Durante años, incluso los seguidores más fieles y optimistas de Oasis habían empezado a resignarse ante la posibilidad de que la banda mancuniana jamás volviera a reunirse. La tensión entre los hermanos Gallagher , convertida en uno de los dramas familiares más crudos del rock británico, se había intensificado con el tiempo. Hace apenas año y medio, Liam Gallagher concedió una entrevista a ‘The Guardian’ en la que, lejos de cualquier gesto conciliador, llamó a Noel «una patata», «un tío sin espíritu» y lo acusó de vivir del pasado. Poco después anunciaban esta gira y, contra todo pronóstico, la reunión se produjo y este viernes más de 70.000 personas asistieron al primero de los conciertos del regreso de Oasis, en el Principality Stadium de Cardiff. Lo que presenciaron fue, según la mayoría de la crítica británica, una noche histórica.La respuesta de la prensa fue inmediata. Alexis Petridis, crítico de ‘The Guardian’, otorgó cinco estrellas al concierto, describiéndolo como un recordatorio abrumador de «la época de inspiración asombrosa que vivió Oasis». Si bien matizó que temas como ‘ D’You Know What I Mean? ‘ parecían un tanto forzados incluso con la participación coral del público, destacó el contraste entre la melancolía implícita en las letras de Noel y la forma en que Liam las cantaba, «como un hombre al borde de la violencia, rebosante de frustración ». La conjunción de ambas fuerzas generó una energía eléctrica que mantuvo al estadio en pie durante casi dos horas.Noticia Relacionada Primer concierto este viernes estandar Si El regreso de Oasis: «La duda es si acabarán la gira sin matarse» Ivannia Salazar El regreso de los hermanos a los escenarios este viernes ha provocado una movilización que va mucho más allá del circuito habitual de conciertosWill Hodgkinson, en ‘ The Times ‘, también otorgó la puntuación máxima y recalcó el peso simbólico de canciones como ‘Acquiesce’, cuya letra subraya que ambos hermanos se necesitan mutuamente. En palabras del crítico, «Noel tiene un alma lo suficientemente compleja como para escribir canciones hermosas; Liam, un alma lo suficientemente simple como para entregarlas con sentimiento puro ». La combinación, a su juicio, sigue resultando indispensable.Dianne Bourne, en ‘Manchester Evening News’, no escatimó calificativos para el show: «Bíblico, celestial, majestuoso» , dijo, asegurando que ningún exceso retórico sería suficiente para describir la magnitud del concierto. Afirmó que era la primera vez que presenciaba la energía de un «mosh pit» tan extenso que alcanzaba incluso las gradas.Un momento del primer concierto de la reunión de Oasis en Cardiff AFPAndrew Trendell, en ‘NME’, subrayó el carácter catártico del repertorio y situó el concierto en un contexto social más amplio: «Dios sabe que necesitábamos un sabor de esa esperanza noventera en este 2025 lleno de incertidumbre». Para el crítico, la actuación fue una válvula de escape para una generación que sigue viendo en Oasis una de las pocas constantes en un mundo cambiante.Para Neil McCormick, de ‘The Telegraph’, el concierto fue, ante todo, «una reunión entre el público y su banda favorita, entre el Reino Unido y el rock and roll». Y añadió: «Fue muy ruidoso, simplista hasta rozar lo banal y, sin embargo, mágica y agotadoramente estimulante ».También en ‘The Independent’, Mark Beaumont hizo hincapié en la dimensión cultural del evento, vinculándolo al imaginario de otras épocas doradas: «Para los millennials y los gen Z, los años del britpop son tan halagüeños como la Beatlemanía o el verano del amor». Este regreso, para muchos de los presentes, fue lo más parecido a «haber estado allí» en su primera encarnación.ExpectaciónEllie Henman, en ‘The Sun’, afirmó que el repertorio «le hacía sentir como si los noventa le golpearan en la cara una y otra vez». La voz de Liam le pareció «fuera de este mundo» y el trabajo de Noel, «la guinda del pastel». En ‘The Standard’, Martin Robinson se centró en el carácter intergeneracional de la experiencia y celebró que «el sueño de Noel de combinar la comunalidad de la música dance con la actitud punk del rock haya sido reactivado con frescura y entusiasmo».También desde ‘Wales Online’, Kathryn Williams destacó el ambiente de la ciudad en los días previos , con Cardiff envuelta en