«Las democracias son frágiles. Pueden transformarse en dictaduras. Libertades que parecen firmemente conquistadas pueden desaparecer»: con estas tres frases cortas, nítidas, agudas, se abre ‘El fracaso de la República de Weimar. Las horas fatídicas de una democracia’, de Volker Ullrich. La Alemania de Weimar, nacida del fracaso en la Gran Guerra de 1914 y que llegó a su fin, a principios de 1933, con el ascenso de Adolf Hitler al poder, ha generado siempre un enorme interés. Es una historia fascinante, escribe Ullrich. La bibliografía aumenta año tras año. Buena muestra de ello es la coincidencia en las librerías españolas de este libro con otra destacadísima novedad: ‘ Febrero de 1933. El invierno de la literatura’ , de Uwe Wittstock, reseñada hace unas pocas semanas en estas mismas páginas. ENSAYO ‘El fracaso de la República de Weimar’ Autor Volker Ullrich Editorial Taurus Año 2025 Páginas 494 Precio 24,90 euros 5Se trata de un par de obras tan distintas como complementarias. En ambas se hacen guiños al presente y se extraen lecciones y advertencias para el mundo occidental de hoy. Las circunstancias de la tercera década del siglo XXI son distintas, afortunadamente, sostiene Wittstock, a las de los años treinta de la pasada centuria, pero hay paralelismos inquietantes que nos obligan a tomar en consideración «lo que puede ocurrir con una democracia tras un error político fatal». El régimen se transformó en una dictadura sin escrúpulos en poco más de cuatro semanas de 1933. En el epílogo de este libro de historias de escritores y artistas, sorprendidos ante un peligro demasiado inimaginable que iba a cambiar sus vidas, anota el autor: «Hasta qué punto resultan valiosas la democracia y la justicia queda patente en cuanto empiezan a desaparecer». El aviso no puede ser más oportuno.En ‘El fracaso de la República de Weimar’, el escritor y periodista alemán Volker Ullrich considera aquella etapa histórica como una señal de advertencia y un caso modélico a tener en cuenta en unos momentos, los actuales, de fragilidad y crisis global de la democracia. Nuestra época recuerda, en este sentido, a la de entreguerras. Se analizan los momentos clave del periodo: la revolución de 1918-1919 y el tratado de Versalles; el golpe de Kapp, en 1920…Cuestionarse sobre las causas que propiciaron el desastre de 1933 resulta, por consiguiente, imprescindible: «El fracaso de la República de Weimar es una lección vigente sobre el grado de fragilidad de la democracia y la rapidez con la que puede malograrse la libertad cuando las instituciones democráticas fallan y las fuerzas de la sociedad civil son demasiado débiles para poner coto a los detractores de la democracia». La advertencia de Ullrich, aquí también, como la de Wittstock, se me antoja harto pertinente: «Está en nuestras manos que nuestra democracia fracase o sobreviva».Esta última frase, que el autor considera la idea central inspiradora de su trabajo, justifica en buena medida la estructura y el enfoque de este singular análisis de la República de Weimar. Un par de premisas sobresalen en todo momento. Primera: el final de 1933 podría haber sido otro. Conocer el desenlace provoca, en demasiadas ocasiones, una sensación de inevitabilidad. Empero, como afirma Ullrich, la historia de la primera república alemana fue mucho más abierta de lo que su conclusión deja entrever. IndividuosHubo momentos en los que un cambio de rumbo pudo modificar sensiblemente las cosas. De ahí la recurrente pregunta sobre las razones que frustraron dichas oportunidades, ya fuese tras el golpe de Estado de Kapp en 1920 o bien, por ejemplo, tras el asesinato, dos años después, de Rathenau. En estas ocasiones, una decidida represión contra los enemigos de la Republica los hubiera, sin duda, debilitado. Segunda: los individuos adquieren un papel central en la historia. Las decisiones y actuaciones individuales, en una u otra dirección, fueron determinantes en Weimar —más que cualquier presión estructural—, insiste el autor, que apunta sobre todo a Hindenburg. Once capítulos componen el libro, dedicados a los momentos clave del periodo: la revolución de 1918-1919 y el tratado de Versalles; el golpe de Kapp, en 1920, que iba a provocar un viraje burgués a la derecha