Adolescencia y pop, los ejes de la primera jornada del Cruïlla

Agotador comportarse de manera educada en la primera jornada del Cruïlla. En el Fórum todo el personal lucía camisetas en las que decía “gracias por hacerlo otra vez”, y las ganas de responder “de nada” se evaporaban al comprobar que no habría fin al agradecimiento. Ambiente de celebración en el recinto, 15 años en el Fórum, antes hubo cinco ediciones en Mataró pero aunque se compartía la palabra Cruïlla se trataba de otra iniciativa. Banderolas con la imagen de alguno de los artistas más populares que han pasado por el festival ondeaban al aire y un ambiente jovial que en gran medida lo expandían las adolescentes y preadolescentes que ya se agolpaban a primera hora frente al escenario donde horas más tarde, cinco y media exactamente, actuaría su estrella, Gracie Abrams. Y quiso la casualidad que el color corporativo del festival, el amarillo, coincidiese con el que las fans lucían en lazos y complementos para mostrar su adhesión a su cantante favorita. Sería la encargada de cerrar la jornada en la que la organización esperaba convocar a unas 20.000 personas.

El cielo era menos vistoso a primeras horas, gris con hebras blancuzcas y un viento que movía nubes en configuración variable. En la tierra las fans sólo necesitaban a Gracie para tocar ese cielo. Pero el escenario lo abría Gavina MP3, probablemente un artista para ellas desconocido al que sin embargo aplaudían entregadas. Jordi Herreruela, director del festival que allí estaba presenciando el primer concierto de la jornada lo explicaba “hemos montado un sistema para que tuviesen un número que les garantizase lugar cerca de escenario sin que tuviesen que estar aquí desde la mañana, y de paso hemos hecho un poco de pedagogía para que valoren a los artistas que actúan antes de Gracie”. Y funcionó, pues Gavina cantaba Bulería y ellas aplaudían, igual que Angelet, en especial cuando salió Xicu al escenario como invitado, e hicieron el limpiaparabrisas en La nit era vermella y celebraron que Gavina estrenase formación con 2 guitarras, bajo, batería y teclados lejos de sus modelos más digitales. El pop electrónico de querencias urbanas y voz autotuneada de Gavina no pudo encontrar mejor acogida, hasta el punto que tras el último tema, Sota el cel, las fans de Gracie hasta corearon su nombre como pidiendo un bis. El mundo es intenso a los 15 años.

El resto de la tarde pasó de igual manera, con las fans esperando mientras en otros escenarios actuaban Maria Hein, cuya propuesta elegante y pausada tuvo bastante menos público que el pop-rock de corte convencional de la madrileña Samuraï, quien alternaba piezas briosas, como la inicial Corazón quemado o Mechero, palabra que no suena a título de canción, con baladas que invitaban a pasear por el recinto, con sus grafiteros iniciando sus dibujos, una marching band que hacía una versión de Around The World de Daft Punk y los recolectores de vasos usados que retornaban los dos euros por ellos pagados sin soportar colas disuasorias que invitan a guardarlos como souvenir casi forzado. Como que Girl in Red actuó en el mismo escenario que Gracie, tuvo el mismo comportamiento empático del público que Gavina MP3.

Cierto es que un grupo de fans seguían jugando a las cartas, ni al póker ni al mus, sino con unas barajas muy coloristas que denotaban tierna ingenuidad, pero desde el escenario ni se veían. El logo del festival, una suerte de Smiley pero con los ojos en forma de tiritas cruzadas, sonreía desde las esquinas y en las banderolas, aunque fue cuestión de que Gracie, a todo esto hija del productor y guionista JJ Abrams, iniciase su actuación con Risk para que las sonrisas ya brillasen frente al escenario. El paraíso estaba en la tierra y tendría forma durante 15 temas hasta que Close To You lo convirtiese en feliz recuerdo tras hora y diez minutos de actuación. El Cruïlla comenzó en clave de pop y de adolescencia efervescente. El público es el alma de los conciertos.