La Casa Real de los Países Bajos afronta días de inquietud por una noticia que apenas ha trascendido en público, pero que mantiene en alerta a su entorno más cercano. Carlos Ancapichun, de 76 años, es desde hace más de treinta años uno de los hombres de confianza de los Reyes Guillermo y Máxima de Holanda . Su cometido: custodiar la lujosa casa de veraneo que poseen en la Patagonia argentina, un refugio de ensueño en Villa La Angostura. Hoy, su nombre ocupa titulares por una razón dramática: lleva desaparecido desde el pasado 13 de junio.El veterano cuidador cruzó la frontera desde Argentina hasta Chile para visitar a su familia en Entrelagos, una pequeña localidad de la comuna Puyehue. Tenía un plan claro: reencontrarse con su hermanastro y explorar un terreno donde soñaba construir su vivienda. Según relató su nieto, Mirko Ojeda Hidalgo, a ‘Infobae’, «al llegar a Chile, visitó a su hermanastro en Entrelagos y dos horas después le dijo que recorrería el predio ubicado a 1,5 kilómetros. No volvió más».TE RECOMENDAMOS Caso Nummaria La Audiencia absuelve a Ana Duato de todos los delitos y condena a Imanol Arias a dos años y dos meses de cárcel Javier Lillo ¿Quién es Mari Arana? La joven que relacionan con Barron, el hijo menor de Donald Trump Daniella BejaranoDesde entonces, la única pista es su camioneta, encontrada cerrada y sin signos de violencia , estacionada en plena selva valdiviana entre el complejo Aguas Calientes y el centro de esquí Antillanca. Dentro quedaron ropa, botas y herramientas, detalles que, según los expertos citados por ‘Diario Río Negro’, indican que Ancapichun no pretendía desaparecer de forma voluntaria.El operativo de búsqueda arrancó tras una alerta de los carabineros, quienes localizaron la camioneta y notificaron a su esposa gracias a la patente del vehículo. Desde el 16 de junio, cuando se formalizó la denuncia por «presunta desgracia», la búsqueda no ha cesado , pero tampoco ha dado frutos. Drones, helicópteros y brigadas terrestres trabajan en un terreno calificado por los rescatistas como de difícil acceso, húmedo y casi impenetrable. «Cordillera pura. Es cerrado, con mucha humedad. Hay cañadones, cascadas, lagunas. Para transitar entre las plantas y las cañas se necesita machete», describen desde ‘Infobae’.El caso cobra aún más misterio por un hecho inquietante: en 1950, el padre de Ancapichun desapareció en circunstancias muy similares , en la misma región. Nunca se supo más de él; solo regresó su caballo. Ahora, más de 70 años después, la historia parece repetirse, como una tragedia que acecha a la misma familia.Mientras tanto, en Villa La Angostura, donde se ubica la residencia real, de más de 1.000 metros cuadrados dentro de una finca de más de 3.000 hectáreas, La preocupación es palpable. Carlos no solo custodiaba la propiedad de los reyes neerlandeses, también cuidaba otras viviendas dentro de la exclusiva urbanización Cumelén, un reducto de descanso para empresarios y figuras políticas de alto nivel.GTRESPor ahora, Máxima y Guillermo guardan silencio público sobre la desaparición de su fiel trabajador. Ningún comunicado ha salido de la Casa Real, aunque, como señala ‘Infobae’, se entiende que los monarcas están informados de cada novedad. La búsqueda sigue, aunque cada día que pasa pesa en contra. «Hasta ahora no hay novedades, no hay noticias de nada . No hay indicios. No hay nada todavía, pero no se descarta nada», subrayan las fuentes consultadas por el citado medio.A la espera de respuestas, el caso de Carlos Ancapichun sigue sumando incógnitas. La Patagonia, ese paraíso natural de bosques, lagos y montañas que enamora a turistas y a la realeza europea, es hoy el escenario de un enigma que tiene a la Familia Real de los Países Bajos mirando, en silencio, hacia el sur del mundo. La