y otro de los trabajadores a la izquierda; el asesinato del ministro Walter Rathenau, en junio de 1922 ; la ocupación del Ruhr y la hiperinflación; el fallecimiento del presidente socialdemócrata Ebert y la elección de Hindenburg; la ruptura de la última gran coalición, en marzo de 1930; la premonitoria actuación de Frick en Turingia, calificada de «revolución cultural marrón»; la caída del canciller Brüning; el golpe de Estado de Von Papen en Prusia; el acceso al poder de Hitler y, finalmente, su consolidación en los primeros meses de 1933. Según Ullrich, 1925 y 1930 pueden ser considerados como auténticos puntos de inflexión en la historia de Weimar, con la decisiva elección del anciano militar Paul von Hindenburg en la cúpula de la nación y el giro presidencialista operado un lustro después. De 1930 a 1933 no existió, sin embargo, un camino plácido y directo, como afirmaron ‘a posteriori’ los propagandistas del nazismo. Nada estaba predestinado a ello. Un cúmulo de decisiones muy humanas acabaron propiciando la llegada del nacional-socialista Adolf Hitler a la Cancillería. ‘El fracaso de la República de Weimar’ es un libro altamente recomendable, tanto por los conocimientos aportados y la comprensión ofrecida sobre la política de un tiempo pasado, como por una mirada que nos obliga a reflexionar sobre la irrenunciable fragilidad de toda democracia y la necesidad imperiosa de preservarla. «Las democracias son frágiles. Pueden transformarse en dictaduras. Libertades que parecen firmemente conquistadas pueden desaparecer»: con estas tres frases cortas, nítidas, agudas, se abre ‘El fracaso de la República de Weimar. Las horas fatídicas de una democracia’, de Volker Ullrich. La Alemania de Weimar, nacida del fracaso en la Gran Guerra de 1914 y que llegó a su fin, a principios de 1933, con el ascenso de Adolf Hitler al poder, ha generado siempre un enorme interés. Es una historia fascinante, escribe Ullrich. La bibliografía aumenta año tras año. Buena muestra de ello es la coincidencia en las librerías españolas de este libro con otra destacadísima novedad: ‘ Febrero de 1933. El invierno de la literatura’ , de Uwe Wittstock, reseñada hace unas pocas semanas en estas mismas páginas. ENSAYO ‘El fracaso de la República de Weimar’ Autor Volker Ullrich Editorial Taurus Año 2025 Páginas 494 Precio 24,90 euros 5Se trata de un par de obras tan distintas como complementarias. En ambas se hacen guiños al presente y se extraen lecciones y advertencias para el mundo occidental de hoy. Las circunstancias de la tercera década del siglo XXI son distintas, afortunadamente, sostiene Wittstock, a las de los años treinta de la pasada centuria, pero hay paralelismos inquietantes que nos obligan a tomar en consideración «lo que puede ocurrir con una democracia tras un error político fatal». El régimen se transformó en una dictadura sin escrúpulos en poco más de cuatro semanas de 1933. En el epílogo de este libro de historias de escritores y artistas, sorprendidos ante un peligro demasiado inimaginable que iba a cambiar sus vidas, anota el autor: «Hasta qué punto resultan valiosas la democracia y la justicia queda patente en cuanto empiezan a desaparecer». El aviso no puede ser más oportuno.En ‘El fracaso de la República de Weimar’, el escritor y periodista alemán Volker Ullrich considera aquella etapa histórica como una señal de advertencia y un caso modélico a tener en cuenta en unos momentos, los actuales, de fragilidad y crisis global de la democracia. Nuestra época recuerda, en este sentido, a la de entreguerras. Se analizan los momentos clave del periodo: la revolución de 1918-1919 y el tratado de Versalles; el golpe de Kapp, en 1920…Cuestionarse sobre las causas que propiciaron el desastre de 1933 resulta, por consiguiente, imprescindible: «El fracaso de la República de Weimar es una lección vigente sobre el grado de fragilidad de la democracia y la rapidez con la que puede malograrse la libertad cuando las instituciones democráticas fallan y las fuerzas de la sociedad civil son demasiado débiles para poner coto a los detractores de la democracia». La advertencia de Ullrich, aquí también, como la de Wittstock, se me antoja harto pertinente: «Está en nuestras manos que nuestra democracia