La historia del Congreso Internacional de la Lengua (CILE) de Arequipa empezó como un atrevimiento de Mario Vargas Llosa , que lo lanzó como ocurrencia ante un auditorio multitudinario. «El próximo CILE será en Arequipa», soltó en 2019 en Córdoba (Argentina), para sorpresa de los académicos. Seis años después, tras un intento fallido por golpe de Estado, aquí estamos: la gran fiesta de la lengua española se celebra en la ciudad natal del último Nobel que usaba la eñe, y ni la destitución de la presidenta de Perú ni los ataques del Instituto Cervantes a la RAE han podido frenarla. Hay lío, pero hay CILE, después de todo. El Rey Felipe presidió este miércoles la sesión solemne inaugural del congreso, y le dio al acto una seriedad necesaria, visto lo visto: habló de diálogo, de cooperación, de hermandad; criticó la división, el enfrentamiento, los recelos. Fue un discurso directo, mucho más de lo que se esperaba. Por momentos sonó casi a reprimenda.«Esta reunión es, también -y más allá, incluso, de la lengua- un ejemplo de comunidad de valores: una conversación en torno a lo que une, no a lo que separa. Una valiosa lección en tiempos en que se oye hablar constantemente de competencia, de rivalidad, de desconexión, de resurgimiento de bloques…, de intereses y no de cooperación», dijo el Rey, al poco de empezar. Y siguió: «Desde Arequipa, Perú, y en español, lanzamos al mundo un mensaje de concordia; en este ‘buen idioma’ que, en palabras de Andrés Bello , ‘es un medio providencial de comunicación y un vínculo de fraternidad entre las varias naciones de origen español derramadas sobre los dos continentes’».No fue la única alusión al conflicto entre el Cervantes y la RAE iniciado por Luis García Montero la semana pasada. «Si contamos con esta gran caja de resonancia, el CILE, es gracias al trabajo incansable y la cooperación de varias instituciones de gran valor y prestigio: del Instituto Cervantes -que ostenta su secretaría permanente-, de la Real Academia Española y de la Asociación de Academias de la Lengua Española, la Asale; y gracias también a las autoridades e instituciones del Perú, este país hermano que tan generosamente nos acoge en esta X edición», recordó, y no hacía falta leer entre líneas, como en otras ocasiones. Estaba todo muy claro. «Este es el fruto de una preparación intensa y minuciosa, de una firme voluntad por traer el CILE hasta Arequipa, honrando el manifiesto deseo en vida y la memoria de uno de los mayores narradores y ensayistas que han dado nuestras letras, Mario Vargas Llosa; el mismo que ─en un pasado Congreso─ nos animaba a seguir cultivando la enorme riqueza del español con estas palabras: ‘la lengua que hablamos habla, también, a través de nosotros’. Hagamos de esta riqueza, como obra viva que compartimos, fuente permanente de la cultura y de los valores que nos unen», insistió.PolémicaLa polémica aún estaba caliente. La Real Academia de Ciencias Morales y Jurídicas salió el martes en defensa de la RAE, y este miércoles Arturo Pérez-Reverte acusó al Gobierno de querer colonizar la Academia a través del «mediocre y paniaguado» director del Cervantes, Luis García Montero. De eso se hablaba en el murmullo, pero no sobre el escenario. En el escenario había, de nuevo, institucionalidad. Esta vez, García Montero leyó su discurso y no improvisó nuevas aventuras bélicas. Arturo Pérez-Reverte acusó al Gobierno de querer colonizar la Academia a través del «mediocre y paniaguado» director del Cervantes, Luis García MonteroEl Rey recorrió los ejes temáticos del CILE: mestizaje e interculturalidad, lenguaje claro y accesible e inteligencia artificial. Y otra vez volvió a recalcar, hablando del primer tema: « Ninguna lengua nació para ser barrera ni muro; y si alguna vez lo han sido -barreras, obstáculos, impedimentos, imposiciones- es porque las han hecho discurrir por un camino equivocado, que desnaturaliza su función primordial: comunicar». «En un tiempo en que la diplomacia es tan necesaria, nuestra lengua ha de servir para buscar la paz y procurar el consenso», subrayó.Antes, Juan Gabriel Vásquez habló de la crisis política y la crisis del lenguaje, y alertó de los usos de la inteligencia artificial como arma de manipulación masiva. Dijo que vivimos una ilustración del revés con un lema macabro: ‘Atrévete a no saber’. Al poco, Javier Cercas cargó contra las predicciones apocalípticas ante las revoluciones tecnológicas. Ay. También repitió el cliché, no por cliché menos cierto, de que «nuestra lengua es nuestro mayor tesoro». Giovanna Pollarolo leyó