La Unión Europea ha logrado un acuerdo interinstitucional sobre el nuevo Reglamento para la seguridad de los juguetes en la UE, que establece requisitos más estrictos sobre sustancias químicas, nuevos mecanismos de trazabilidad y vigilancia digital, y una mayor responsabilidad para todos los actores de la cadena de suministro.El acuerdo alcanzado en trílogos entre el Parlamento europeo , el Consejo y la Comisión incorpora avances científicos sobre materiales, nuevos riesgos para los niños como los dispositivos digitales y enfoques preventivos para mejorar su protección. El nuevo reglamento, que sustituirá a la Directiva 2009/48/CE , incorpora medidas más estrictas frente a una realidad cada vez más común: la compra de juguetes a través de plataformas online gestionadas por vendedores fuera de la Unión Europea . Esta normativa coincide con la iniciativa del Parlamento Europeo para controlar mejor el e-commerce, desde donde se produce también importantes llegadas de paquetería con juguetes que no siempre cumplen las reglas comunitarias , y que sobre todo pueden suponer un riesgo importante para los niños.Noticia Relacionada estandar Si El fenómeno Labubu: cómo China busca ganar influencia mediante su propiedad intelectual Claudia T. FerreroSiempre debe haber alguien detrásUna de las piedras angulares del reglamento es la exigencia de que cualquier juguete comercializado en la Unión, incluso si se vende desde países terceros a través de plataformas digitales, debe contar con un operador económico responsable establecido en territorio comunitario. Sin esta figura –fabricante, importador o representante autorizado– el producto no puede legalmente comercializarse. Este requisito busca acabar con la situación de indefensión en la que el consumidor se encontraba en la actualidad ante ciertos productos online. Las plataformas que intermedian en la venta de juguetes se convierten en actores responsables: si alojan ofertas de productos no conformes, están difundiendo contenido ilegal, en línea con la Ley de Servicios Digitales (Reglamento UE 2022/2065). Deberán actuar con diligencia, retirar rápidamente artículos peligrosos y colaborar con las autoridades nacionales.Además, los consumidores deben tener acceso, incluso antes de comprar, a información visible sobre advertencias, la marca CE y otros elementos obligatorios del producto.Un pasaporte digital como identificaciónOtra novedad es la creación de un pasaporte digital del producto. Esta herramienta digital, accesible mediante un código en el juguete o su embalaje, contendrá toda la información sobre su conformidad, trazabilidad y composición. Será obligatorio también para los juguetes importados, y su existencia podrá ser verificada automáticamente por las aduanas antes de autorizar la entrada al mercado, por lo que un juguete sin pasaporte o con datos incoherentes podrá ser bloqueado directamente en la frontera.Las plataformas online deberán ofrecer canales fluidos de comunicación con las autoridades de vigilancia del mercado, compartir datos sobre vendedores externos y actuar con rapidez cuando se detecten riesgos. Además, si un consumidor informa de un accidente o problema de seguridad, las empresas deberán registrarlo, investigarlo y notificarlo.Desde la Comisión de Mercado Interior y Protección al Consumidor (IMCO) del Parlamento Europeo, el eurodiputado del PP Pablo Arias subrayó que con esta normativa «todos los juguetes que lleguen a manos de niños europeos, vengan de donde vengan, deberán cumplir con los mismos estándares de seguridad». Arias subrayó que la Eurocámara está prestando especial atención también a la reforma de aduanas con una doble intención: la lucha contra la competencia desleal , y contra los productos ilegales que plataformas de terceros países introducen en nuestro mercado como consecuencia de la excepción de tasas sobre los paquetes de menos de 150 euros .A su vez, celebró que se ha escuchado a la industria juguetera europea para establecer un período transitorio de 54 meses para aplicar el reglamento, teniendo en cuenta que los ciclos de producción y distribución de este tipo de industria son largos. Según la nueva normativa, los juguetes deben proteger contra « lesiones físicas , asfixia, quemaduras, choques eléctricos» se establecen «límites máximos de ruido», incluso para juguetes no diseñados específicamente para emitir sonido.La norma se centra en los niños, especialmente los menores de 14 años y aquellos con discapacidades, por ser un grupo vulnerable que requiere protección específica frente a riesgos, en especial los químicos, físicos, eléctricos, microbiológicos y digitales. El acuerdo establece la prohibición de sustancias cancerígenas , mutágenas, tóxicas para la reproducción (CMR), disruptores endocrinos, sensibilizantes respiratorios, una lista específica de bisfenoles y PFAS (sustancias perfluoroalquiladas) y otras sustancias peligrosas, y especifica otras que solo podrán estar presentes en trazas inevitables bajo buenas prácticas de fabricación. La