fracase o sobreviva».Esta última frase, que el autor considera la idea central inspiradora de su trabajo, justifica en buena medida la estructura y el enfoque de este singular análisis de la República de Weimar. Un par de premisas sobresalen en todo momento. Primera: el final de 1933 podría haber sido otro. Conocer el desenlace provoca, en demasiadas ocasiones, una sensación de inevitabilidad. Empero, como afirma Ullrich, la historia de la primera república alemana fue mucho más abierta de lo que su conclusión deja entrever. IndividuosHubo momentos en los que un cambio de rumbo pudo modificar sensiblemente las cosas. De ahí la recurrente pregunta sobre las razones que frustraron dichas oportunidades, ya fuese tras el golpe de Estado de Kapp en 1920 o bien, por ejemplo, tras el asesinato, dos años después, de Rathenau. En estas ocasiones, una decidida represión contra los enemigos de la Republica los hubiera, sin duda, debilitado. Segunda: los individuos adquieren un papel central en la historia. Las decisiones y actuaciones individuales, en una u otra dirección, fueron determinantes en Weimar —más que cualquier presión estructural—, insiste el autor, que apunta sobre todo a Hindenburg. Once capítulos componen el libro, dedicados a los momentos clave del periodo: la revolución de 1918-1919 y el tratado de Versalles; el golpe de Kapp, en 1920, que iba a provocar un viraje burgués a la derecha y otro de los trabajadores a la izquierda; el asesinato del ministro Walter Rathenau, en junio de 1922 ; la ocupación del Ruhr y la hiperinflación; el fallecimiento del presidente socialdemócrata Ebert y la elección de Hindenburg; la ruptura de la última gran coalición, en marzo de 1930; la premonitoria actuación de Frick en Turingia, calificada de «revolución cultural marrón»; la caída del canciller Brüning; el golpe de Estado de Von Papen en Prusia; el acceso al poder de Hitler y, finalmente, su consolidación en los primeros meses de 1933. Según Ullrich, 1925 y 1930 pueden ser considerados como auténticos puntos de inflexión en la historia de Weimar, con la decisiva elección del anciano militar Paul von Hindenburg en la cúpula de la nación y el giro presidencialista operado un lustro después. De 1930 a 1933 no existió, sin embargo, un camino plácido y directo, como afirmaron ‘a posteriori’ los propagandistas del nazismo. Nada estaba predestinado a ello. Un cúmulo de decisiones muy humanas acabaron propiciando la llegada del nacional-socialista Adolf Hitler a la Cancillería. ‘El fracaso de la República de Weimar’ es un libro altamente recomendable, tanto por los conocimientos aportados y la comprensión ofrecida sobre la política de un tiempo pasado, como por una mirada que nos obliga a reflexionar sobre la irrenunciable fragilidad de toda democracia y la necesidad imperiosa de preservarla.
«Las democracias son frágiles. Pueden transformarse en dictaduras. Libertades que parecen firmemente conquistadas pueden desaparecer»: con estas tres frases cortas, nítidas, agudas, se abre ‘El fracaso de la República de Weimar. Las horas fatídicas de una democracia’, de Volker Ullrich.
La Alemania de … Weimar, nacida del fracaso en la Gran Guerra de 1914 y que llegó a su fin, a principios de 1933, con el ascenso de Adolf Hitler al poder, ha generado siempre un enorme interés. Es una historia fascinante, escribe Ullrich. La bibliografía aumenta año tras año. Buena muestra de ello es la coincidencia en las librerías españolas de este libro con otra destacadísima novedad: ‘Febrero de 1933. El invierno de la literatura’, de Uwe Wittstock, reseñada hace unas pocas semanas en estas mismas páginas.

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Autor
Volker Ullrich -
Editorial
Taurus -
Año
2025 -
Páginas
494 -
Precio
24,90 euros
Se trata de un par de obras tan distintas como complementarias. En ambas se hacen guiños al presente y se extraen lecciones y advertencias para el mundo occidental de hoy. Las circunstancias de la tercera década del siglo XXI son distintas, afortunadamente, sostiene Wittstock, a las de los años treinta de la pasada centuria, pero hay paralelismos inquietantes que nos obligan a tomar en consideración «lo que puede ocurrir con una democracia tras un error político fatal».
