Las bienales de arte contemporáneo se han multiplicado en las últimas décadas. En un panorama cada vez más saturado, estos eventos se ven obligados a construir una marca propia que les permita diferenciarse y mantener su reputación dentro del circuito internacional. La singularidad de BienalSur reside en su ambiciosa escala transnacional: en su quinta edición, se despliega en 140 sedes distribuidas en 78 ciudades de 34 países. Bajo el lema de ser «la mayor plataforma cultural del mundo», propone una cartografía alternativa frente a los modelos centralizados que –de Venecia a São Paulo, de La Habana a Pontevedra – han definido históricamente este tipo de acontecimientos.Noticias relacionadas estandar Si Arte La mano que mece la cuna en la Bienal de Pontevedra María Peña Lombao estandar Si Los arquitectos se visten de superhéroes contra el apocalipsis climático en la Bienal de Venecia Fredy MassadEn línea con esa estrategia de descentralización, BienalSur aspira a diferenciarse de lo que muchas bienales han terminado por representar: instrumentos al servicio del turismo, la inversión o la promoción institucional de las ciudades. Nacida en 2015 en el seno de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Argentina), se presenta como un proyecto colaborativo, concebido desde el diálogo con los agentes locales y sensible a la especificidad de cada contexto. Su director, Aníbal Jozami, ha declarado que la bienal «apunta a trascender las demandas de mercado», una aspiración que entra en tensión con las dinámicas estructurales del sistema del arte global, condicionado por galerías y coleccionistas que ven en las bienales un ámbito idóneo para legitimar y posicionar firmas.Sin ser previsibleA esta tensión –más programática que efectiva– entre voluntad transformadora y condicionamientos mercantiles, se suma otra: sostener una posición crítica sin caer en fórmulas previsibles y en una estética de la denuncia que el propio sistema ya espera y valida. Esta cuestión atraviesa buena parte de la programación de BienalSur, cuyo discurso se estructura en torno a cinco ejes –un mundo más justo, disidencias y disonancias, devenir territorio, modos de habitar, memoria y reescrituras– que reactivan, con variaciones, los grandes temas del arte político global: justicia climática, cuerpos desplazados, relatos silenciados, identidades disidentes. El intento de redefinir el formato bienal convive así con la reiteración de un vocabulario curatorial que funciona como repertorio institucionalizado del arte crítico homologado.El lanzamiento oficial de BienalSur 2025 tuvo lugar el 2 de junio en la sede de la UNESCO en París, con la participación del artista italiano Michelangelo Pistoletto –figura central del arte povera–, designado padrino de esta edición. El recorrido inaugural comenzó en Bogotá, con exposiciones en el Museo de Arte Moderno (MAMBO) y en el Museo del Banco de la República. Desde allí, la bienal despliega su cartografía expansiva hacia Asia, Europa, África y Oceanía, con nuevos focos de activación como el Instituto Cervantes de Shanghái. A la red global se han incorporado este año países como China, Canadá, Hungría, Mozambique, Noruega, Panamá, Polonia, Sudáfrica y Timor Oriental.España vuelve a ocupar un lugar destacado. A las ya habituales sedes de Madrid y Málaga se suman ahora Irún, Santiago de Compostela y Cádiz. El primer proyecto en abrir al público ha sido ‘Resistencia’, una muestra de vídeo-arte sudamericano, inaugurada el 9 de julio en el Museo Reina Sofía. Reúne obras de Sebastián Díaz Morales, Voluspa Jarpa, Clemente Padín y Graciela Sacco, entre otros, y podrá verse hasta el 1 de septiembre en el cine del edificio Sabatini, con dos formatos de visionado: un recorrido en el vestíbulo, con piezas breves, y una programación en sala, con proyecciones de mayor duración.En imágenes. De arriba abajo, tres de las propuestas de la muestra de vídeo de la bienal en el Museo Reina Sofía: ‘Miles marchan’ (2018-2021), de Sebastián Díaz Morales; ‘Ficciones de tierra caliente’, de Francisca Jiménez Ortegate; y ‘Llena de esperanza, Condena’ (2002-2003), de Silvia Ribas ABCTambién en la capital, la Semana BienalSur –prevista para finales de noviembre– activará nuevas sedes y propuestas. En el Museo Nacional de Artes Decorativas se presentará ‘Let’s Play’, una exposición que explora el juego como metáfora de la vida, con obras de Marta Minujín, Erwin Wurm, Glenda León y Fikret Atay, que intervienen la colección del museo desde una perspectiva lúdica y, por supuesto, crítica. En CentroCentro tendrá lugar un ciclo de conversaciones articulado en torno a dos ejes: uno sobre el legado colonial de América Latina y otro sobre la arquitectura como experiencia expandida del cuerpo. Participarán, entre