Una operación conjunta del Servicio de Vigilancia Aduanera, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y la Policía Nacional permitió el pasado viernes interceptar, a 50 millas náuticas (92,5 kilómetros) al norte de la isla de La Palma, un velero cargado de cocaína cuyos dos tripulantes, al verse descubiertos, incendiaron la embarcación para hundirla. Intentaban impedir la aprehensión del estupefaciente y, con ello, una condena por tráfico de droga. La peligrosa maniobra se saldó con uno de los narcos heridos de gravedad por quemaduras, lo que obligó a evacuarlo en un helicóptero de Salvamento Marítimo a un centro hospitalario en Tenerife. Los dos tripulantes, uno de nacionalidad francesa y otro holandés, se encuentran detenidos.
El abordaje, a 50 millas de la isla de La Palma, permitió rescatar a los dos tripulantes y recuperar 25 kilos de droga antes de que la embarcación se fuera a pique
Una operación conjunta del Servicio de Vigilancia Aduanera, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y la Policía Nacional permitió el pasado viernes interceptar, a 50 millas náuticas (92,5 kilómetros) al norte de la isla de La Palma, a un velero cargado de cocaína cuyos dos tripulantes, al verse descubiertos, incendiaron la embarcación para hundirla y así impedir la aprehensión del estupefaciente y, con ello, evitar una condena por tráfico de droga. La peligrosa maniobra se saldó con uno de los narcos heridos de gravedad, con grandes quemaduras en su cuerpo que obligaron a evacuarlo en un helicóptero de Salvamento Marítimo a un centro hospitalario en Tenerife. Los dos tripulantes, uno de nacionalidad francesa y otro holandés, se encuentran detenidos.
Antes de que la embarcación se fuese a pique, los agentes lograron recuperar 25 kilos de la droga que transportaba en su bodega, según han informado este lunes los tres cuerpos en una nota conjunta. Fuentes cercanas a la operación apuntan a que, por el tipo de velero que era ―denominado sloop por tener un solo palo y de unos 13 metros de eslora― y por aprehensiones anteriores en embarcaciones similares, el alijo que transportaban los dos arrestados podía ser de unos pocos cientos de kilos de cocaína.
Las pesquisas han permitido saber que, en su travesía, el barco había navegado en el mar Caribe frente a las costas de Venezuela y Guyana antes de dirigirse hacia España en una navegación que puede durar entre tres y cuatro semanas. Una de las hipótesis con la que trabajan los investigadores es que hubiera salido de Surinam o de Brasil, aunque este extremo aún no ha podido ser confirmado. El destino final del cargamento tampoco está claro, ya que los agentes sospechan que podría dirigirse tanto a aguas cercanas a la Península para, una vez allí, traspasar el alijo a una narcolancha y que esta la desembarcara en la costa, pero también creen que podría haber seguido su navegación hacia el norte de Europa.
El operativo que ha acabado con la interceptación del velero forma parte del refuerzo del patrullaje puesto en marcha en las cercanías de las islas Canarias para localizar embarcaciones sospechosas de transportar droga por describir en sus travesías rumbos “anómalos” o no tener activados los dispositivos de geolocalización, como ocurría con este velero. En este caso, además, una información recibida en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO, dependiente del Ministerio del Interior) procedente de la National Crime Agency (NCA) del Reino Unido y la Drug Enforcement Administration (DEA) de Estados Unidos alertaban de la posible presencia cerca de las islas canarias de una nave que podría llevar un alijo oculto en sus bodegas.
En las imágenes distribuidas este lunes por Vigilancia Aduanera y el Ministerio del Interior se observa como dos embarcaciones de Vigilancia Aduanera ―el patrullero Sacre y el buque de operaciones especiales Petrel I― intentan abordar, con mala mar, el velero, bautizado como Lona y con bandera checa, y como este emprende la huida. La persecución, según detallan fuentes conocedoras del operativo, se prolongó cerca de una hora, hasta el momento en el que los tripulantes, conscientes de que no podían escapar, incendian el velero, muy posiblemente con la ayuda de gasolina y una bengala.
En ese momento, el operativo de interceptación se convirtió en uno de rescate. Así, mientras una embarcación auxiliar del Petrel se encargaba de sacar del agua a los dos presuntos narcos, la tripulación del patrullero Sacre se volcó en las labores de extinción del fuego. En un primer momento, las llamas fueron sofocadas y, de hecho, varios agentes de Vigilancia Aduanera consiguieron subir a bordo para intentar remolcar el velero a tierra y recuperar el alijo.
“Por el fuego previo y los productos que habían utilizado para activarlo, la droga se había adherido al casco del barco y se deshacía al tratar de separarla. Esos 25 kilos es lo que pudimos recuperar en esas circunstancias, sabiendo que se podía reactivar el fuego en cualquier momento”, detallan fuentes conocedoras de la operación. Los temores se cumplieron y las llamas se reavivaron de manera espontánea. El velero, fabricado en fibra, se fue finalmente a pique.
En el operativo de rescate y el intento de mantener a flote la embarcación de los narcos duró varias horas y en ella participaron una treintena de tripulantes de las dos embarcaciones de Vigilancia aduanera. “La actuación marítima resultó de gran riesgo para los funcionarios de las patrulleras, debido al mal estado del mar y al incendio”, destaca la nota de prensa.
No es la primera vez que presuntos narcos hunden las embarcaciones en las que trasladan la droga para evitar que las fuerzas de seguridad la intervengan, en algunos casos también prendiéndoles fuego. En junio del año pasado, los cuatro tripulantes de un narcosubmarino que habían sido descubiertos a 150 millas náuticas del Cabo de San Vicente dejaron entrar el agua en el semisumergible para que se fueran a pique. Los ocupantes, todos ellos de nacionalidad colombiana, pudieron ser rescatados. La carga, dada la profundidad de la zona del mar en la que se hundió, se perdió.
En febrero de 2021, los nueve tripulantes del buque Nehir, de 52 metros de eslora y con bandera de la República de Palau,intentaron hundirlo a 90 millas de la costa de Lugo, pero solo lograron que se volteara y quedara con la quilla fuera del agua. La embarcación fue remolcada y de su interior se recuperaron 1,8 toneladas de droga. Los marineros fueron condenados en marzo de 2023 a nueve años de cárcel por la Audiencia Nacional.