Unión Europea ha logrado un acuerdo interinstitucional sobre el nuevo Reglamento para la seguridad de los juguetes en la UE, que establece requisitos más estrictos sobre sustancias químicas, nuevos mecanismos de trazabilidad y vigilancia digital, y una mayor responsabilidad para todos los actores de la cadena de suministro.El acuerdo alcanzado en trílogos entre el Parlamento europeo , el Consejo y la Comisión incorpora avances científicos sobre materiales, nuevos riesgos para los niños como los dispositivos digitales y enfoques preventivos para mejorar su protección. El nuevo reglamento, que sustituirá a la Directiva 2009/48/CE , incorpora medidas más estrictas frente a una realidad cada vez más común: la compra de juguetes a través de plataformas online gestionadas por vendedores fuera de la Unión Europea . Esta normativa coincide con la iniciativa del Parlamento Europeo para controlar mejor el e-commerce, desde donde se produce también importantes llegadas de paquetería con juguetes que no siempre cumplen las reglas comunitarias , y que sobre todo pueden suponer un riesgo importante para los niños.Noticia Relacionada estandar Si El fenómeno Labubu: cómo China busca ganar influencia mediante su propiedad intelectual Claudia T. FerreroSiempre debe haber alguien detrásUna de las piedras angulares del reglamento es la exigencia de que cualquier juguete comercializado en la Unión, incluso si se vende desde países terceros a través de plataformas digitales, debe contar con un operador económico responsable establecido en territorio comunitario. Sin esta figura –fabricante, importador o representante autorizado– el producto no puede legalmente comercializarse. Este requisito busca acabar con la situación de indefensión en la que el consumidor se encontraba en la actualidad ante ciertos productos online. Las plataformas que intermedian en la venta de juguetes se convierten en actores responsables: si alojan ofertas de productos no conformes, están difundiendo contenido ilegal, en línea con la Ley de Servicios Digitales (Reglamento UE 2022/2065). Deberán actuar con diligencia, retirar rápidamente artículos peligrosos y colaborar con las autoridades nacionales.Además, los consumidores deben tener acceso, incluso antes de comprar, a información visible sobre advertencias, la marca CE y otros elementos obligatorios del producto.Un pasaporte digital como identificaciónOtra novedad es la creación de un pasaporte digital del producto. Esta herramienta digital, accesible mediante un código en el juguete o su embalaje, contendrá toda la información sobre su conformidad, trazabilidad y composición. Será obligatorio también para los juguetes importados, y su existencia podrá ser verificada automáticamente por las aduanas antes de autorizar la entrada al mercado, por lo que un juguete sin pasaporte o con datos incoherentes podrá ser bloqueado directamente en la frontera.Las plataformas online deberán ofrecer canales fluidos de comunicación con las autoridades de vigilancia del mercado, compartir datos sobre vendedores externos y actuar con rapidez cuando se detecten riesgos. Además, si un consumidor informa de un accidente o problema de seguridad, las empresas deberán registrarlo, investigarlo y notificarlo.Desde la Comisión de Mercado Interior y Protección al Consumidor (IMCO) del Parlamento Europeo, el eurodiputado del PP Pablo Arias subrayó que con esta normativa «todos los juguetes que lleguen a manos de niños europeos, vengan de donde vengan, deberán cumplir con los mismos estándares de seguridad». Arias subrayó que la Eurocámara está prestando especial atención también a la reforma de aduanas con una doble intención: la lucha contra la competencia desleal , y contra los productos ilegales que plataformas de terceros países introducen en nuestro mercado como consecuencia de la excepción de tasas sobre los paquetes de menos de 150 euros .A su vez, celebró que se ha escuchado a la industria juguetera europea para establecer un período transitorio de 54 meses para aplicar el reglamento, teniendo en cuenta que los ciclos de producción y distribución de este tipo de industria son largos. Según la nueva normativa, los juguetes deben proteger contra « lesiones físicas , asfixia, quemaduras, choques eléctricos» se establecen «límites máximos de ruido», incluso para juguetes no diseñados específicamente para emitir sonido.La norma se centra en los niños, especialmente los menores de 14 años y aquellos con discapacidades, por ser un grupo vulnerable que requiere protección específica frente a riesgos, en especial los químicos, físicos, eléctricos, microbiológicos y digitales. El acuerdo establece la prohibición de sustancias cancerígenas , mutágenas, tóxicas para la reproducción (CMR), disruptores endocrinos, sensibilizantes respiratorios, una lista específica de bisfenoles y PFAS (sustancias perfluoroalquiladas) y otras sustancias peligrosas, y especifica otras que solo podrán estar presentes en trazas inevitables bajo buenas prácticas de fabricación.
