En la esquina del amarmolado hall de la Trump Tower relucía lustroso el trofeo del Mundial de Clubes por el que este noche (21.00, Dazn) se enfrentan el PSG, vigente campeón de la Champions League, y el Chelsea, ganador de la última Conference League. El fútbol acampado en las entrañas de uno de los símbolos arquitectónicos del neoliberalismo económico. La copa, una bola del mundo bañada en oro sobre la que orbitan dos anillos que se cruzan entre sí, también concordaba con la opulencia del torneo. El botín para el ganador será de unos 105 millones de euros.
El atractivo juego del equipo de Luis Enrique busca coronarse ante el Chelsea como campeón del primer Mundial de Clubes con el presidente estadounidense en el palco de honor
En la esquina del amarmolado hall de la Trump Tower relucía lustroso el trofeo del Mundial de Clubes por el que este noche (21.00, Dazn) se enfrentan el PSG, vigente campeón de la Champions League, y el Chelsea, ganador de la última Conference League. El fútbol acampado en las entrañas de uno de los símbolos arquitectónicos del neoliberalismo económico. La copa, una bola del mundo bañada en oro sobre la que orbitan dos anillos que se cruzan entre sí, también concordaba con la opulencia del torneo. El botín para el ganador será de unos 105 millones de euros.
A la izquierda de la ostentosa presea y escoltado por Kaká, Del Piero, Baggio, Ronaldo Nazario, Stoitchkov y Cambiasso, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, defendió el éxito del torneo y confirmó la presencia de Donald Trump en la final de esta noche. “La primera vez que estuve en la Casa Blanca miré por la ventana y en el jardín había una portería de fútbol. Trump me ha dicho que le gusta, también a su pareja y a sus hijos. Es el presidente de EE UU, el país sede de este Mundial y uno de los tres organizadores del próximo Mundial [junto a Canadá y México] de selecciones. Quiero dar las gracias al Gobierno y a los Estados. Será fantástico tener al presidente en el partido”, festejó Infantino. Infantino defendió la implicación de Trump en los grupos de trabajo de este Mundial de Clubes y en el próximo de selecciones de 2030. La Administración Trump acaba de aprobar un proyecto de ley por el que las once ciudades sede se repartirán 625 millones de dólares para financiar la seguridad de la Copa del Mundo en territorio estadounidense. La inyección ha sido un balón de oxigeno para el comité organizador norteamericano.
Llegada la hora de hablar de fútbol y de la final, Ronaldo Nazario tomó la palabra. El astro brasileño apostó por el PSG y se rindió al demoledor y ofensivo estilo de juego impuesto por Luis Enrique: “Para mí el PSG es el favorito, hacen un fútbol muy atractivo”. Hay un consenso generalizado de que la obra del preparador asturiano es excelsa en defensa y en ataque. Hay continuas referencias al PSG como un equipo que ha consumado el fútbol total que pregonaron el Ajax de Johan Cruyff y la Naranja Mecánica en los primeros años 70 del siglo pasado. La presión agresiva cuando el rival tiene el balón y el revolucionario todos juegan de todo son características imbricadas al PSG,
El propio Luis Enrique expuso como ejemplo la polifuncionalidad de Achraf Hakimi para ocupar distintos espacios al suyo originario, el lateral derecho. “Haki tiene libertad, Haki no es un lateral. Haki, cuando tenemos el balón, puede ser un delantero centro, un extremo, un mediapunta o un pivote. Cuando no tenemos el balón es un lateral que presiona alto, pero también tiene trabajo defensivo”, explica Luis Enrique.
“Nos encanta la movilidad y eso implica la ocupación de espacios, el equipo se nutre muy bien de la calidad y de las virtudes que tienen todos los jugadores, especialmente nuestros laterales”, matiza el técnico gijonés. El hegemónico estilo de juego del PSG y cómo contrarrestarlo fue objeto de debate el viernes entre los analistas del torneo contratados por la FIFA.