expectativa: «El muro de sonido fue inmediato y total… y la voz de Liam estuvo impecable».Fans de Oasis durante la actuación de los hermanos Gallagher ReutersWill Richards, en ‘Rolling Stone UK’, recogió el efecto acumulativo del repertorio cuando los temas más icónicos se sucedieron sin pausa. «El arsenal de éxitos generacionales de Oasis no es ningún secreto, pero enfrentarse a él de forma tan directa fue verdaderamente abrumador».IncidentesEl concierto, sin embargo, no estuvo exento de incidentes. Durante la interpretación de ‘Don’t Look Back in Anger’ , varias bengalas que volaron encendidas entre el público obligaron a una breve interrupción mientras el personal de seguridad controlaba la situación. No obstante, el episodio no empañó la velada.Pese a la escasez de interacción directa entre los Gallagher durante la actuación, hubo algunos momentos de significativa carga simbólica. El más comentado fue el breve gesto de caminar tomados del brazo al abandonar el escenario tras ‘Champagne Supernova’. La escena, inmortalizada por los fotógrafos, consolidó la impresión generalizada de que, al menos sobre el escenario, la tregua se había consumado.Operación comercialEl regreso de Oasis, aunque para sus críticos sea un revival dentro de una enorme operación comercial, para muchos críticos musicales y fans ha supuesto una restauración emocional de una memoria compartida, un retorno a un canon cultural que, como recordaba ‘The Guardian’, sigue siendo «mágico y estimulante».Queda por ver si la tensión latente entre los hermanos permitirá que la gira complete su recorrido sin nuevos desencuentros o imprevistos. Los escépticos, que no son pocos, seguirán observando de cerca cada paso. Pero mientras tanto, la crítica especializada se ha volcado de manera casi unánime, reconociendo en este regreso no solo un ejercicio de nostalgia sino una reafirmación de vigencia. Aún así, no todo han sido loas. Algunas críticas, aunque minoritarias, han apuntado que la reunión de Oasis adoleció de cierta falta de espontaneidad . Alexis Petridis, pese a su emoción también en ‘The Guardian’, describió el concierto como «meticulosamente planeado», con un repertorio que evitó cualquier desviación del guion y que, según dijo, «careció del caos que una vez definió a Oasis». ‘Rock News UK’ fue más crítico: sostuvo que «la energía vino más del público que de la banda» y cuestionó la autenticidad del reencuentro al describirlo como «una recreación escénica más que un evento artístico genuino». Desde el ‘Evening Standard’ se alzaron voces que señalaron el coste excesivo de las entradas y la ausencia de material nuevo, y hubo quienes, tanto desde medios como en redes, lamentaron la «falta de electricidad imprevisible» que caracterizaba a los conciertos originales del grupo. Estas voces críticas no desmienten el evidente entusiasmo general, pero recuerdan que, para mantener el interés, Oasis quizá tenga que ofrecer algo más que la nostalgia. Durante años, incluso los seguidores más fieles y optimistas de Oasis habían empezado a resignarse ante la posibilidad de que la banda mancuniana jamás volviera a reunirse. La tensión entre los hermanos Gallagher , convertida en uno de los dramas familiares más crudos del rock británico, se había intensificado con el tiempo. Hace apenas año y medio, Liam Gallagher concedió una entrevista a ‘The Guardian’ en la que, lejos de cualquier gesto conciliador, llamó a Noel «una patata», «un tío sin espíritu» y lo acusó de vivir del pasado. Poco después anunciaban esta gira y, contra todo pronóstico, la reunión se produjo y este viernes más de 70.000 personas asistieron al primero de los conciertos del regreso de Oasis, en el Principality Stadium de Cardiff. Lo que presenciaron fue, según la mayoría de la crítica británica, una noche histórica.La respuesta de la prensa fue inmediata. Alexis Petridis, crítico de ‘The Guardian’, otorgó cinco estrellas al concierto, describiéndolo como un recordatorio abrumador de «la época de inspiración asombrosa que vivió Oasis». Si bien matizó que temas como ‘ D’You Know What I Mean? ‘ parecían un tanto forzados incluso con la participación coral del público, destacó el contraste entre la melancolía implícita en las letras de Noel y la forma en que Liam las cantaba, «como un hombre al borde