La Unión Europea ha logrado un acuerdo interinstitucional sobre el nuevo Reglamento para la seguridad de los juguetes en la UE, que establece requisitos más estrictos sobre sustancias químicas, nuevos mecanismos de trazabilidad y vigilancia digital, y una mayor responsabilidad para todos los actores … de la cadena de suministro.
El acuerdo alcanzado en trílogos entre el Parlamento europeo, el Consejo y la Comisión incorpora avances científicos sobre materiales, nuevos riesgos para los niños como los dispositivos digitales y enfoques preventivos para mejorar su protección.
El nuevo reglamento, que sustituirá a la Directiva 2009/48/CE, incorpora medidas más estrictas frente a una realidad cada vez más común: la compra de juguetes a través de plataformas online gestionadas por vendedores fuera de la Unión Europea. Esta normativa coincide con la iniciativa del Parlamento Europeo para controlar mejor el e-commerce, desde donde se produce también importantes llegadas de paquetería con juguetes que no siempre cumplen las reglas comunitarias, y que sobre todo pueden suponer un riesgo importante para los niños.
Siempre debe haber alguien detrás
Una de las piedras angulares del reglamento es la exigencia de que cualquier juguete comercializado en la Unión, incluso si se vende desde países terceros a través de plataformas digitales, debe contar con un operador económico responsable establecido en territorio comunitario. Sin esta figura –fabricante, importador o representante autorizado– el producto no puede legalmente comercializarse. Este requisito busca acabar con la situación de indefensión en la que el consumidor se encontraba en la actualidad ante ciertos productos online.
Las plataformas que intermedian en la venta de juguetes se convierten en actores responsables: si alojan ofertas de productos no conformes, están difundiendo contenido ilegal, en línea con la Ley de Servicios Digitales (Reglamento UE 2022/2065). Deberán actuar con diligencia, retirar rápidamente artículos peligrosos y colaborar con las autoridades nacionales.
Además, los consumidores deben tener acceso, incluso antes de comprar, a información visible sobre advertencias, la marca CE y otros elementos obligatorios del producto.
Un pasaporte digital como identificación
Otra novedad es la creación de un pasaporte digital del producto. Esta herramienta digital, accesible mediante un código en el juguete o su embalaje, contendrá toda la información sobre su conformidad, trazabilidad y composición. Será obligatorio también para los juguetes importados, y su existencia podrá ser verificada automáticamente por las aduanas antes de autorizar la entrada al mercado, por lo que un juguete sin pasaporte o con datos incoherentes podrá ser bloqueado directamente en la frontera.
Las plataformas online deberán ofrecer canales fluidos de comunicación con las autoridades de vigilancia del mercado, compartir datos sobre vendedores externos y actuar con rapidez cuando se detecten riesgos. Además, si un consumidor informa de un accidente o problema de seguridad, las empresas deberán registrarlo, investigarlo y notificarlo.
Desde la Comisión de Mercado Interior y Protección al Consumidor (IMCO) del Parlamento Europeo, el eurodiputado del PP Pablo Arias subrayó que con esta normativa «todos los juguetes que lleguen a manos de niños europeos, vengan de donde vengan, deberán cumplir con los mismos estándares de seguridad».
Arias subrayó que la Eurocámara está prestando especial atención también a la reforma de aduanas con una doble intención: la lucha contra la competencia desleal, y contra los productos ilegales que plataformas de terceros países introducen en nuestro mercado como consecuencia de la excepción de tasas sobre los paquetes de menos de 150 euros.
A su vez, celebró que se ha escuchado a la industria juguetera europea para establecer un período transitorio de 54 meses para aplicar el reglamento, teniendo en cuenta que los ciclos de producción y distribución de este tipo de industria son largos.
Según la nueva normativa, los juguetes deben proteger contra «lesiones físicas, asfixia, quemaduras, choques eléctricos» se establecen «límites máximos de ruido», incluso para juguetes no diseñados específicamente para emitir sonido.
La norma se centra en los niños, especialmente los menores de 14 años y aquellos con discapacidades, por ser un grupo vulnerable que requiere protección específica frente a riesgos, en especial los químicos, físicos, eléctricos, microbiológicos y digitales.
El acuerdo establece la prohibición de sustancias cancerígenas, mutágenas, tóxicas para la reproducción (CMR), disruptores endocrinos, sensibilizantes respiratorios, una lista específica de bisfenoles y PFAS (sustancias perfluoroalquiladas) y otras sustancias peligrosas, y especifica otras que solo podrán estar presentes en trazas inevitables bajo buenas prácticas de fabricación.
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