“Tiene jugadores muy técnicos por dentro y explosivos por fuera. Todos pueden regatear, hacer unos contra uno. Su capacidad para retar y provocar es muy grande, tanto presionando sin balón como atacando con él”, explica Arséne Wenger. “Cuando analizo al PSG, no encuentro muchas debilidades. Es un conjunto que defiende como bloque y ataca como bloque. Todos pueden recibir, todos pueden driblar. ¿Es algo que no hayamos visto antes? No. ¿Es algo difícil de lograr? Absolutamente”, matiza Roberto Martínez.
Se buscan antídotos para contrarrestar el dominio sobre el juego y sobre sus rivales que ejerce el PSG. “Puedes ir a buscarles o jugar replegado, nadie defiende ya en bloque medio”, apunta Wenger. Jürgen Klinsmann apuesta por la fórmula que utilizó el Bayern, el único equipo que le ha discutido la posesión del balón al PSG porque durante el primero tiempo se impuso en la batalla de presionar y robar el balón en campo contrario. “El Bayern fue mejor durante varios tramos del partido aceptando el uno contra uno en todo el campo. El problema de este sistema es que cuando un solo jugador no presiona, ya no vale. Como exdelantero sería un gusto jugar en este PSG porque al recuperar tan arriba uno está muy cerca siempre de la portería contraria”. advierte Klinsmann.
La vía del Bayern es la que parece dispuesto a explotar el Chelsea con su técnico Enzo Maresca a la cabeza. “Somos un equipo al que nos gusta mantener el balón. A ellos también. A ellos les gusta presionar arriba. Nosotros hacemos lo mismo… Creo que va a ser un partido en el que habrá poco proceso de pases porque el otro equipo quiere presionar. Tengo la sensación de que va a ser más un partido de atacar, atacar, atacar…”, vaticina el técnico italiano.
“Me gusta mucho el ajedrez”, prosigue Maresca, “veo muchas cosas similares al fútbol y creo que a nivel táctico cada partido tiene movimientos no de ajedrez, pero sí que yo considero importantes. Si el rival hace algo, yo inmediatamente intento hacer otra cosa. ¿Si este partido tiene algo de ajedrez? Por supuesto. ¿Si va a ser un partido de ajedrez muy difícil? Por supuesto, pero vamos a intentar disputarlo”, advierte Maresca.
Luis Enrique no se fía del Chelsea porque advierte una mejoría desde que Maresca se hizo cargo del equipo el curso pasado. “Para mí, el mayor logro de esta temporada es que justo hace un año nadie hablaba de fútbol cuando hablaba del Chelsea. Todo lo que se hablaba del Chelsea era que tenía un equipo muy grande, mucho dinero, este tipo de cosas. Ahora nadie habla de esto. Ahora cuando se habla del Chelsea se habla de cómo jugamos, de cómo ganamos partidos. Personalmente, para mí este el mayor logro”, reivindicó Maresca.
Luis Enrique resta importancia al aluvión de loas que ahora recaen sobre su figura y sobre el PSG. “El mejor elogio que hemos escuchado es a algún compañero, jugador o entrenador, diciendo que le gusta ver al PSG. Queremos ofrecer algo atractivo para los aficionados al fútbol y en general al deporte”, defiende un técnico que puede llevar a sus futbolistas a conquistar su quinto título en este curso que acaba hoy con la final del Mundial de Clubes. “He acertado mucho más en épocas en la que no ganaba y me habéis criticado [la prensa] a muerte. Sigo cometiendo muchos errores. Pero ya sabemos cómo es esto, el resultado es el resultado, y acepto el juego, no pasa nada”, proclama el preparador gijonés.
Con permiso del Chelsea, esta noche, el citado y admirado fútbol total que el PSG despliega puede coronarse en el Metlife de Nueva Jersey bajo la atenta mirada de Donald Trump. Como siempre, la pelota en la hierba y el negocio y la política en los palcos de honor.
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