Como es costumbre durante este Mundial de Clubes, el himno de Estados Unidos tronó por la megafonía una hora antes del inicio del encuentro. Los hormigonados graderíos del MetLife Stadium de Nueva Jersey también estaban vacíos como ha sucedido en todos los recintos cada vez que llegaba el significado momento. No concuerda ese horario para la exaltación del patriotismo norteamericano con los usos y el way of life del aficionado estadounidense cuando asiste a un espectáculo deportivo. Una hora antes lo que se estila son ríos de cervezas y refrescos y toneladas de comida rápida. Los amplios y diáfanos vomitorios eran un hervidero de camisetas blancas. La historia y el pedigrí es lo único que no se puede vender y traspasar en el mercadeo del negocio del fútbol. Se impuso el Madrid en la grada y fue arrasado en la hierba por el PSG en menos de media hora.
El entrenador del Real Madrid hace un balance constructivo tras la eliminación del Madrid a manos del PSG
El entrenador del Real Madrid hace un balance constructivo tras la eliminación del Madrid a manos del PSG

Como es costumbre durante este Mundial de Clubes, el himno de Estados Unidos tronó por la megafonía una hora antes del inicio del encuentro. Los hormigonados graderíos del MetLife Stadium de Nueva Jersey también estaban vacíos como ha sucedido en todos los recintos cada vez que llegaba el significado momento. No concuerda ese horario para la exaltación del patriotismo norteamericano con los usos y el way of life del aficionado estadounidense cuando asiste a un espectáculo deportivo. Una hora antes lo que se estila son ríos de cervezas y refrescos y toneladas de comida rápida. Los amplios y diáfanos vomitorios eran un hervidero de camisetas blancas. La historia y el pedigrí es lo único que no se puede vender y traspasar en el mercadeo del negocio del fútbol. Se impuso el Madrid en la grada y fue arrasado en la hierba por el PSG en menos de media hora.

PSG
PSG
4
Fabián 5′, 23′,
Ousmane Dembélé 8′,
Goncalo Ramos 87′

Real Madrid
RMA
“La pena ha sido el 3-0 antes del descanso, porque podíamos estar en el partido con 2-0. Ellos están a un nivel bueno y nosotros empezamos. Hay mucho margen de mejora. Hoy duele, hay que ser autocríticos, pero también nos puede servir este partido de guía para ver lo que necesitamos mejorar”, admitió Xabi Alonso.
Los problemas de tráfico en un túnel provocaron que el autobús de la expedición blanca se retrasara en 15 minutos. El inicio del duelo se postergó otro tanto. El Madrid llegó tarde a todo. No estuvo a la hora en el estadio y tampoco en el partido. Ni la alineación de Kylian Mbappé pareció insuflarle la energía que se necesita para combatir la máquina de apisonar en la que Luis Enrique ha convertido al PSG. Mbappé dejó rápido de tener el foco que acaparaba. Comprobó en directo lo mismo que Luis Enrique pretendió hacer con él, aunque pronto se dio cuenta de que no sería posible. Con Mbappé, esa presión que es distintiva y ganadora no era factible de realizarse. Con Dembélé sí. Puede que este sea el triunfo de un nuevo rico ante el club con más lustre del mundo, pero también es la victoria de una idea colectiva por encima de las peculiaridades de cualquier jugador, aunque se llame Mbappé. “Queríamos hacer un partido trabajado, pero esos 10 primeros minutos lo han impedido. El partido es el final de esta temporada, no el inicio de la próxima. Ha habido cosas positivas, nos vamos mejor equipo y nos servirá para empezar”.
Para cuando el excelso Fabián y Dembélé aprovecharon las concesiones de Asencio y Rüdiger para marcar distancias desde el principio, Courtois ya había hecho tres paradas antológicas.
Los errores de los dos centrales que alineó Xabi Alonso fueron groseros. No hay nada peor para un defensa que no acertar a golpear la pelota en un despeje o en un control. A Asencio le sucedió lo primero y a Rüdiger lo segundo. Carnaza fácil para Fabián y Dembélé. El volante sevillano remachó el intento de Courtois de evitar que Dembélé le desbordara en el mano a mano. Y el extremo le mandó una curvita tocada y rasa al meta belga cuando este se vio citado con él por la pifia de Rüdiger.
Luis Enrique celebró con efusividad cada tanto de su equipo mientras Xabi Alonso se comía la hierba con su mirada gacha. Vinicius, brazos en jarra, maldecía bajo la canícula y el silencio gradual que fue apagando el fervor de su mayoritaria hinchada. Estos asistieron a un nuevo episodio del periodo hegemónico al que apunta al PSG tras haberse coronado ya como campeón de Europa. Desde la tunda al Inter de Milán en la final de la Champions de Múnich, el equipo de Luis Enrique solo ha sucumbido ante el Botafogo (1-0) en la campanada que tanto perjudicó al Atlético de Madrid.
En Pasadena, los futbolistas de Simeone fueron los primeros en comprobar (4-0) el poderío del nuevo cacique del fútbol mundial. Lo siguieron el Seattle Sounders (2-0), Inter de Miami (4-0), Bayern (2-0) y Real Madrid (4-0). Salvo en el encuentro con el campeón alemán, que es el único que le ha discutido al PSG la posesión por ser mejor en la recuperación de la pelota durante varios tramos, el resto de equipos no le han aguantado un asalto. El PSG es Mike Tyson.
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Sobre la firma

Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.
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