Crítica de teatro ‘Blaubeeren’ Texto Moisés Kaufman y Amanda Gronich Dirección Sergio Peris-Mencheta Escenografía Alessio Meloni Vestuario Elda Noriega Iluminación Pedro Yagüe Composición musical Joan Miquel Pérez Sonido Benigno Moreno Audiovisuales Emilio Valenzuela Intérpretes Clara Alvarado, Víctor Clavijo, Eric de Loizaga, Nacho López, Irene Maquieira, Natxo Núñez, Maria Pascual, Paloma Porcel Lugar Teatros del Canal, Madrid 4El teatro documental ha experimentado un notable auge en nuestro país en la última década; sirvan como ejemplo títulos como ‘ Jauría ‘, ‘ Prostitución ‘ o ‘ El triángulo azul’ . Esta última hablaba de los españoles en el campo de concentración de Mauthausen, y en otro de los escenarios del horror nazi, Auschwitz. El álbum de fotos de Karl Hocker , un oficial que retrató la vida en el campo donde fueron exterminadas aproximadamente millón y medio de personas sin que apareciera en las fotografías ningún prisionero, es el hilo del que tiran Moisés Kaufman y Amanda Gronich , los autores de ‘Blaubeeren’ (el título original es ‘Here there are blueberries’) para componer un texto desgarrador por la frialdad -y la aparente asepsia- con que se expone la historia; ese álbum también es el principal protagonista de la obra.Sergio Peris-Mencheta , adaptador y director de la función -que ha puesto en pie al tiempo que batallaba con el cáncer- ha confesado que uno de los temas que le obsesionan es la memoria, y que a través de esta historia busca al mismo tiempo rendir justicia y homenaje. Desde el punto de vista teatral, ‘Blaubeeren’ (arándanos, una fruta que simboliza la banalidad que refleja el texto) es una obra complicada. Es precisamente ese despojo de toda emoción, esa devastadora naturalidad que refleja el álbum de fotos y que horroriza al espectador de hoy en día, conocedor de la realidad que no se muestra en ellas, lo que le otorga la emoción a la función, en la que no se buscan más recursos para tocar la fibra sensible del espectador; pero el escenario no es un laboratorio, y Peris-Mencheta acentúa el carácter de thriller que ya tiene el texto y le da sensorialidad con las gotas musicales que esparce para lograr un espectáculo conmovedor y de alguna manera exigente para el público. Y mucho, también, para los intérpretes (actores y músicos al tiempo), convertidos en meras máscaras y que consiguen, desde un buscado hieratismo, trasladar todo el horror que cuenta la historia. Crítica de teatro ‘Blaubeeren’ Texto Moisés Kaufman y Amanda Gronich Dirección Sergio Peris-Mencheta Escenografía Alessio Meloni Vestuario Elda Noriega Iluminación Pedro Yagüe Composición musical Joan Miquel Pérez Sonido Benigno Moreno Audiovisuales Emilio Valenzuela Intérpretes Clara Alvarado, Víctor Clavijo, Eric de Loizaga, Nacho López, Irene Maquieira, Natxo Núñez, Maria Pascual, Paloma Porcel Lugar Teatros del Canal, Madrid 4El teatro documental ha experimentado un notable auge en nuestro país en la última década; sirvan como ejemplo títulos como ‘ Jauría ‘, ‘ Prostitución ‘ o ‘ El triángulo azul’ . Esta última hablaba de los españoles en el campo de concentración de Mauthausen, y en otro de los escenarios del horror nazi, Auschwitz. El álbum de fotos de Karl Hocker , un oficial que retrató la vida en el campo donde fueron exterminadas aproximadamente millón y medio de personas sin que apareciera en las fotografías ningún prisionero, es el hilo del que tiran Moisés Kaufman y Amanda Gronich , los autores de ‘Blaubeeren’ (el título original es ‘Here there are blueberries’) para componer un texto desgarrador por la frialdad -y la aparente asepsia- con que se expone la historia; ese álbum también es el principal protagonista de la obra.Sergio Peris-Mencheta , adaptador y director de la función -que ha puesto en pie al tiempo que batallaba con el cáncer- ha confesado que uno de los temas que le obsesionan es la memoria, y que a través de esta historia busca al mismo tiempo rendir justicia y homenaje. Desde el punto de vista teatral, ‘Blaubeeren’ (arándanos, una fruta que simboliza la banalidad que refleja el texto) es una obra complicada. Es precisamente ese despojo de toda emoción, esa devastadora naturalidad que refleja el álbum de fotos y que horroriza al espectador de hoy en día, conocedor de la realidad que no se muestra en ellas, lo que le otorga la emoción a la función, en la que no se buscan más recursos para tocar la fibra sensible del espectador; pero el escenario no es un laboratorio, y Peris-Mencheta acentúa el carácter de thriller que ya tiene el texto y le da sensorialidad con las gotas musicales que esparce para lograr un espectáculo conmovedor y de alguna manera exigente para el público. Y mucho, también, para los intérpretes (actores y músicos al tiempo), convertidos en meras máscaras y que consiguen, desde un buscado hieratismo, trasladar todo el horror que cuenta la historia.
Crítica de teatro
Sergio Peris-Mencheta dirige en los Teatros del Canal esta obra documental sobre el Holocausto
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Texto
Moisés Kaufman y Amanda Gronich -
Dirección
Sergio Peris-Mencheta -
Escenografía
Alessio Meloni -
Vestuario
Elda Noriega -
Iluminación
Pedro Yagüe -
Composición musical
Joan Miquel Pérez -
Sonido
Benigno Moreno -
Audiovisuales
Emilio Valenzuela -
Intérpretes
Clara Alvarado, Víctor Clavijo, Eric de Loizaga, Nacho López, Irene Maquieira, Natxo Núñez, Maria Pascual, Paloma Porcel -
Lugar
Teatros del Canal, Madrid
El teatro documental ha experimentado un notable auge en nuestro país en la última década; sirvan como ejemplo títulos como ‘Jauría‘, ‘Prostitución‘ o ‘El triángulo azul’. Esta última hablaba de los españoles en el campo de concentración de Mauthausen, y en otro … de los escenarios del horror nazi, Auschwitz. El álbum de fotos de Karl Hocker, un oficial que retrató la vida en el campo donde fueron exterminadas aproximadamente millón y medio de personas sin que apareciera en las fotografías ningún prisionero, es el hilo del que tiran Moisés Kaufman y Amanda Gronich, los autores de ‘Blaubeeren’ (el título original es ‘Here there are blueberries’) para componer un texto desgarrador por la frialdad -y la aparente asepsia- con que se expone la historia; ese álbum también es el principal protagonista de la obra.
Sergio Peris-Mencheta, adaptador y director de la función -que ha puesto en pie al tiempo que batallaba con el cáncer- ha confesado que uno de los temas que le obsesionan es la memoria, y que a través de esta historia busca al mismo tiempo rendir justicia y homenaje. Desde el punto de vista teatral, ‘Blaubeeren’ (arándanos, una fruta que simboliza la banalidad que refleja el texto) es una obra complicada. Es precisamente ese despojo de toda emoción, esa devastadora naturalidad que refleja el álbum de fotos y que horroriza al espectador de hoy en día, conocedor de la realidad que no se muestra en ellas, lo que le otorga la emoción a la función, en la que no se buscan más recursos para tocar la fibra sensible del espectador; pero el escenario no es un laboratorio, y Peris-Mencheta acentúa el carácter de thriller que ya tiene el texto y le da sensorialidad con las gotas musicales que esparce para lograr un espectáculo conmovedor y de alguna manera exigente para el público. Y mucho, también, para los intérpretes (actores y músicos al tiempo), convertidos en meras máscaras y que consiguen, desde un buscado hieratismo, trasladar todo el horror que cuenta la historia.
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