de la violencia, rebosante de frustración ». La conjunción de ambas fuerzas generó una energía eléctrica que mantuvo al estadio en pie durante casi dos horas.Noticia Relacionada Primer concierto este viernes estandar Si El regreso de Oasis: «La duda es si acabarán la gira sin matarse» Ivannia Salazar El regreso de los hermanos a los escenarios este viernes ha provocado una movilización que va mucho más allá del circuito habitual de conciertosWill Hodgkinson, en ‘ The Times ‘, también otorgó la puntuación máxima y recalcó el peso simbólico de canciones como ‘Acquiesce’, cuya letra subraya que ambos hermanos se necesitan mutuamente. En palabras del crítico, «Noel tiene un alma lo suficientemente compleja como para escribir canciones hermosas; Liam, un alma lo suficientemente simple como para entregarlas con sentimiento puro ». La combinación, a su juicio, sigue resultando indispensable.Dianne Bourne, en ‘Manchester Evening News’, no escatimó calificativos para el show: «Bíblico, celestial, majestuoso» , dijo, asegurando que ningún exceso retórico sería suficiente para describir la magnitud del concierto. Afirmó que era la primera vez que presenciaba la energía de un «mosh pit» tan extenso que alcanzaba incluso las gradas.Un momento del primer concierto de la reunión de Oasis en Cardiff AFPAndrew Trendell, en ‘NME’, subrayó el carácter catártico del repertorio y situó el concierto en un contexto social más amplio: «Dios sabe que necesitábamos un sabor de esa esperanza noventera en este 2025 lleno de incertidumbre». Para el crítico, la actuación fue una válvula de escape para una generación que sigue viendo en Oasis una de las pocas constantes en un mundo cambiante.Para Neil McCormick, de ‘The Telegraph’, el concierto fue, ante todo, «una reunión entre el público y su banda favorita, entre el Reino Unido y el rock and roll». Y añadió: «Fue muy ruidoso, simplista hasta rozar lo banal y, sin embargo, mágica y agotadoramente estimulante ».También en ‘The Independent’, Mark Beaumont hizo hincapié en la dimensión cultural del evento, vinculándolo al imaginario de otras épocas doradas: «Para los millennials y los gen Z, los años del britpop son tan halagüeños como la Beatlemanía o el verano del amor». Este regreso, para muchos de los presentes, fue lo más parecido a «haber estado allí» en su primera encarnación.ExpectaciónEllie Henman, en ‘The Sun’, afirmó que el repertorio «le hacía sentir como si los noventa le golpearan en la cara una y otra vez». La voz de Liam le pareció «fuera de este mundo» y el trabajo de Noel, «la guinda del pastel». En ‘The Standard’, Martin Robinson se centró en el carácter intergeneracional de la experiencia y celebró que «el sueño de Noel de combinar la comunalidad de la música dance con la actitud punk del rock haya sido reactivado con frescura y entusiasmo».También desde ‘Wales Online’, Kathryn Williams destacó el ambiente de la ciudad en los días previos , con Cardiff envuelta en expectativa: «El muro de sonido fue inmediato y total… y la voz de Liam estuvo impecable».Fans de Oasis durante la actuación de los hermanos Gallagher ReutersWill Richards, en ‘Rolling Stone UK’, recogió el efecto acumulativo del repertorio cuando los temas más icónicos se sucedieron sin pausa. «El arsenal de éxitos generacionales de Oasis no es ningún secreto, pero enfrentarse a él de forma tan directa fue verdaderamente abrumador».IncidentesEl concierto, sin embargo, no estuvo exento de incidentes. Durante la interpretación de ‘Don’t Look Back in Anger’ , varias bengalas que volaron encendidas entre el público obligaron a una breve interrupción mientras el personal de seguridad controlaba la situación. No obstante, el episodio no empañó la velada.Pese a la escasez de interacción directa entre los Gallagher durante la actuación, hubo algunos momentos de significativa carga simbólica. El más comentado fue el breve gesto de caminar tomados del brazo al abandonar el escenario tras ‘Champagne Supernova’. La escena, inmortalizada por los fotógrafos, consolidó la impresión generalizada de que, al menos sobre el escenario, la tregua se había consumado.Operación comercialEl regreso de Oasis, aunque para sus críticos sea un revival dentro de una enorme operación comercial, para muchos críticos musicales y fans ha supuesto