El falso techo que se cayó el miércoles en el centro sanitario Isabel Zendal tenía un anclaje insuficiente para el peso que sostenía, según determinaron los bomberos. Cuatro fuentes con conocimiento de esa intervención informan a EL PAÍS de que los bomberos observaron la mala ejecución de esa cubierta, que estuvo a punto de causar una desgracia porque varias personas pasaron o estaban a punto de pasar por debajo segundos antes de que se desplomara. Los bomberos recomendaron inspeccionar el resto de falsos techos del edificio ante la posibilidad de que pudieran estar ejecutados de la misma forma.
Los especialistas recomendaron inspeccionar si hay revestimientos similares en el edificio sanitario ante el riesgo de otras caídas
El falso techo que se cayó el miércoles en el centro sanitario Isabel Zendal tenía un anclaje insuficiente para el peso que sostenía, según determinaron los bomberos. Cuatro fuentes con conocimiento de esa intervención informan a EL PAÍS de que los bomberos observaron la mala ejecución de esa cubierta, que estuvo a punto de causar una desgracia porque varias personas pasaron o estaban a punto de pasar por debajo segundos antes de que se desplomara. Los bomberos recomendaron inspeccionar el resto de falsos techos del edificio ante la posibilidad de que pudieran estar ejecutados de la misma forma.
La cubierta estaba formada por una doble placa de pladur y cubría una superficie de unos 100 metros cuadrados, según apuntas dos de estas fuentes, que piden anonimato para evitar represalias laborales. El fuerte viento que se desató a la hora del incidente, en torno a las 21.10, influyó probablemente en la caída, al provocar un “efecto túnel” en el porche donde se cayeron los paneles, todos a plomo.
El incidente ha vuelto a poner en el foco de las críticas sobre este centro sanitario que levantó “en tiempo récord de cien días” el Gobierno de la presidenta Isabel Díaz Ayuso para dar respuesta a la pandemia de coronavirus. La oposición de izquierdas ha criticado el coste, su escaso uso y el concepto del edificio de tipo “hangar”, difícilmente reconvertible en un hospital ordinario. Ahora, el desplome del techo ha suscitado dudas sobre la seguridad.
La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid responde que aún no dispone del informe técnico sobre lo sucedido. En todo caso, un portavoz enfatiza que no todos los sistemas de anclaje de los falsos techos del edificio son iguales al que se cayó.
EL PAÍS ha solicitado el parte de los bomberos municipales por la vía de la ley de Transparencia, pero el Ayuntamiento tiene entre 20 y 40 días para dar una respuesta. Los grupos municipales de PSOE, Más Madrid y el comité de empresa de la centralita del Summa 112 (que depende de Ilunion) han anunciado que pedirán ese informe. Sin embargo, un portavoz del área de Emergencias del Ayuntamiento consultado este viernes se ha negado a informar a este diario sobre el contenido de ese documento justificándolo en la política de comunicación: “Nunca se detallan los partes de ninguna actuación”.
El techo se cayó en torno a las 21.10 del miércoles en el porche de entrada a la centralita del Summa 112, donde se encontraban decenas de teleoperadores y sanitarios. Todos los paneles de ese espacio se desplomaron a un mismo tiempo, causando un estruendo que hizo vibrar las ventanas de la sala de llamadas. Varios testigos han relatado a este periódico que trabajadores de limpieza, seguridad o de la centralita se salvaron por cuestión de segundos de ser víctimas de ese desplome.
El falso techo que se ha caído es un revestimiento para embellecer las cubiertas, de modo que no se vea el hormigón. Este jueves por la mañana, los operarios ya se habían puesto en marcha para cubrir el porche con unas nuevas placas. Un portavoz de la Consejería no ha precisado de qué material son los nuevos paneles y qué tipo de anclaje se ha usado. Tampoco ha dado más detalles sobre los paneles que cayeron más allá de decir que son un “revestimiento de pladur”.
Mientras, el trabajo ha continuado en el edificio sin alteraciones después del incidente. Los trabajadores han sido informados de que no deben pasar por esa zona hasta dentro de dos días. El porche da acceso a la centralita del Summa 112, que fue trasladada a ese edificio administrativo en febrero de 2023. El edificio de la centralita está conectado con los pabellones de asistencia sanitaria, donde ahora se ubica un centro de atención diurna para pacientes de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).
La construcción del Zendal fue adjudicada a dedo por la vía de los contratos de emergencia a 14 empresas intervinientes, entre ellas las constructoras Sacyr, Dragados, San José y Ferrovial. El tipo de construcción es modular, es decir, los componentes estructurales (módulos) son elaborados en una fábrica y luego son ensamblados como un Lego en el lugar donde se levanta el edificio.
Más Madrid le dice a este periódico que va a pedir revisión completa de la instalación, de la ejecución de obras, del contrato. Para ello el partido opositor a Ayuso va a solicitar la comparecencia de la Directora general de Infraestructuras Sanitarias, Ana Cabrero López, y también a las empresas constructoras.
La diputada Marta Carmona considera que este incidente no es el único que sugiere defectos de construcción en obras recientes de la Consejería de Sanidad. “El nuevo 12 de Octubre inaugurado este año también abrió con defectos graves en la construcción”, dice Carmona. “Algo falla”, añade. “Si además nos están prometiendo construir 16 nuevos centros de salud y reformar La Paz y también lo hacen así, vamos apañados”.
El diputado del PSOE Carlos Moreno también dice que va a demandar explicaciones sobre el incidente del Zendal. Moreno se queja del hermetismo que rodea al centro, que aún no ha podido visitar en su calidad de representante en la Asamblea: “Llevamos un año pidiendo visitas sin que no nos conceden y vamos a insistir en ello”.
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