurando con ello una larga historia de disputas acerca del carácter literario de las imágenes. Todavía Lyotard seguía manteniendo aquella vieja discusión sobre el carácter textual de las imágenes, cuando publicó su ‘Discurso/Figura’.Leyla Cárdenas ‘Posibles bifurcaciones’. Galería Max Estrella. Madrid. C/ Santo Tomé, 3. Hasta el 18 de julio. Cuatro estrellas.Leyla Cárdenas no solo experimenta con las imágenes y su materialidad, insistiendo en el fondo mineral de sus representaciones, sino que, al tejerlas y destejerlas, las pone en el telar del tiempo y las obliga a bailar entre el texto y el tejido.
CRÍTICA DE:
Madrid
Nueva entrada de la creadora colombiana en la galería Max Estrella, donde reflexiona sobre la desmaterialización de la imagen
Interesada por la Geología, la minería y por el paso y la destrucción del tiempo, la colombiana Leyla Cárdenas (1975) presenta en la galería Max Estrella su tercera exposición individual, dedicada en esta ocasión a la estructura geológica de las islas Baleares, sus … cuevas, sus canteras y sus castillos. Pues, lo que en principio nos presenta son imágenes editadas, reduplicadas e invertidas de las cuevas de Artá o de las canteras menorquinas de Ses Pedreres o incluso del castillo de Bellver, pero impresas sobre seda.
La transferencia de la foto sobre un tejido le interesa en principio como un modo de enfrentarse a la creciente desmaterialización de la imagen, a causa de la inteligencia artificial, los teléfonos móviles, las pantallas gigantes o las creaciones digitales de computadora. Pero además, Cárdenas imprime sus fotografías sobre tejidos tensados, deshaciendo parte de su trama. La imagen se convierte así en un velo, a medias entre lo visible y lo invisible, y a medias también entre lo acabado y lo que está en proceso.
Lacan dijo que la función del velo es la de hacer de pantalla, sobre la que se muestra o se proyecta lo que se oculta. Y decía también que el velo le es más necesario al hombre que la realidad. Servirse así de velos de seda parcialmente destramados para hablar de la desmaterialización de las imágenes desvela y revelar finalmente su carácter ilusorio.
Pero tejer y destejer era también la tarea infinita asumida por Penélope, esperando el retorno de Odiseo. Además, el tejido mantiene una relación privilegiada con el texto, como si tejer y escribir consistieran en una misma cosa. Y de este modo la bella exposición de Leyla Cárdenas se vuelve por un lado una sugerente meditación sobre la historia y sobre la experiencia del tiempo, a la vez que una brillante lección acerca de las disputadas relaciones entre la imagen y el texto. Tejer y destejer la imagen se convierte así en una nueva reflexión sobre las relaciones entre pintura y poesía.
Fue Simónides de Ceos el primero en afirmar que la pintura es poesía muda y que la poesía, por su parte, es una pintura que habla. Partiendo de esa afirmación, el poeta romano Horacio defendió que «tal como la pintura, así es también la poesía», inaugurando con ello una larga historia de disputas acerca del carácter literario de las imágenes. Todavía Lyotard seguía manteniendo aquella vieja discusión sobre el carácter textual de las imágenes, cuando publicó su ‘Discurso/Figura’.
Leyla Cárdenas
‘Posibles bifurcaciones’. Galería Max Estrella. Madrid. C/ Santo Tomé, 3. Hasta el 18 de julio. Cuatro estrellas.
Leyla Cárdenas no solo experimenta con las imágenes y su materialidad, insistiendo en el fondo mineral de sus representaciones, sino que, al tejerlas y destejerlas, las pone en el telar del tiempo y las obliga a bailar entre el texto y el tejido.
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