Dos detenidos en Alicante por intentar atracar en carretera a un comercial que acababa de cobrar 30.000 euros

Un comercial murciano especializado en maquinaria de hostelería sufrió en octubre un intento de atraco tras cerrar la venta de una máquina de fabricación de helados en Crevillent (Alicante, 30.585 habitantes), una localidad cercana a Elche. Por la transacción, había percibido 30.000 euros de manos de un intermediario que actuaba en nombre de un empresario extranjero. En el camino de Crevillent a su domicilio, recibió el impacto de otro vehículo que circulaba detrás del suyo. Detuvo el coche pensando que se trataba de un accidente, pero el otro vehículo le adelantó para cerrarle el paso y de su interior salieron varias personas que intentaron atracarles. El comercial, que viajaba con su mujer, logró escapar y denunció los hechos. Tras meses de investigación, la Policía Nacional ha informado de la detención del intermediario de la operación, supuesto autor intelectual del robo frustrado, y de uno de sus cómplices, como presuntos autores de un delito de robo con violencia e intimidación en grado de tentativa. La operación ha sido llevada a cabo por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Comisaría de Elche.

El vendedor y su mujer, según fuentes policiales, tras comprobar que habían escapado del acoso de los atracadores, se dirigieron a la comisaría con una de las ventanillas traseras del coche destrozada por los asaltantes. Según estas fuentes, no sabían cuántas personas les habían cortado el paso y les habían intentado atracar. Les pareció ver que uno de ellos portaba un arma de fuego, aunque no se mostraron del todo seguros —la supuesta arma no ha aparecido—. No obstante, sí comentaron los detalles de la transacción comercial, y desvelaron muchos detalles que conducían a un sospechoso principal, el intermediario que les pagó.

Para los agentes que se hicieron cargo del caso, no cabía duda de que el atraco no había sido fortuito. La víctima relató que la cita había cambiado de ubicación varias veces. También señaló que el mediador había insistido en que el dinero se transportara en una bolsa que él mismo facilitó. Por último, durante la venta, el principal sospechoso recibió una llamada de teléfono que, según los investigadores, podría haber servido para indicar la ubicación exacta de las víctimas. Tras cerrar la venta, no había más que esperar a que el comercial emprendiera la marcha y seguirle por carretera hasta encontrar un lugar idóneo para la emboscada.

Con la operación policial en curso, pocos días después se halló el vehículo que conducían los atracadores. Estaba parcialmente desguazado, sin placas de matrícula, y oculto en un cañaveral del municipio alicantino de San Isidro, situado a apenas 10 kilómetros de Crevillent. Los agentes constataron que se trataba de un vehículo sustraído en Pego, localidad fronteriza con Valencia, que circulaba con las matrículas duplicadas de un modelo similar para entorpecer la investigación. La búsqueda de la pistola supuestamente utilizada en el robo no fructificó. Pero los antecedentes del intermediario que había orquestado la operación sí dio resultado. Se trataba de un tipo peligroso que contaba con ficha tanto en los archivos de la Policía Nacional como en los de la Guardia Civil por delitos contra las personas, contra el patrimonio, contra los derechos de los trabajadores, por diferentes robos e incluso por narcotráfico, comentan fuentes cercanas al caso.

Los agentes consiguieron vincular la transacción comercial con el atraco posterior. Y localizaron al cerebro de la operación el pasado 6 de abril. Lo encontraron en las inmediaciones de su domicilio en Crevillent, que fue registrado tras su arresto y puesta a disposición de un juzgado de Elche. Un mes después, el 12 de mayo, cercaron a uno de los autores materiales en Orihuela, que también fue detenido. Ambos, de 39 y 42 años, están acusados de tentativa de robo con violencia e intimidación. La operación policial sigue abierta, en espera de que caiga el resto de implicados en el asalto. Se descarta la implicación del empresario extranjero que compró la máquina heladera.