La ampliación de la tregua arancelaria que ha aprobado Estados Unidos hasta el 1 de agosto no ha sido recibida con especial alivio en Bruselas. Tampoco con temor. Simplemente, muchos en la Unión Europea quieren acabar cuanto antes con la incertidumbre de la guerra comercial. “Estados Unidos ha ampliado el plazo para la imposición de aranceles. No obstante, las negociaciones continúan a nivel político y técnico para impulsar un principio de acuerdo antes de esa fecha”, ha señalado este martes el comisario de Economía, Valdis Dombrovskis, al acabar la reunión de ministros de Finanzas de la UE. Las palabras del letón son más concretas que las del titular de Comercio, Maros Sefcovic, que ha asegurado ante el Parlamento Europeo que su equipo trabaja “a fondo” para alcanzar ese principio de pacto.
Varios Estados miembros buscan un pacto rápido, a pesar de la tregua de tres semanas anunciada por Trump, para acabar con la incertidumbre en la economía
Varios Estados miembros buscan un pacto rápido, a pesar de la tregua de tres semanas anunciada por Trump, para acabar con la incertidumbre en la economía


La ampliación de la tregua arancelaria que ha aprobado Estados Unidos hasta el 1 de agosto no ha sido recibida con especial alivio en Bruselas. Tampoco con temor. Simplemente, muchos en la Unión Europea quieren acabar cuanto antes con la incertidumbre de la guerra comercial. “Estados Unidos ha ampliado el plazo para la imposición de aranceles. No obstante, las negociaciones continúan a nivel político y técnico para impulsar un principio de acuerdo antes de esa fecha”, ha señalado este martes el comisario de Economía, Valdis Dombrovskis, al acabar la reunión de ministros de Finanzas de la UE. Las palabras del letón son más concretas que las del titular de Comercio, Maros Sefcovic, que ha asegurado ante el Parlamento Europeo que su equipo trabaja “a fondo” para alcanzar ese principio de pacto.
Dombrovskis y Sefcovic son dos de los comisarios más cercanos a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, un detalle a tener en cuenta en un Colegio de Comisarios diseñado para que la alemana tenga la última palabra en todo. No obstante, lo dicho por el titular de Economía está en consonancia con el anhelo de varios Estados miembros, que quieren poner fin a la incertidumbre —porque condiciona la toma de decisiones en las empresas— y conjurar el riesgo de una escalada que eleve más de lo que ya están los aranceles para los productos exportados a EE UU (un 10% general, 25% para automóviles y componentes; y un 50% para el acero y el aluminio).
Esa es la tensión (y la duda) con la que vive ahora Bruselas y las demás capitales. Y se aprecia en las declaraciones públicas de sus responsables gubernamentales. Por ejemplo, el ministro portugués de Finanzas, Joaquim Miranda Sarmento, abogó el lunes por “acabar con la incertidumbre”, lo que implícitamente lleva la petición de suscribir el acuerdo comercial cuanto antes, aunque sea desequilibrado para los intereses europeos. Algo similar vienen a reclamar países como Alemania, Bélgica o Hungría, todos ellos con un gran peso de la industria del automóvil, que está presionando ante la incógnita de que ese 25% de aranceles que sufre el sector desde marzo sea definitivo e incluso pueda subir más.
España también apuesta por el acuerdo, aunque no pone énfasis en sus declaraciones públicas en el papel de la incertidumbre. “Creo que estamos llegando [a un acuerdo]. No es una negociación fácil. Siempre es difícil enfocar todos los detalles, incluyendo por supuesto las negociaciones sobre sectores específicos como el automóvil y el aluminio”, ha explicado el ministro de Economía y Comercio, Carlos Cuerpo, en una entrevista en la televisión estadounidense CNBC.
Y en esa dicotomía en la que se mueve el Ejecutivo comunitario también empiezan a asomar partidarios de la idea de que, si la situación se prolonga, tal vez sea el momento de empezar a plantearse sacar del cajón la respuesta congelada en abril de aranceles adicionales a productos estadounidenses por unos 20.000 millones. El argumento es que, mientras pasa el tiempo, la subida de los derechos aduaneros afecta a las empresas europeas, mientras siguen sin sufrirla las estadounidenses.
Entre tanto, en la capital comunitaria se suceden las reuniones de coordinación. El lunes a última hora, el comisario Sefcovic se vio con los representantes permanentes de los Estados miembros, a los que dio cuenta de cómo van las negociaciones. Fue en este foro en el que cundió la decepción el viernes de la semana pasada, cuando conocieron el estado de las conversaciones a la vuelta de Washington del comisario y los equipos técnicos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Añadir usuarioContinuar leyendo aquí
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
Flecha
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos
Más información
Archivado En
Feed MRSS-S Noticias