Casa Real de los Países Bajos afronta días de inquietud por una noticia que apenas ha trascendido en público, pero que mantiene en alerta a su entorno más cercano. Carlos Ancapichun, de 76 años, es desde hace más de treinta años uno de los hombres de confianza de los Reyes Guillermo y Máxima de Holanda . Su cometido: custodiar la lujosa casa de veraneo que poseen en la Patagonia argentina, un refugio de ensueño en Villa La Angostura. Hoy, su nombre ocupa titulares por una razón dramática: lleva desaparecido desde el pasado 13 de junio.El veterano cuidador cruzó la frontera desde Argentina hasta Chile para visitar a su familia en Entrelagos, una pequeña localidad de la comuna Puyehue. Tenía un plan claro: reencontrarse con su hermanastro y explorar un terreno donde soñaba construir su vivienda. Según relató su nieto, Mirko Ojeda Hidalgo, a ‘Infobae’, «al llegar a Chile, visitó a su hermanastro en Entrelagos y dos horas después le dijo que recorrería el predio ubicado a 1,5 kilómetros. No volvió más».TE RECOMENDAMOS Caso Nummaria La Audiencia absuelve a Ana Duato de todos los delitos y condena a Imanol Arias a dos años y dos meses de cárcel Javier Lillo ¿Quién es Mari Arana? La joven que relacionan con Barron, el hijo menor de Donald Trump Daniella BejaranoDesde entonces, la única pista es su camioneta, encontrada cerrada y sin signos de violencia , estacionada en plena selva valdiviana entre el complejo Aguas Calientes y el centro de esquí Antillanca. Dentro quedaron ropa, botas y herramientas, detalles que, según los expertos citados por ‘Diario Río Negro’, indican que Ancapichun no pretendía desaparecer de forma voluntaria.El operativo de búsqueda arrancó tras una alerta de los carabineros, quienes localizaron la camioneta y notificaron a su esposa gracias a la patente del vehículo. Desde el 16 de junio, cuando se formalizó la denuncia por «presunta desgracia», la búsqueda no ha cesado , pero tampoco ha dado frutos. Drones, helicópteros y brigadas terrestres trabajan en un terreno calificado por los rescatistas como de difícil acceso, húmedo y casi impenetrable. «Cordillera pura. Es cerrado, con mucha humedad. Hay cañadones, cascadas, lagunas. Para transitar entre las plantas y las cañas se necesita machete», describen desde ‘Infobae’.El caso cobra aún más misterio por un hecho inquietante: en 1950, el padre de Ancapichun desapareció en circunstancias muy similares , en la misma región. Nunca se supo más de él; solo regresó su caballo. Ahora, más de 70 años después, la historia parece repetirse, como una tragedia que acecha a la misma familia.Mientras tanto, en Villa La Angostura, donde se ubica la residencia real, de más de 1.000 metros cuadrados dentro de una finca de más de 3.000 hectáreas, La preocupación es palpable. Carlos no solo custodiaba la propiedad de los reyes neerlandeses, también cuidaba otras viviendas dentro de la exclusiva urbanización Cumelén, un reducto de descanso para empresarios y figuras políticas de alto nivel.GTRESPor ahora, Máxima y Guillermo guardan silencio público sobre la desaparición de su fiel trabajador. Ningún comunicado ha salido de la Casa Real, aunque, como señala ‘Infobae’, se entiende que los monarcas están informados de cada novedad. La búsqueda sigue, aunque cada día que pasa pesa en contra. «Hasta ahora no hay novedades, no hay noticias de nada . No hay indicios. No hay nada todavía, pero no se descarta nada», subrayan las fuentes consultadas por el citado medio.A la espera de respuestas, el caso de Carlos Ancapichun sigue sumando incógnitas. La Patagonia, ese paraíso natural de bosques, lagos y montañas que enamora a turistas y a la realeza europea, es hoy el escenario de un enigma que tiene a la Familia Real de los Países Bajos mirando, en silencio, hacia el sur del mundo.