una restauración emocional de una memoria compartida, un retorno a un canon cultural que, como recordaba ‘The Guardian’, sigue siendo «mágico y estimulante».Queda por ver si la tensión latente entre los hermanos permitirá que la gira complete su recorrido sin nuevos desencuentros o imprevistos. Los escépticos, que no son pocos, seguirán observando de cerca cada paso. Pero mientras tanto, la crítica especializada se ha volcado de manera casi unánime, reconociendo en este regreso no solo un ejercicio de nostalgia sino una reafirmación de vigencia. Aún así, no todo han sido loas. Algunas críticas, aunque minoritarias, han apuntado que la reunión de Oasis adoleció de cierta falta de espontaneidad . Alexis Petridis, pese a su emoción también en ‘The Guardian’, describió el concierto como «meticulosamente planeado», con un repertorio que evitó cualquier desviación del guion y que, según dijo, «careció del caos que una vez definió a Oasis». ‘Rock News UK’ fue más crítico: sostuvo que «la energía vino más del público que de la banda» y cuestionó la autenticidad del reencuentro al describirlo como «una recreación escénica más que un evento artístico genuino». Desde el ‘Evening Standard’ se alzaron voces que señalaron el coste excesivo de las entradas y la ausencia de material nuevo, y hubo quienes, tanto desde medios como en redes, lamentaron la «falta de electricidad imprevisible» que caracterizaba a los conciertos originales del grupo. Estas voces críticas no desmienten el evidente entusiasmo general, pero recuerdan que, para mantener el interés, Oasis quizá tenga que ofrecer algo más que la nostalgia.
Durante años, incluso los seguidores más fieles y optimistas de Oasis habían empezado a resignarse ante la posibilidad de que la banda mancuniana jamás volviera a reunirse. La tensión entre los hermanos Gallagher, convertida en uno de los dramas familiares más crudos del rock … británico, se había intensificado con el tiempo. Hace apenas año y medio, Liam Gallagher concedió una entrevista a ‘The Guardian’ en la que, lejos de cualquier gesto conciliador, llamó a Noel «una patata», «un tío sin espíritu» y lo acusó de vivir del pasado.
Poco después anunciaban esta gira y, contra todo pronóstico, la reunión se produjo y este viernes más de 70.000 personas asistieron al primero de los conciertos del regreso de Oasis, en el Principality Stadium de Cardiff. Lo que presenciaron fue, según la mayoría de la crítica británica, una noche histórica.
La respuesta de la prensa fue inmediata. Alexis Petridis, crítico de ‘The Guardian’, otorgó cinco estrellas al concierto, describiéndolo como un recordatorio abrumador de «la época de inspiración asombrosa que vivió Oasis». Si bien matizó que temas como ‘D’You Know What I Mean?‘ parecían un tanto forzados incluso con la participación coral del público, destacó el contraste entre la melancolía implícita en las letras de Noel y la forma en que Liam las cantaba, «como un hombre al borde de la violencia, rebosante de frustración». La conjunción de ambas fuerzas generó una energía eléctrica que mantuvo al estadio en pie durante casi dos horas.
Will Hodgkinson, en ‘The Times‘, también otorgó la puntuación máxima y recalcó el peso simbólico de canciones como ‘Acquiesce’, cuya letra subraya que ambos hermanos se necesitan mutuamente. En palabras del crítico, «Noel tiene un alma lo suficientemente compleja como para escribir canciones hermosas; Liam, un alma lo suficientemente simple como para entregarlas con sentimiento puro». La combinación, a su juicio, sigue resultando indispensable.
Dianne Bourne, en ‘Manchester Evening News’, no escatimó calificativos para el show: «Bíblico, celestial, majestuoso», dijo, asegurando que ningún exceso retórico sería suficiente para describir la magnitud del concierto. Afirmó que era la primera vez que presenciaba la energía de un «mosh pit» tan extenso que alcanzaba incluso las gradas.
AFP
Andrew Trendell, en ‘NME’, subrayó el carácter catártico del repertorio y situó el concierto en un contexto social más amplio: «Dios sabe que necesitábamos un sabor de esa esperanza noventera en este 2025 lleno de incertidumbre». Para el crítico, la actuación fue una válvula de escape para una generación que sigue viendo en Oasis una de las pocas constantes en un mundo cambiante.