El régimen se transformó en una dictadura sin escrúpulos en poco más de cuatro semanas de 1933. En el epílogo de este libro de historias de escritores y artistas, sorprendidos ante un peligro demasiado inimaginable que iba a cambiar sus vidas, anota el autor: «Hasta qué punto resultan valiosas la democracia y la justicia queda patente en cuanto empiezan a desaparecer». El aviso no puede ser más oportuno.
En ‘El fracaso de la República de Weimar’, el escritor y periodista alemán Volker Ullrich considera aquella etapa histórica como una señal de advertencia y un caso modélico a tener en cuenta en unos momentos, los actuales, de fragilidad y crisis global de la democracia. Nuestra época recuerda, en este sentido, a la de entreguerras.
Se analizan los momentos clave del periodo: la revolución de 1918-1919 y el tratado de Versalles; el golpe de Kapp, en 1920…
Cuestionarse sobre las causas que propiciaron el desastre de 1933 resulta, por consiguiente, imprescindible: «El fracaso de la República de Weimar es una lección vigente sobre el grado de fragilidad de la democracia y la rapidez con la que puede malograrse la libertad cuando las instituciones democráticas fallan y las fuerzas de la sociedad civil son demasiado débiles para poner coto a los detractores de la democracia». La advertencia de Ullrich, aquí también, como la de Wittstock, se me antoja harto pertinente: «Está en nuestras manos que nuestra democracia fracase o sobreviva».
Esta última frase, que el autor considera la idea central inspiradora de su trabajo, justifica en buena medida la estructura y el enfoque de este singular análisis de la República de Weimar. Un par de premisas sobresalen en todo momento. Primera: el final de 1933 podría haber sido otro. Conocer el desenlace provoca, en demasiadas ocasiones, una sensación de inevitabilidad. Empero, como afirma Ullrich, la historia de la primera república alemana fue mucho más abierta de lo que su conclusión deja entrever.
Individuos
Hubo momentos en los que un cambio de rumbo pudo modificar sensiblemente las cosas. De ahí la recurrente pregunta sobre las razones que frustraron dichas oportunidades, ya fuese tras el golpe de Estado de Kapp en 1920 o bien, por ejemplo, tras el asesinato, dos años después, de Rathenau. En estas ocasiones, una decidida represión contra los enemigos de la Republica los hubiera, sin duda, debilitado. Segunda: los individuos adquieren un papel central en la historia. Las decisiones y actuaciones individuales, en una u otra dirección, fueron determinantes en Weimar —más que cualquier presión estructural—, insiste el autor, que apunta sobre todo a Hindenburg.
Once capítulos componen el libro, dedicados a los momentos clave del periodo: la revolución de 1918-1919 y el tratado de Versalles; el golpe de Kapp, en 1920, que iba a provocar un viraje burgués a la derecha y otro de los trabajadores a la izquierda; el asesinato del ministro Walter Rathenau, en junio de 1922; la ocupación del Ruhr y la hiperinflación; el fallecimiento del presidente socialdemócrata Ebert y la elección de Hindenburg; la ruptura de la última gran coalición, en marzo de 1930; la premonitoria actuación de Frick en Turingia, calificada de «revolución cultural marrón»; la caída del canciller Brüning; el golpe de Estado de Von Papen en Prusia; el acceso al poder de Hitler y, finalmente, su consolidación en los primeros meses de 1933.
Según Ullrich, 1925 y 1930 pueden ser considerados como auténticos puntos de inflexión en la historia de Weimar, con la decisiva elección del anciano militar Paul von Hindenburg en la cúpula de la nación y el giro presidencialista operado un lustro después.
De 1930 a 1933 no existió, sin embargo, un camino plácido y directo, como afirmaron ‘a posteriori’ los propagandistas del nazismo. Nada estaba predestinado a ello. Un cúmulo de decisiones muy humanas acabaron propiciando la llegada del nacional-socialista Adolf Hitler a la Cancillería. ‘El fracaso de la República de Weimar’ es un libro altamente recomendable, tanto por los conocimientos aportados y la comprensión ofrecida sobre la política de un tiempo pasado, como por una mirada que nos obliga a reflexionar sobre la irrenunciable fragilidad de toda democracia y la necesidad imperiosa de preservarla.
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