Marius Borg Høiby (28 años) vuelve a estar en foco mediático. A la espera de su juicio, previsto para febrero de 2026, el hijo de la Princesa Mette-Marit se ha visto envuelto en un nuevo escándalo que salpica a la imagen de la Familia Real. Según ha revelado el diario ‘Dagbladet’, el joven habría pertenecido a un grupo de WhatsApp en el que participaban varias personas vinculadas con el atentado en Oslo en 2022. «Es una gran vulnerabilidad que alguien que quiere dañar a Noruega, alguien que quiere dañar a la sociedad occidental, se acerque tanto a la realeza«, declaró al citado medio el profesor sueco Magnus Ranstorp, director de investigación de la Academia de Defensa de Estocolmo y uno de los expertos más reputados en terrorismo e islamismo extremo.TE RECOMENDAMOS El Príncipe Lorenzo de Bélgica y su hijo secreto, Clément: un selfie sella su nueva relación Daniella Bejarano Emmanuel Macron y la actriz Golshifteh Farahani, protagonistas de una supuesta historia de amor Juan Pedro QuiñoneroSegún la investigación, Borg habría coincidido en fiestas con un hombre de 49 años, natural de Lørenskog, cuya identidad no se ha hecho pública pero que aparece en fotografías junto a él, incluso hay una en la que el hijastro del Príncipe Haakon hace una peineta a la cámara. Lo inquietante de esta relación no es solo el largo historial criminal del acompañante, quien ha sido condenado por narcotráfico y señalado como líder de una red de anfetaminas, sino también sus vínculos con dos nombres que resuenan con fuerza en la memoria reciente de Noruega: Zaniar Matapour y Arfan Qadeer Bhatti .El primero fue condenado a 30 años de prisión por el ataque contra el Orgullo LGTBI en el centro de Oslo en junio de 2022, un atentado que dejó dos muertos y decenas de heridos . El segundo, acusado de complicidad en ese mismo acto terrorista, declaró la semana pasada ante el Tribunal de Distrito de Oslo.GTRESEl polémico chat de WhatsAppLa conexión entre Borg y este entorno radical aparece en un grupo de WhatsApp bautizado como ‘Matglede og kvalitetstid’ («Alegría de la comida y tiempo de calidad», en español), en el que estaban Matapour, Bhatti y otros dos colaboradores, uno de ellos precisamente el hombre vinculado al hijastro de la princesa. En este chat, según detalló Bhatti en su testimonio, se debatía sobre asuntos como la identidad de género y la educación en guarderías, un tema que, según la policía, podría haber alimentado la motivación de odio detrás del atentado.Esta noticia vuelve a poner en el centro de la polémica a Marius, quien arrastra un extenso expediente judicial . En la traslación de cargos que maneja la justicia noruega, el hijo de Mette-Marit está acusado de un cargo por violación con coito, dos por violación sin coito, cuatro por comportamiento sexual ofensivo, un cargo por abuso en relaciones cercanas, dos por lesiones, uno por daños, otro por amenazas, cinco violaciones de una orden de alejamiento, un cargo por abuso sexual a una agente de policía y cinco infracciones de tráfico. En total, hasta 28 imputaciones y entre 15 y 20 víctimas implicadas.GTRESEl joven ha negado los delitos más graves , en especial los relacionados con violación, aunque la policía insiste en que ha colaborado en la investigación. La Casa Real, como viene siendo habitual, ha declinado pronunciarse sobre las revelaciones en torno a sus amistades y sus posibles derivaciones para la imagen de la institución.Con esta nueva conexión sobre la mesa, la situación de Marius empeora. El vínculo, aunque indirecto, con un grupo de chat en el que participaron los protagonistas del atentado más reciente en la historia de Oslo, convierte al joven en una figura todavía más incómoda para la monarquía noruega. Marius Borg Høiby (28 años) vuelve a estar en foco mediático. A la espera de su juicio, previsto para febrero de 2026, el hijo de la Princesa Mette-Marit se ha visto envuelto en un nuevo escándalo que salpica a la imagen de la Familia Real. Según ha revelado el diario ‘Dagbladet’, el joven habría pertenecido a un grupo de WhatsApp en el que participaban varias personas vinculadas con el atentado en Oslo en 2022. «Es una gran vulnerabilidad que alguien que quiere dañar a Noruega, alguien que quiere dañar a la sociedad occidental, se acerque tanto a la realeza«, declaró al citado medio el profesor sueco Magnus Ranstorp, director de investigación de la Academia de Defensa de Estocolmo y uno de los expertos más reputados en terrorismo e islamismo extremo.TE RECOMENDAMOS El Príncipe Lorenzo de Bélgica y su hijo secreto, Clément: un selfie sella su nueva relación Daniella Bejarano Emmanuel Macron y la actriz Golshifteh Farahani, protagonistas de una supuesta historia de amor Juan Pedro QuiñoneroSegún la investigación, Borg habría coincidido en fiestas con un hombre de 49 años, natural de Lørenskog, cuya identidad no se ha hecho pública pero que aparece en fotografías junto a él, incluso hay una en la que el hijastro del Príncipe Haakon hace una peineta a la cámara. Lo inquietante de esta relación no es solo el largo historial criminal del acompañante, quien ha sido condenado por narcotráfico y señalado como líder de una red de anfetaminas, sino también sus vínculos con dos nombres que resuenan con fuerza en la memoria reciente de Noruega: Zaniar Matapour y Arfan Qadeer Bhatti .El primero fue condenado a 30 años de prisión por el ataque contra el Orgullo LGTBI en el centro de Oslo en junio de 2022, un atentado que dejó dos muertos y decenas de heridos . El segundo, acusado de complicidad en ese mismo acto terrorista, declaró la semana