La Reserva Federal cierra este miércoles su reunión de política monetaria, con muy pocas dudas sobre qué tipo de decisión toma sobre tipos de interés -bajarlos-; pero, a la vez, con toda la atención puesta en el banco central de la primera potencia mundial, en medio de un asalto a su independencia por parte de Donald Trump.Cualquier cosa que no sea una bajada de un cuarto de punto en los tipos de interés será una gran sorpresa, una decisión que el director de la Fed, Jerome Powell , telegrafió el mes pasado en el cónclave anual de los reguladores en las montañas de Jackson Hole (Wyoming).Será la primera bajada de tipos en lo que va de año, pese a las presiones sin precedentes por parte del presidente de EE.UU. para que lo haga. Trump, que quiere tipos más bajos para echar combustible a la economía de EE.UU., ha insultado a Powell -al que él mismo eligió- y ha llegado a amagar con su despido , lo que sería de mucha gravedad para un organismo que tiene uno de sus grandes activos en su independencia frente al poder ejecutivo.Inflación y empleo, en el punto de miraDesde la última bajada de tipos, el pasado diciembre, la Fed se ha debatido entre los dos elementos a los que debe prestar más atención: la pertinaz inflación , que no ha bajado al ritmo que hubiera gustado a los reguladores, lo que no invita a bajar tipos y recalentar la economía; y el mercado de empleo, que muestra debilidad en los últimos meses y que requiere la receta contraria.Powell dejó claro en Jackson Hole que la preocupación prioritaria —en especial, tras la revisión a la baja de los datos de empleo del año pasado— es el mercado laboral y el consenso entre los analistas es que habrá una bajada de un cuarto de punto .La mirada estará más puesta en el calendario de bajadas de tipos que ofrecerán los reguladores en su informe trimestral sobre perspectivas económicas. La cuestión es si se mantendrá el calendario de dos recortes de tipos en lo que queda de año, como se predijo en junio, o si serán tres recortes ante la nueva situación creada por el mercado laboral.Pero, por otro lado, la preocupación por la inflación, acentuada por la incertidumbre en el impacto de los aranceles de Trump —pieza clave de su política económica y todavía lejos de haberse desplegado por completo— podría llevar a una visión todavía conservadora sobre cómo debe ser el ritmo de bajadas.Con la presencia de Lisa Cook a pesar del despido de TrumpEntre quienes tomarán esas decisiones está la protagonista del principal asalto de Trump a la Fed: Lisa Cook , la gobernadora a la que Trump despidió el mes pasado. El presidente de EE.UU. lo justificó en que Cook había cometido fraude hipotecario —se le acusa de haber procesado dos préstamos hipotecarios y considerando que los dos inmuebles afectados era su «residencia principal»—, pero todo apunta a que tiene mucho más que ver con tomar el control de la Fed (hace unos días, Reuters reveló documentos que mostraban que Cook procesó uno de esos inmuebles como «casa vacacional»).Frustrado por la negativa de Powell y de la Fed a bajar tipos con rapidez, el multimillonario se ha esforzado por colonizar el consejo de gobernadores del banco central, que cuenta con siete miembros. Dos de ellos han sido nombrados por Trump. Un tercero está vacante desde julio, pero el Senado acaba de aprobar la incorporación de Stephen Miran , asesor económico del presidente, que ha jurado su cargo de forma expedita para poder asistir a la reunión de esta semana. Si Trump consigue echar a Cook, habrá una mayoría de cuatro gobernadores elegidos por él en el consejo.De momento, la justicia ha parado estos planes . Cook ha defendido que no hay causa para su despido, interpuso una demanda contra el Gobierno para tumbarlo y una juez federal impuso que se mantenga en el cargo de manera cautelar mientras se ventila su caso. Un tribunal de apelación sostuvo esta decisión esta misma semana. Aunque Trump ha recurrido ante el Tribunal Supremo, eso no ha impedido la participación de Cook .Pese a que la Fed apruebe ese recorte esperado de un cuarto de punto, podría aparecer crecientes disensiones entre sus miembros , algo que ha sido excepcional y que ahora podría convertirse en la tónica. En la reunión del pasado julio, dos gobernadores elegidos por Trump disintieron de la decisión de no bajar tipos. Ahora, con la incorporación de Miran, las voces contrarias pueden crecer, lo que será una muestra de que tampoco la Fed va a quedar fuera de la polarización y división que manda en EE.UU . La Reserva Federal cierra este miércoles su reunión de política monetaria, con muy pocas dudas sobre qué tipo de decisión toma sobre tipos de interés -bajarlos-; pero, a la vez, con toda la atención puesta en el banco central de la primera potencia mundial, en medio de un asalto a su independencia por parte de Donald Trump.Cualquier cosa que no sea una bajada de un cuarto de punto en los tipos de interés será una gran sorpresa, una decisión que el director de la Fed, Jerome Powell , telegrafió el mes pasado en el cónclave anual de los reguladores en las montañas de Jackson Hole (Wyoming).Será la primera bajada de tipos en lo que va de año, pese a las presiones sin precedentes por parte del presidente de EE.UU. para que lo haga. Trump, que quiere tipos más bajos para echar combustible a la economía de EE.UU., ha insultado a Powell -al que él mismo eligió- y ha llegado a amagar con su despido , lo que sería de mucha gravedad para un organismo que tiene uno de sus grandes activos en su independencia frente al poder ejecutivo.Inflación y empleo, en el punto de miraDesde la última bajada de tipos, el pasado diciembre, la Fed se ha debatido entre los dos elementos a los que debe prestar más atención: la pertinaz inflación , que no ha bajado al ritmo que hubiera gustado a los reguladores, lo que no invita a bajar tipos y recalentar la economía; y el mercado de empleo, que muestra debilidad en los últimos meses y que requiere la receta contraria.Powell dejó claro en Jackson Hole que la preocupación prioritaria —en especial, tras la revisión a la baja de los datos de empleo del año pasado— es el mercado laboral y el consenso entre los analistas es que habrá una bajada de un cuarto de punto .La mirada estará más puesta en el calendario de bajadas de tipos que ofrecerán los reguladores en su informe trimestral sobre perspectivas económicas. La cuestión es si se mantendrá el calendario de dos recortes de tipos en lo que queda de año, como se predijo en junio, o si serán tres recortes ante la nueva situación creada por el mercado laboral.Pero, por otro lado, la preocupación por la inflación, acentuada por la incertidumbre en el impacto de los aranceles de Trump —pieza clave de su política económica y todavía lejos de haberse desplegado por completo— podría llevar a una visión todavía conservadora sobre cómo debe ser el ritmo de bajadas.Con la presencia de Lisa Cook a pesar del despido de TrumpEntre quienes tomarán esas decisiones está la protagonista del principal asalto de Trump a la Fed: Lisa Cook , la gobernadora a la que Trump despidió el mes pasado. El presidente de EE.UU. lo justificó en que Cook había cometido fraude hipotecario —se le acusa de haber procesado dos préstamos hipotecarios y considerando que los dos inmuebles afectados era su «residencia principal»—, pero todo apunta a que tiene mucho más que ver con tomar el control de la Fed (hace unos días, Reuters reveló documentos que mostraban que Cook procesó uno de esos inmuebles como «casa vacacional»).Frustrado por la negativa de Powell y de la Fed a bajar tipos con rapidez, el multimillonario se ha esforzado por colonizar el consejo de gobernadores del banco central, que cuenta con siete miembros. Dos de ellos han sido nombrados por Trump. Un tercero está vacante desde julio, pero el Senado acaba de aprobar la incorporación de Stephen Miran , asesor económico del presidente, que ha jurado su cargo de forma expedita para poder asistir a la reunión de esta semana. Si Trump consigue echar a Cook, habrá una mayoría de cuatro gobernadores elegidos por él en el consejo.De momento, la justicia ha parado estos planes . Cook ha defendido que no hay causa para su despido, interpuso una demanda contra el Gobierno para tumbarlo y una juez federal impuso que se mantenga en el cargo de manera cautelar mientras se ventila su caso. Un tribunal de apelación sostuvo esta decisión esta misma semana. Aunque Trump ha recurrido ante el Tribunal Supremo, eso no ha impedido la participación de Cook .Pese a que la Fed apruebe ese recorte esperado de un cuarto de punto, podría aparecer crecientes disensiones entre sus miembros , algo que ha sido excepcional y que ahora podría convertirse en la tónica. En la reunión del pasado julio, dos gobernadores elegidos por Trump disintieron de la decisión de no bajar tipos. Ahora, con la incorporación de Miran, las voces contrarias pueden crecer, lo que será una muestra de que tampoco la Fed va a quedar fuera de la polarización y división que manda en EE.UU .