otros, Gabriela Bettini, Cristina Lucas, Valeria Maculan y Fabián Ramos.En Málaga, el Centro Pompidou acogerá después del verano un nuevo capítulo de ‘Interferencias intersticiales’, una muestra que altera el recorrido habitual del museo mediante obras que irrumpen en su narrativa. En la Casa Natal de Picasso, el ilustrador y animador argentino Miguel Repiso (REP) presentará una serie de vídeos animados que reinterpretan la vida doméstica de la familia Picasso, instalados en los espacios de tránsito entre salas. En septiembre, el CGAC presentará ‘Cuerpos en transformación’, un ciclo de proyecciones que reúne obras de diez artistas centroamericanas –entre ellas Donna Conlon, María Adela Díaz, Sandra Monterroso y Ela Spalding –, que exploran prácticas performáticas en las que el cuerpo se activa frente a experiencias como la migración, la violencia doméstica o la maternidad.En octubre, el Museo Oiasso de Irún presentará una exposición fruto de una residencia artística entre esta ciudad y Buenos Aires. Las obras, firmadas por creadoras como Itziar Okariz o Pamela Diamante, exploran la piedra como material simbólico desde el que pensar la memoria, la transformación y una arqueología del presente.Bienal Sur 2025 Quinta edición. Director: Aníbal Jozami. Distintos emplazamientos. Hasta diciembre. Cuatro estrellas.El recorrido español culmina en Cádiz, donde el Centro Cultural Unicaja acogerá en noviembre ‘Animismo concreto’, una intervención del artista argentino Camilo Guinot realizada con residuos de poda. Con ella, se invitará al público a reflexionar sobre la vida de los objetos y la presencia de lo natural en el paisaje urbano. Las bienales de arte contemporáneo se han multiplicado en las últimas décadas. En un panorama cada vez más saturado, estos eventos se ven obligados a construir una marca propia que les permita diferenciarse y mantener su reputación dentro del circuito internacional. La singularidad de BienalSur reside en su ambiciosa escala transnacional: en su quinta edición, se despliega en 140 sedes distribuidas en 78 ciudades de 34 países. Bajo el lema de ser «la mayor plataforma cultural del mundo», propone una cartografía alternativa frente a los modelos centralizados que –de Venecia a São Paulo, de La Habana a Pontevedra – han definido históricamente este tipo de acontecimientos.Noticias relacionadas estandar Si Arte La mano que mece la cuna en la Bienal de Pontevedra María Peña Lombao estandar Si Los arquitectos se visten de superhéroes contra el apocalipsis climático en la Bienal de Venecia Fredy MassadEn línea con esa estrategia de descentralización, BienalSur aspira a diferenciarse de lo que muchas bienales han terminado por representar: instrumentos al servicio del turismo, la inversión o la promoción institucional de las ciudades. Nacida en 2015 en el seno de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Argentina), se presenta como un proyecto colaborativo, concebido desde el diálogo con los agentes locales y sensible a la especificidad de cada contexto. Su director, Aníbal Jozami, ha declarado que la bienal «apunta a trascender las demandas de mercado», una aspiración que entra en tensión con las dinámicas estructurales del sistema del arte global, condicionado por galerías y coleccionistas que ven en las bienales un ámbito idóneo para legitimar y posicionar firmas.Sin ser previsibleA esta tensión –más programática que efectiva– entre voluntad transformadora y condicionamientos mercantiles, se suma otra: sostener una posición crítica sin caer en fórmulas previsibles y en una estética de la denuncia que el propio sistema ya espera y valida. Esta cuestión atraviesa buena parte de la programación de BienalSur, cuyo discurso se estructura en torno a cinco ejes –un mundo más justo, disidencias y disonancias, devenir territorio, modos de habitar, memoria y reescrituras– que reactivan, con variaciones, los grandes temas del arte político global: justicia climática, cuerpos desplazados, relatos silenciados, identidades disidentes. El intento de redefinir el formato bienal convive así con la reiteración de un vocabulario curatorial que funciona como repertorio institucionalizado del arte crítico homologado.El lanzamiento oficial de BienalSur 2025 tuvo lugar el 2 de junio en la sede de la UNESCO en París, con la participación del artista italiano Michelangelo Pistoletto –figura central del arte povera–, designado padrino de esta edición. El recorrido inaugural comenzó en Bogotá, con exposiciones en el Museo de Arte Moderno (MAMBO) y en el Museo del Banco de la República. Desde allí, la bienal despliega su cartografía expansiva hacia Asia, Europa, África y Oceanía, con nuevos focos de activación como el Instituto Cervantes de Shanghái. A la red global se han incorporado