pasada ante el Tribunal de Distrito de Oslo.GTRESEl polémico chat de WhatsAppLa conexión entre Borg y este entorno radical aparece en un grupo de WhatsApp bautizado como ‘Matglede og kvalitetstid’ («Alegría de la comida y tiempo de calidad», en español), en el que estaban Matapour, Bhatti y otros dos colaboradores, uno de ellos precisamente el hombre vinculado al hijastro de la princesa. En este chat, según detalló Bhatti en su testimonio, se debatía sobre asuntos como la identidad de género y la educación en guarderías, un tema que, según la policía, podría haber alimentado la motivación de odio detrás del atentado.Esta noticia vuelve a poner en el centro de la polémica a Marius, quien arrastra un extenso expediente judicial . En la traslación de cargos que maneja la justicia noruega, el hijo de Mette-Marit está acusado de un cargo por violación con coito, dos por violación sin coito, cuatro por comportamiento sexual ofensivo, un cargo por abuso en relaciones cercanas, dos por lesiones, uno por daños, otro por amenazas, cinco violaciones de una orden de alejamiento, un cargo por abuso sexual a una agente de policía y cinco infracciones de tráfico. En total, hasta 28 imputaciones y entre 15 y 20 víctimas implicadas.GTRESEl joven ha negado los delitos más graves , en especial los relacionados con violación, aunque la policía insiste en que ha colaborado en la investigación. La Casa Real, como viene siendo habitual, ha declinado pronunciarse sobre las revelaciones en torno a sus amistades y sus posibles derivaciones para la imagen de la institución.Con esta nueva conexión sobre la mesa, la situación de Marius empeora. El vínculo, aunque indirecto, con un grupo de chat en el que participaron los protagonistas del atentado más reciente en la historia de Oslo, convierte al joven en una figura todavía más incómoda para la monarquía noruega.
El hijastro del Príncipe Haakon habría compartido fiestas con un narcotraficante de Lørenskog que formaba parte de un grupo de WhatsApp con los responsables del ataque en Oslo en 2022
Marius Borg Høiby (28 años) vuelve a estar en foco mediático. A la espera de su juicio, previsto para febrero de 2026, el hijo de la Princesa Mette-Marit se ha visto envuelto en un nuevo escándalo que salpica a la imagen de la Familia Real. Según ha revelado el diario ‘Dagbladet’, el joven habría pertenecido a un grupo de WhatsApp en el que participaban varias personas vinculadas con el atentado en Oslo en 2022.
«Es una gran vulnerabilidad que alguien que quiere dañar a Noruega, alguien que quiere dañar a la sociedad occidental, se acerque tanto a la realeza«, declaró al citado medio el profesor sueco Magnus Ranstorp, director de investigación de la Academia de Defensa de Estocolmo y uno de los expertos más reputados en terrorismo e islamismo extremo.
Según la investigación, Borg habría coincidido en fiestas con un hombre de 49 años, natural de Lørenskog, cuya identidad no se ha hecho pública pero que aparece en fotografías junto a él, incluso hay una en la que el hijastro del Príncipe Haakon hace una peineta a la cámara. Lo inquietante de esta relación no es solo el largo historial criminal del acompañante, quien ha sido condenado por narcotráfico y señalado como líder de una red de anfetaminas, sino también sus vínculos con dos nombres que resuenan con fuerza en la memoria reciente de Noruega: Zaniar Matapour y Arfan Qadeer Bhatti.
El primero fue condenado a 30 años de prisión por el ataque contra el Orgullo LGTBI en el centro de Oslo en junio de 2022, un atentado que dejó dos muertos y decenas de heridos. El segundo, acusado de complicidad en ese mismo acto terrorista, declaró la semana pasada ante el Tribunal de Distrito de Oslo.
El polémico chat de WhatsApp
La conexión entre Borg y este entorno radical aparece en un grupo de WhatsApp bautizado como ‘Matglede og kvalitetstid’ («Alegría de la comida y tiempo de calidad», en español), en el que estaban Matapour, Bhatti y otros dos colaboradores, uno de ellos precisamente el hombre vinculado al hijastro de la princesa. En este chat, según detalló Bhatti en su testimonio, se debatía sobre asuntos como la identidad de género y la educación en guarderías, un tema que, según la policía, podría haber alimentado la motivación de odio detrás del atentado.
Esta noticia vuelve a poner en el centro de la polémica a Marius, quien arrastra un extenso expediente judicial. En la traslación de cargos que maneja la justicia noruega, el hijo de Mette-Marit está acusado de un cargo por violación con coito, dos por violación sin coito, cuatro por comportamiento sexual ofensivo, un cargo por abuso en relaciones cercanas, dos por lesiones, uno por daños, otro por amenazas, cinco violaciones de una orden de alejamiento, un cargo por abuso sexual a una agente de policía y cinco infracciones de tráfico. En total, hasta 28 imputaciones y entre 15 y 20 víctimas implicadas.
El joven ha negado los delitos más graves, en especial los relacionados con violación, aunque la policía insiste en que ha colaborado en la investigación. La Casa Real, como viene siendo habitual, ha declinado pronunciarse sobre las revelaciones en torno a sus amistades y sus posibles derivaciones para la imagen de la institución.
Con esta nueva conexión sobre la mesa, la situación de Marius empeora. El vínculo, aunque indirecto, con un grupo de chat en el que participaron los protagonistas del atentado más reciente en la historia de Oslo, convierte al joven en una figura todavía más incómoda para la monarquía noruega.
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