La Reserva Federal cierra este miércoles su reunión de política monetaria, con muy pocas dudas sobre qué tipo de decisión toma sobre tipos de interés -bajarlos-; pero, a la vez, con toda la atención puesta en el banco central de la primera potencia mundial, … en medio de un asalto a su independencia por parte de Donald Trump.
Cualquier cosa que no sea una bajada de un cuarto de punto en los tipos de interés será una gran sorpresa, una decisión que el director de la Fed, Jerome Powell, telegrafió el mes pasado en el cónclave anual de los reguladores en las montañas de Jackson Hole (Wyoming).
Será la primera bajada de tipos en lo que va de año, pese a las presiones sin precedentes por parte del presidente de EE.UU. para que lo haga. Trump, que quiere tipos más bajos para echar combustible a la economía de EE.UU., ha insultado a Powell -al que él mismo eligió- y ha llegado a amagar con su despido, lo que sería de mucha gravedad para un organismo que tiene uno de sus grandes activos en su independencia frente al poder ejecutivo.
Inflación y empleo, en el punto de mira
Desde la última bajada de tipos, el pasado diciembre, la Fed se ha debatido entre los dos elementos a los que debe prestar más atención: la pertinaz inflación, que no ha bajado al ritmo que hubiera gustado a los reguladores, lo que no invita a bajar tipos y recalentar la economía; y el mercado de empleo, que muestra debilidad en los últimos meses y que requiere la receta contraria.
Powell dejó claro en Jackson Hole que la preocupación prioritaria —en especial, tras la revisión a la baja de los datos de empleo del año pasado— es el mercado laboral y el consenso entre los analistas es que habrá una bajada de un cuarto de punto.
La mirada estará más puesta en el calendario de bajadas de tipos que ofrecerán los reguladores en su informe trimestral sobre perspectivas económicas. La cuestión es si se mantendrá el calendario de dos recortes de tipos en lo que queda de año, como se predijo en junio, o si serán tres recortes ante la nueva situación creada por el mercado laboral.
Pero, por otro lado, la preocupación por la inflación, acentuada por la incertidumbre en el impacto de los aranceles de Trump —pieza clave de su política económica y todavía lejos de haberse desplegado por completo— podría llevar a una visión todavía conservadora sobre cómo debe ser el ritmo de bajadas.
Con la presencia de Lisa Cook a pesar del despido de Trump
Entre quienes tomarán esas decisiones está la protagonista del principal asalto de Trump a la Fed: Lisa Cook, la gobernadora a la que Trump despidió el mes pasado. El presidente de EE.UU. lo justificó en que Cook había cometido fraude hipotecario —se le acusa de haber procesado dos préstamos hipotecarios y considerando que los dos inmuebles afectados era su «residencia principal»—, pero todo apunta a que tiene mucho más que ver con tomar el control de la Fed (hace unos días, Reuters reveló documentos que mostraban que Cook procesó uno de esos inmuebles como «casa vacacional»).
Frustrado por la negativa de Powell y de la Fed a bajar tipos con rapidez, el multimillonario se ha esforzado por colonizar el consejo de gobernadores del banco central, que cuenta con siete miembros. Dos de ellos han sido nombrados por Trump. Un tercero está vacante desde julio, pero el Senado acaba de aprobar la incorporación de Stephen Miran, asesor económico del presidente, que ha jurado su cargo de forma expedita para poder asistir a la reunión de esta semana. Si Trump consigue echar a Cook, habrá una mayoría de cuatro gobernadores elegidos por él en el consejo.
De momento, la justicia ha parado estos planes. Cook ha defendido que no hay causa para su despido, interpuso una demanda contra el Gobierno para tumbarlo y una juez federal impuso que se mantenga en el cargo de manera cautelar mientras se ventila su caso. Un tribunal de apelación sostuvo esta decisión esta misma semana. Aunque Trump ha recurrido ante el Tribunal Supremo, eso no ha impedido la participación de Cook.
Pese a que la Fed apruebe ese recorte esperado de un cuarto de punto, podría aparecer crecientes disensiones entre sus miembros, algo que ha sido excepcional y que ahora podría convertirse en la tónica. En la reunión del pasado julio, dos gobernadores elegidos por Trump disintieron de la decisión de no bajar tipos. Ahora, con la incorporación de Miran, las voces contrarias pueden crecer, lo que será una muestra de que tampoco la Fed va a quedar fuera de la polarización y división que manda en EE.UU.
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