este año países como China, Canadá, Hungría, Mozambique, Noruega, Panamá, Polonia, Sudáfrica y Timor Oriental.España vuelve a ocupar un lugar destacado. A las ya habituales sedes de Madrid y Málaga se suman ahora Irún, Santiago de Compostela y Cádiz. El primer proyecto en abrir al público ha sido ‘Resistencia’, una muestra de vídeo-arte sudamericano, inaugurada el 9 de julio en el Museo Reina Sofía. Reúne obras de Sebastián Díaz Morales, Voluspa Jarpa, Clemente Padín y Graciela Sacco, entre otros, y podrá verse hasta el 1 de septiembre en el cine del edificio Sabatini, con dos formatos de visionado: un recorrido en el vestíbulo, con piezas breves, y una programación en sala, con proyecciones de mayor duración.En imágenes. De arriba abajo, tres de las propuestas de la muestra de vídeo de la bienal en el Museo Reina Sofía: ‘Miles marchan’ (2018-2021), de Sebastián Díaz Morales; ‘Ficciones de tierra caliente’, de Francisca Jiménez Ortegate; y ‘Llena de esperanza, Condena’ (2002-2003), de Silvia Ribas ABCTambién en la capital, la Semana BienalSur –prevista para finales de noviembre– activará nuevas sedes y propuestas. En el Museo Nacional de Artes Decorativas se presentará ‘Let’s Play’, una exposición que explora el juego como metáfora de la vida, con obras de Marta Minujín, Erwin Wurm, Glenda León y Fikret Atay, que intervienen la colección del museo desde una perspectiva lúdica y, por supuesto, crítica. En CentroCentro tendrá lugar un ciclo de conversaciones articulado en torno a dos ejes: uno sobre el legado colonial de América Latina y otro sobre la arquitectura como experiencia expandida del cuerpo. Participarán, entre otros, Gabriela Bettini, Cristina Lucas, Valeria Maculan y Fabián Ramos.En Málaga, el Centro Pompidou acogerá después del verano un nuevo capítulo de ‘Interferencias intersticiales’, una muestra que altera el recorrido habitual del museo mediante obras que irrumpen en su narrativa. En la Casa Natal de Picasso, el ilustrador y animador argentino Miguel Repiso (REP) presentará una serie de vídeos animados que reinterpretan la vida doméstica de la familia Picasso, instalados en los espacios de tránsito entre salas. En septiembre, el CGAC presentará ‘Cuerpos en transformación’, un ciclo de proyecciones que reúne obras de diez artistas centroamericanas –entre ellas Donna Conlon, María Adela Díaz, Sandra Monterroso y Ela Spalding –, que exploran prácticas performáticas en las que el cuerpo se activa frente a experiencias como la migración, la violencia doméstica o la maternidad.En octubre, el Museo Oiasso de Irún presentará una exposición fruto de una residencia artística entre esta ciudad y Buenos Aires. Las obras, firmadas por creadoras como Itziar Okariz o Pamela Diamante, exploran la piedra como material simbólico desde el que pensar la memoria, la transformación y una arqueología del presente.Bienal Sur 2025 Quinta edición. Director: Aníbal Jozami. Distintos emplazamientos. Hasta diciembre. Cuatro estrellas.El recorrido español culmina en Cádiz, donde el Centro Cultural Unicaja acogerá en noviembre ‘Animismo concreto’, una intervención del artista argentino Camilo Guinot realizada con residuos de poda. Con ella, se invitará al público a reflexionar sobre la vida de los objetos y la presencia de lo natural en el paisaje urbano.
Las bienales de arte contemporáneo se han multiplicado en las últimas décadas. En un panorama cada vez más saturado, estos eventos se ven obligados a construir una marca propia que les permita diferenciarse y mantener su reputación dentro del circuito internacional.
La singularidad de … BienalSur reside en su ambiciosa escala transnacional: en su quinta edición, se despliega en 140 sedes distribuidas en 78 ciudades de 34 países. Bajo el lema de ser «la mayor plataforma cultural del mundo», propone una cartografía alternativa frente a los modelos centralizados que –de Venecia a São Paulo, de La Habana a Pontevedra– han definido históricamente este tipo de acontecimientos.
En línea con esa estrategia de descentralización, BienalSur aspira a diferenciarse de lo que muchas bienales han terminado por representar: instrumentos al servicio del turismo, la inversión o la promoción institucional de las ciudades. Nacida en 2015 en el seno de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Argentina), se presenta como un proyecto colaborativo, concebido desde el diálogo con los agentes locales y sensible a la especificidad de cada contexto.
Su director, Aníbal Jozami, ha declarado que la bienal «apunta a trascender las demandas de mercado», una aspiración que entra en tensión con las dinámicas estructurales del sistema del arte global, condicionado por galerías y coleccionistas que ven en las bienales un ámbito idóneo para legitimar y posicionar firmas.