Para Neil McCormick, de ‘The Telegraph’, el concierto fue, ante todo, «una reunión entre el público y su banda favorita, entre el Reino Unido y el rock and roll». Y añadió: «Fue muy ruidoso, simplista hasta rozar lo banal y, sin embargo, mágica y agotadoramente estimulante».
También en ‘The Independent’, Mark Beaumont hizo hincapié en la dimensión cultural del evento, vinculándolo al imaginario de otras épocas doradas: «Para los millennials y los gen Z, los años del britpop son tan halagüeños como la Beatlemanía o el verano del amor». Este regreso, para muchos de los presentes, fue lo más parecido a «haber estado allí» en su primera encarnación.
Expectación
Ellie Henman, en ‘The Sun’, afirmó que el repertorio «le hacía sentir como si los noventa le golpearan en la cara una y otra vez». La voz de Liam le pareció «fuera de este mundo» y el trabajo de Noel, «la guinda del pastel». En ‘The Standard’, Martin Robinson se centró en el carácter intergeneracional de la experiencia y celebró que «el sueño de Noel de combinar la comunalidad de la música dance con la actitud punk del rock haya sido reactivado con frescura y entusiasmo».
También desde ‘Wales Online’, Kathryn Williams destacó el ambiente de la ciudad en los días previos, con Cardiff envuelta en expectativa: «El muro de sonido fue inmediato y total… y la voz de Liam estuvo impecable».
Reuters
Will Richards, en ‘Rolling Stone UK’, recogió el efecto acumulativo del repertorio cuando los temas más icónicos se sucedieron sin pausa. «El arsenal de éxitos generacionales de Oasis no es ningún secreto, pero enfrentarse a él de forma tan directa fue verdaderamente abrumador».
Incidentes
El concierto, sin embargo, no estuvo exento de incidentes. Durante la interpretación de ‘Don’t Look Back in Anger’, varias bengalas que volaron encendidas entre el público obligaron a una breve interrupción mientras el personal de seguridad controlaba la situación. No obstante, el episodio no empañó la velada.
Pese a la escasez de interacción directa entre los Gallagher durante la actuación, hubo algunos momentos de significativa carga simbólica. El más comentado fue el breve gesto de caminar tomados del brazo al abandonar el escenario tras ‘Champagne Supernova’. La escena, inmortalizada por los fotógrafos, consolidó la impresión generalizada de que, al menos sobre el escenario, la tregua se había consumado.
Operación comercial
El regreso de Oasis, aunque para sus críticos sea un revival dentro de una enorme operación comercial, para muchos críticos musicales y fans ha supuesto una restauración emocional de una memoria compartida, un retorno a un canon cultural que, como recordaba ‘The Guardian’, sigue siendo «mágico y estimulante».
Queda por ver si la tensión latente entre los hermanos permitirá que la gira complete su recorrido sin nuevos desencuentros o imprevistos. Los escépticos, que no son pocos, seguirán observando de cerca cada paso. Pero mientras tanto, la crítica especializada se ha volcado de manera casi unánime, reconociendo en este regreso no solo un ejercicio de nostalgia sino una reafirmación de vigencia.
Aún así, no todo han sido loas. Algunas críticas, aunque minoritarias, han apuntado que la reunión de Oasis adoleció de cierta falta de espontaneidad. Alexis Petridis, pese a su emoción también en ‘The Guardian’, describió el concierto como «meticulosamente planeado», con un repertorio que evitó cualquier desviación del guion y que, según dijo, «careció del caos que una vez definió a Oasis».
‘Rock News UK’ fue más crítico: sostuvo que «la energía vino más del público que de la banda» y cuestionó la autenticidad del reencuentro al describirlo como «una recreación escénica más que un evento artístico genuino». Desde el ‘Evening Standard’ se alzaron voces que señalaron el coste excesivo de las entradas y la ausencia de material nuevo, y hubo quienes, tanto desde medios como en redes, lamentaron la «falta de electricidad imprevisible» que caracterizaba a los conciertos originales del grupo.
Estas voces críticas no desmienten el evidente entusiasmo general, pero recuerdan que, para mantener el interés, Oasis quizá tenga que ofrecer algo más que la nostalgia.
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