el poema ‘Casa de cuervos’, de Blanca Varela: «Ego te absuelvo de mí». Santiago Muñoz Machado , director de la RAE, centró su intervención en repasar el programa del CILE.Don Felipe terminó como empezó: hablando de Vargas Llosa. Primero lo citó: «La vida es maravillosa porque tiene un fin». Y luego lo glosó: «Se trata de una frase hermosa en su polisemia: ‘fin’ nos habla de conclusión de un ciclo vital, de lo precioso e irreversible de cada instante, y ‘fin’ es, también, ‘finalidad’: el objetivo al que debemos orientar nuestras acciones para que tengan sentido, para que contribuyan a mejorar el mundo en que vivimos. Ese es mi deseo para los aquí presentes, y seguro que sería el de Vargas Llosa si la vida le hubiera alcanzado para vernos reunidos en su ciudad natal: que sigamos haciendo de nuestra lengua un instrumento de progreso, de entendimiento, de prosperidad compartida. Que a ese fin sepamos y queramos orientar nuestros esfuerzos». Por la tarde, ya después del acto, estaba convocada en Arequipa una manifestación para mostrar el rechazo ciudadano contra el congreso de Perú y el presidente transitorio, José Jerí , al que ya han apodado como José Pajerí, en referencia a su actividad en redes sociales (Jerí ya se ha borrado su cuenta en X). Su recorrido terminaba lejos del Teatro Municipal, donde a esa hora -cinco de la tarde- se estaba homenajeando, de nuevo, a Vargas Llosa, que tan bien retrató a estos personajes en su literatura. La historia del Congreso Internacional de la Lengua (CILE) de Arequipa empezó como un atrevimiento de Mario Vargas Llosa , que lo lanzó como ocurrencia ante un auditorio multitudinario. «El próximo CILE será en Arequipa», soltó en 2019 en Córdoba (Argentina), para sorpresa de los académicos. Seis años después, tras un intento fallido por golpe de Estado, aquí estamos: la gran fiesta de la lengua española se celebra en la ciudad natal del último Nobel que usaba la eñe, y ni la destitución de la presidenta de Perú ni los ataques del Instituto Cervantes a la RAE han podido frenarla. Hay lío, pero hay CILE, después de todo. El Rey Felipe presidió este miércoles la sesión solemne inaugural del congreso, y le dio al acto una seriedad necesaria, visto lo visto: habló de diálogo, de cooperación, de hermandad; criticó la división, el enfrentamiento, los recelos. Fue un discurso directo, mucho más de lo que se esperaba. Por momentos sonó casi a reprimenda.«Esta reunión es, también -y más allá, incluso, de la lengua- un ejemplo de comunidad de valores: una conversación en torno a lo que une, no a lo que separa. Una valiosa lección en tiempos en que se oye hablar constantemente de competencia, de rivalidad, de desconexión, de resurgimiento de bloques…, de intereses y no de cooperación», dijo el Rey, al poco de empezar. Y siguió: «Desde Arequipa, Perú, y en español, lanzamos al mundo un mensaje de concordia; en este ‘buen idioma’ que, en palabras de Andrés Bello , ‘es un medio providencial de comunicación y un vínculo de fraternidad entre las varias naciones de origen español derramadas sobre los dos continentes’».No fue la única alusión al conflicto entre el Cervantes y la RAE iniciado por Luis García Montero la semana pasada. «Si contamos con esta gran caja de resonancia, el CILE, es gracias al trabajo incansable y la cooperación de varias instituciones de gran valor y prestigio: del Instituto Cervantes -que ostenta su secretaría permanente-, de la Real Academia Española y de la Asociación de Academias de la Lengua Española, la Asale; y gracias también a las autoridades e instituciones del Perú, este país hermano que tan generosamente nos acoge en esta X edición», recordó, y no hacía falta leer entre líneas, como en otras ocasiones. Estaba todo muy claro. «Este es el fruto de una preparación intensa y minuciosa, de una firme voluntad por traer el CILE hasta Arequipa, honrando el manifiesto deseo en vida y la memoria de uno de los mayores narradores y ensayistas que han dado nuestras letras, Mario Vargas Llosa; el mismo que ─en un pasado Congreso─ nos animaba a seguir cultivando la enorme riqueza del español con estas palabras: ‘la lengua que hablamos habla, también, a través de nosotros’. Hagamos de esta riqueza, como obra viva que compartimos, fuente permanente de la cultura y de los valores que nos unen», insistió.PolémicaLa polémica aún estaba caliente. La Real Academia de Ciencias Morales y Jurídicas salió el martes en defensa de la RAE, y este miércoles Arturo Pérez-Reverte acusó al Gobierno de querer colonizar la Academia a través del «mediocre y paniaguado» director del Cervantes, Luis García Montero. De eso se hablaba en el murmullo, pero no sobre el escenario. En el escenario había, de nuevo, institucionalidad. Esta vez, García Montero leyó su discurso y no improvisó nuevas aventuras bélicas. Arturo Pérez-Reverte acusó al Gobierno de querer colonizar la Academia a través del «mediocre y paniaguado» director del Cervantes, Luis García MonteroEl Rey recorrió los ejes temáticos del CILE: mestizaje e interculturalidad, lenguaje claro y accesible e inteligencia artificial. Y otra vez volvió a recalcar, hablando del primer tema: « Ninguna lengua nació para ser barrera ni muro; y si alguna vez lo han sido -barreras, obstáculos, impedimentos, imposiciones- es porque las han hecho discurrir por un camino equivocado, que desnaturaliza su función primordial: comunicar». «En un tiempo en que la diplomacia es tan necesaria, nuestra lengua ha de servir para buscar la paz y procurar el consenso», subrayó.Antes, Juan Gabriel Vásquez habló de la crisis política y la crisis del lenguaje, y alertó de los usos de la inteligencia artificial como arma de manipulación masiva. Dijo que vivimos una ilustración del revés con un lema macabro: ‘Atrévete a no saber’. Al poco, Javier Cercas cargó contra las predicciones apocalípticas ante las revoluciones tecnológicas. Ay. También repitió el cliché, no por cliché menos cierto, de que «nuestra lengua es nuestro mayor tesoro». Giovanna Pollarolo leyó el poema ‘Casa de cuervos’, de Blanca Varela: «Ego te absuelvo de mí». Santiago Muñoz Machado , director de la RAE, centró su intervención en repasar el programa del CILE.Don Felipe terminó como empezó: hablando de Vargas Llosa. Primero lo citó: «La vida es maravillosa porque tiene un fin». Y luego lo glosó: «Se trata de una frase hermosa en su polisemia: ‘fin’ nos habla de conclusión de un ciclo vital, de lo precioso e irreversible de cada instante, y ‘fin’ es, también, ‘finalidad’: el objetivo al que debemos orientar nuestras acciones para que tengan sentido, para que contribuyan a mejorar el mundo en que vivimos. Ese es mi deseo para los aquí presentes, y seguro que sería el de Vargas Llosa si la vida le hubiera alcanzado para vernos reunidos en su ciudad natal: que sigamos haciendo de nuestra lengua un instrumento de progreso, de entendimiento, de prosperidad compartida. Que a ese fin sepamos y queramos orientar nuestros esfuerzos». Por la tarde, ya después del acto, estaba convocada en Arequipa una manifestación para mostrar el rechazo ciudadano contra el congreso de Perú y el presidente transitorio, José Jerí , al que ya han apodado como José Pajerí, en referencia a su actividad en redes sociales (Jerí ya se ha borrado su cuenta en X). Su recorrido terminaba lejos del Teatro Municipal, donde a esa hora -cinco de la tarde- se estaba homenajeando, de nuevo, a Vargas Llosa, que tan bien retrató a estos personajes en su literatura.
La historia del Congreso Internacional de la Lengua (CILE) de Arequipa empezó como un atrevimiento de Mario Vargas Llosa, que lo lanzó como ocurrencia ante un auditorio multitudinario. «El próximo CILE será en Arequipa», soltó en 2019 en Córdoba (Argentina), para sorpresa de … los académicos. Seis años después, tras un intento fallido por golpe de Estado, aquí estamos: la gran fiesta de la lengua española se celebra en la ciudad natal del último Nobel que usaba la eñe, y ni la destitución de la presidenta de Perú ni los ataques del Instituto Cervantes a la RAE han podido frenarla. Hay lío, pero hay CILE, después de todo. El Rey Felipe presidió este miércoles la sesión solemne inaugural del congreso, y le dio al acto una seriedad necesaria, visto lo visto: habló de diálogo, de cooperación, de hermandad; criticó la división, el enfrentamiento, los recelos. Fue un discurso directo, mucho más de lo que se esperaba. Por momentos sonó casi a reprimenda.
«Esta reunión es, también -y más allá, incluso, de la lengua- un ejemplo de comunidad de valores: una conversación en torno a lo que une, no a lo que separa. Una valiosa lección en tiempos en que se oye hablar constantemente de competencia, de rivalidad, de desconexión, de resurgimiento de bloques…, de intereses y no de cooperación», dijo el Rey, al poco de empezar. Y siguió: «Desde Arequipa, Perú, y en español, lanzamos al mundo un mensaje de concordia; en este ‘buen idioma’ que, en palabras de Andrés Bello, ‘es un medio providencial de comunicación y un vínculo de fraternidad entre las varias naciones de origen español derramadas sobre los dos continentes’».