Sin ser previsible
A esta tensión –más programática que efectiva– entre voluntad transformadora y condicionamientos mercantiles, se suma otra: sostener una posición crítica sin caer en fórmulas previsibles y en una estética de la denuncia que el propio sistema ya espera y valida. Esta cuestión atraviesa buena parte de la programación de BienalSur, cuyo discurso se estructura en torno a cinco ejes –un mundo más justo, disidencias y disonancias, devenir territorio, modos de habitar, memoria y reescrituras– que reactivan, con variaciones, los grandes temas del arte político global: justicia climática, cuerpos desplazados, relatos silenciados, identidades disidentes. El intento de redefinir el formato bienal convive así con la reiteración de un vocabulario curatorial que funciona como repertorio institucionalizado del arte crítico homologado.
El lanzamiento oficial de BienalSur 2025 tuvo lugar el 2 de junio en la sede de la UNESCO en París, con la participación del artista italiano Michelangelo Pistoletto –figura central del arte povera–, designado padrino de esta edición. El recorrido inaugural comenzó en Bogotá, con exposiciones en el Museo de Arte Moderno (MAMBO) y en el Museo del Banco de la República. Desde allí, la bienal despliega su cartografía expansiva hacia Asia, Europa, África y Oceanía, con nuevos focos de activación como el Instituto Cervantes de Shanghái. A la red global se han incorporado este año países como China, Canadá, Hungría, Mozambique, Noruega, Panamá, Polonia, Sudáfrica y Timor Oriental.
España vuelve a ocupar un lugar destacado. A las ya habituales sedes de Madrid y Málaga se suman ahora Irún, Santiago de Compostela y Cádiz. El primer proyecto en abrir al público ha sido ‘Resistencia’, una muestra de vídeo-arte sudamericano, inaugurada el 9 de julio en el Museo Reina Sofía. Reúne obras de Sebastián Díaz Morales, Voluspa Jarpa, Clemente Padín y Graciela Sacco, entre otros, y podrá verse hasta el 1 de septiembre en el cine del edificio Sabatini, con dos formatos de visionado: un recorrido en el vestíbulo, con piezas breves, y una programación en sala, con proyecciones de mayor duración.



De arriba abajo, tres de las propuestas de la muestra de vídeo de la bienal en el Museo Reina Sofía: ‘Miles marchan’ (2018-2021), de Sebastián Díaz Morales; ‘Ficciones de tierra caliente’, de Francisca Jiménez Ortegate; y ‘Llena de esperanza, Condena’ (2002-2003), de Silvia Ribas
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También en la capital, la Semana BienalSur –prevista para finales de noviembre– activará nuevas sedes y propuestas. En el Museo Nacional de Artes Decorativas se presentará ‘Let’s Play’, una exposición que explora el juego como metáfora de la vida, con obras de Marta Minujín, Erwin Wurm, Glenda León y Fikret Atay, que intervienen la colección del museo desde una perspectiva lúdica y, por supuesto, crítica. En CentroCentro tendrá lugar un ciclo de conversaciones articulado en torno a dos ejes: uno sobre el legado colonial de América Latina y otro sobre la arquitectura como experiencia expandida del cuerpo. Participarán, entre otros, Gabriela Bettini, Cristina Lucas, Valeria Maculan y Fabián Ramos.
En Málaga, el Centro Pompidou acogerá después del verano un nuevo capítulo de ‘Interferencias intersticiales’, una muestra que altera el recorrido habitual del museo mediante obras que irrumpen en su narrativa. En la Casa Natal de Picasso, el ilustrador y animador argentino Miguel Repiso (REP) presentará una serie de vídeos animados que reinterpretan la vida doméstica de la familia Picasso, instalados en los espacios de tránsito entre salas.
En septiembre, el CGAC presentará ‘Cuerpos en transformación’, un ciclo de proyecciones que reúne obras de diez artistas centroamericanas –entre ellas Donna Conlon, María Adela Díaz, Sandra Monterroso y Ela Spalding–, que exploran prácticas performáticas en las que el cuerpo se activa frente a experiencias como la migración, la violencia doméstica o la maternidad.
En octubre, el Museo Oiasso de Irún presentará una exposición fruto de una residencia artística entre esta ciudad y Buenos Aires. Las obras, firmadas por creadoras como Itziar Okariz o Pamela Diamante, exploran la piedra como material simbólico desde el que pensar la memoria, la transformación y una arqueología del presente.
Bienal Sur 2025
Quinta edición. Director: Aníbal Jozami. Distintos emplazamientos. Hasta diciembre. Cuatro estrellas.
El recorrido español culmina en Cádiz, donde el Centro Cultural Unicaja acogerá en noviembre ‘Animismo concreto’, una intervención del artista argentino Camilo Guinot realizada con residuos de poda. Con ella, se invitará al público a reflexionar sobre la vida de los objetos y la presencia de lo natural en el paisaje urbano.
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