El empleado, de absoluta confianza y responsable de la seguridad de la lujosa residencia en Villa La Angostura, fue visto por última vez el 13 de junio en la selva valdiviana
La Casa Real de los Países Bajos afronta días de inquietud por una noticia que apenas ha trascendido en público, pero que mantiene en alerta a su entorno más cercano. Carlos Ancapichun, de 76 años, es desde hace más de treinta años uno de los hombres de confianza de los Reyes Guillermo y Máxima de Holanda. Su cometido: custodiar la lujosa casa de veraneo que poseen en la Patagonia argentina, un refugio de ensueño en Villa La Angostura. Hoy, su nombre ocupa titulares por una razón dramática: lleva desaparecido desde el pasado 13 de junio.
El veterano cuidador cruzó la frontera desde Argentina hasta Chile para visitar a su familia en Entrelagos, una pequeña localidad de la comuna Puyehue. Tenía un plan claro: reencontrarse con su hermanastro y explorar un terreno donde soñaba construir su vivienda. Según relató su nieto, Mirko Ojeda Hidalgo, a ‘Infobae’, «al llegar a Chile, visitó a su hermanastro en Entrelagos y dos horas después le dijo que recorrería el predio ubicado a 1,5 kilómetros. No volvió más».
Desde entonces, la única pista es su camioneta, encontrada cerrada y sin signos de violencia, estacionada en plena selva valdiviana entre el complejo Aguas Calientes y el centro de esquí Antillanca. Dentro quedaron ropa, botas y herramientas, detalles que, según los expertos citados por ‘Diario Río Negro’, indican que Ancapichun no pretendía desaparecer de forma voluntaria.
El operativo de búsqueda arrancó tras una alerta de los carabineros, quienes localizaron la camioneta y notificaron a su esposa gracias a la patente del vehículo. Desde el 16 de junio, cuando se formalizó la denuncia por «presunta desgracia», la búsqueda no ha cesado, pero tampoco ha dado frutos. Drones, helicópteros y brigadas terrestres trabajan en un terreno calificado por los rescatistas como de difícil acceso, húmedo y casi impenetrable. «Cordillera pura. Es cerrado, con mucha humedad. Hay cañadones, cascadas, lagunas. Para transitar entre las plantas y las cañas se necesita machete», describen desde ‘Infobae’.
El caso cobra aún más misterio por un hecho inquietante: en 1950, el padre de Ancapichun desapareció en circunstancias muy similares, en la misma región. Nunca se supo más de él; solo regresó su caballo. Ahora, más de 70 años después, la historia parece repetirse, como una tragedia que acecha a la misma familia.
Mientras tanto, en Villa La Angostura, donde se ubica la residencia real, de más de 1.000 metros cuadrados dentro de una finca de más de 3.000 hectáreas, La preocupación es palpable. Carlos no solo custodiaba la propiedad de los reyes neerlandeses, también cuidaba otras viviendas dentro de la exclusiva urbanización Cumelén, un reducto de descanso para empresarios y figuras políticas de alto nivel.
Por ahora, Máxima y Guillermo guardan silencio público sobre la desaparición de su fiel trabajador. Ningún comunicado ha salido de la Casa Real, aunque, como señala ‘Infobae’, se entiende que los monarcas están informados de cada novedad. La búsqueda sigue, aunque cada día que pasa pesa en contra. «Hasta ahora no hay novedades, no hay noticias de nada. No hay indicios. No hay nada todavía, pero no se descarta nada», subrayan las fuentes consultadas por el citado medio.
A la espera de respuestas, el caso de Carlos Ancapichun sigue sumando incógnitas. La Patagonia, ese paraíso natural de bosques, lagos y montañas que enamora a turistas y a la realeza europea, es hoy el escenario de un enigma que tiene a la Familia Real de los Países Bajos mirando, en silencio, hacia el sur del mundo.
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