No fue la única alusión al conflicto entre el Cervantes y la RAE iniciado por Luis García Montero la semana pasada. «Si contamos con esta gran caja de resonancia, el CILE, es gracias al trabajo incansable y la cooperación de varias instituciones de gran valor y prestigio: del Instituto Cervantes -que ostenta su secretaría permanente-, de la Real Academia Española y de la Asociación de Academias de la Lengua Española, la Asale; y gracias también a las autoridades e instituciones del Perú, este país hermano que tan generosamente nos acoge en esta X edición», recordó, y no hacía falta leer entre líneas, como en otras ocasiones. Estaba todo muy claro. «Este es el fruto de una preparación intensa y minuciosa, de una firme voluntad por traer el CILE hasta Arequipa, honrando el manifiesto deseo en vida y la memoria de uno de los mayores narradores y ensayistas que han dado nuestras letras, Mario Vargas Llosa; el mismo que ─en un pasado Congreso─ nos animaba a seguir cultivando la enorme riqueza del español con estas palabras: ‘la lengua que hablamos habla, también, a través de nosotros’. Hagamos de esta riqueza, como obra viva que compartimos, fuente permanente de la cultura y de los valores que nos unen», insistió.
Polémica
La polémica aún estaba caliente. La Real Academia de Ciencias Morales y Jurídicas salió el martes en defensa de la RAE, y este miércoles Arturo Pérez-Reverte acusó al Gobierno de querer colonizar la Academia a través del «mediocre y paniaguado» director del Cervantes, Luis García Montero. De eso se hablaba en el murmullo, pero no sobre el escenario. En el escenario había, de nuevo, institucionalidad. Esta vez, García Montero leyó su discurso y no improvisó nuevas aventuras bélicas.
Arturo Pérez-Reverte acusó al Gobierno de querer colonizar la Academia a través del «mediocre y paniaguado» director del Cervantes, Luis García Montero
El Rey recorrió los ejes temáticos del CILE: mestizaje e interculturalidad, lenguaje claro y accesible e inteligencia artificial. Y otra vez volvió a recalcar, hablando del primer tema: «Ninguna lengua nació para ser barrera ni muro; y si alguna vez lo han sido -barreras, obstáculos, impedimentos, imposiciones- es porque las han hecho discurrir por un camino equivocado, que desnaturaliza su función primordial: comunicar». «En un tiempo en que la diplomacia es tan necesaria, nuestra lengua ha de servir para buscar la paz y procurar el consenso», subrayó.
Antes, Juan Gabriel Vásquez habló de la crisis política y la crisis del lenguaje, y alertó de los usos de la inteligencia artificial como arma de manipulación masiva. Dijo que vivimos una ilustración del revés con un lema macabro: ‘Atrévete a no saber’. Al poco, Javier Cercas cargó contra las predicciones apocalípticas ante las revoluciones tecnológicas. Ay. También repitió el cliché, no por cliché menos cierto, de que «nuestra lengua es nuestro mayor tesoro». Giovanna Pollarolo leyó el poema ‘Casa de cuervos’, de Blanca Varela: «Ego te absuelvo de mí». Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, centró su intervención en repasar el programa del CILE.
Don Felipe terminó como empezó: hablando de Vargas Llosa. Primero lo citó: «La vida es maravillosa porque tiene un fin». Y luego lo glosó: «Se trata de una frase hermosa en su polisemia: ‘fin’ nos habla de conclusión de un ciclo vital, de lo precioso e irreversible de cada instante, y ‘fin’ es, también, ‘finalidad’: el objetivo al que debemos orientar nuestras acciones para que tengan sentido, para que contribuyan a mejorar el mundo en que vivimos. Ese es mi deseo para los aquí presentes, y seguro que sería el de Vargas Llosa si la vida le hubiera alcanzado para vernos reunidos en su ciudad natal: que sigamos haciendo de nuestra lengua un instrumento de progreso, de entendimiento, de prosperidad compartida. Que a ese fin sepamos y queramos orientar nuestros esfuerzos».
Por la tarde, ya después del acto, estaba convocada en Arequipa una manifestación para mostrar el rechazo ciudadano contra el congreso de Perú y el presidente transitorio, José Jerí, al que ya han apodado como José Pajerín, en referencia a su actividad en redes sociales (Jerí ya se ha borrado su cuenta en X). Su recorrido terminaba lejos del Teatro Municipal, donde a esa hora -cinco de la tarde- se estaba homenajeando, de nuevo, a Vargas Llosa, que tan bien retrató a estos personajes en su literatura.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Volver a intentar
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Sigue navegando
Artículo solo para suscriptores
RSS de noticias de cultura
