La industria alemana vuelve a tener pulso. En un contexto económico de estancamiento , en el que el PIB alemán no se ha recuperado todavía de la pandemia, el dato de producción de mayo vuelve a mostrar constantes vitales . Especialmente en la industria automotriz, en los sectores farmacéutico y energético, se registró un fuerte crecimiento. La comparación a tres meses también apunta al alza y, aunque la producción sigue estando muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis, el dato es interpretado como un punto de inflexión. La presidente de la de la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA), Hildegard Mueller, advierte que es pronto para cantar victoria y que los aranceles de Estados Unidos pueden dar todavía disgustos, pero el estado de ánimo de las empresas está mejorando, debido fundamentalmente a la reducción de impuestos implementada por el nuevo gobierno y a la reducción del precio de la electricidad . El gobierno de Friedrich Merz ha lanzado un amplio programa de desgravación fiscal por valor de 46.000 millones de euros anuales. Además de una reducción del impuesto de Sociedades del 30% al 25%, ha creado un bono «Made in Germany », de manera que las exenciones fiscales favorecerán a las empresas que inviertan en el país. Asimismo, el proyecto de ley de la reforma fiscal contempla que el impuesto sobre la inversión se reduzca del 15% al 10%, buscando dar seguridad fiscal a largo plazo para las empresas y ayudarlas a competir a nivel internacional.Noticia Relacionada Datos de la Agencia de Asilo de la UE estandar No España sustituye a Alemania como país más buscado por los refugiados Rosalía Sánchez Aunque la cifra no es todavía oficial, aparece en un informe de Agencia de Asilo de la Unión Europea (EUAA) filtrado por el medio alemán Welt am SonntagEn este nuevo escenario, las empresas alemanas aumentaron sorprendentemente su producción en mayo gracias sobre todo al crecimiento de las industrias automotriz y farmacéutica . En las empresas manufactureras, la producción aumentó un 1,2 por ciento intermensual, según la Oficina Federal de Estadística, cuando los analistas esperaban un nuevo descenso. En promedio, esperaban un negativo del 0.2 por ciento. En abril, la industria tuvo que aceptar un nuevo revés con una caída en la producción. Sin embargo, en una comparación extendida a tres meses y por lo tanto menos volátil, la producción creció un 1,4 por ciento de marzo a mayo. El sector energético en particular contribuyó a la evolución positiva en la comparativa intermensual, con un aumento del 10,8 por ciento, la industria farmacéutica con un 10 por ciento y la industria automotriz con un 4,9 por ciento. La construcción, sin embargo, no se sube todavía al tren del optimismo y sigue cayendo. «Aunque la producción sigue estando muy por debajo del nivel previo a la pandemia, se observa un impulso alcista significativo» , ha explicado Cyrus de la Rubia, economista jefe del Banco Comercial de Hamburgo, para quien «el aumento en mayo podría significar que el sector manufacturero está realmente en una senda de recuperación».Los aranceles de Donald Trump parecen estar, además, jugando un papel contrario a su objetivo. Si bien hasta el mes de marzo las empresas industriales alemanas seguían deslocalizando cada vez más su producción en el extranjero por razones de costes, ahora comienza a observarse un proceso de repatriación. En una encuesta realizada por la Cámara Alemana de Industria y Comercio (DIHK), el 35 por ciento de las empresas citaban ese mes la reducción de costes como motivo para la inversión extranjera , la más alta desde la crisis financiera de 2008. Ahora, sin embargo, la industria alemana reorienta hacia casa sus conceptos estratégicos. Lejos de dejarse presionar por las amenazas arancelarias de Estados Unidos y realizar nuevas inversiones en ese país, una reciente encuesta realizada a 1.000 consejeros y directores generales sobre sus prioridades estratégicas para los próximos cinco años muestra que, para las empresas alemanas, la inestable política estadounidense es más bien un factor de incertidumbre. «Ninguna empresa invierte en nuevas ubicaciones en Estados Unidos únicamente por posibles aranceles» , dice Ralf Sauter, socio de la consultora Horvath, que organiza la encuesta todos los años, «para cuando un nuevo centro de producción esté en funcionamiento, la situación en los EE.UU. puede ser muy diferente de nuevo».La tendencia coincide con las primeras cifras oficiales de la Oficina Federal de Estadística: la inversión directa de las empresas alemanas en EE. UU. fue más baja que nunca en la primavera de 2025. Muchas directivas están pendientes de las presiones que ha prometido ejercer sobre Bruselas la nueva ministra de Economía alemana, Katherina Reiche, quiere reactivar la economía alemana y apuesta para ello por aliviar la carga de las empresas. Berlín está instando al gobierno comunitario a aprobar subsidios a la industria pesada alemana. «Estamos ya inmersos en lo que llamamos un ‘impulso a la inversión’ », describe Reiche su hoja de ruta, «y en la segunda mitad de la legislatura está prevista una reforma integral del impuesto de sociedades, para dar a la industria el margen que necesita». La industria alemana vuelve a tener pulso. En un contexto económico de estancamiento , en el que el PIB alemán no se ha recuperado todavía de la pandemia, el dato de producción de mayo vuelve a mostrar constantes vitales . Especialmente en la industria automotriz, en los sectores farmacéutico y energético, se registró un fuerte crecimiento. La comparación a tres meses también apunta al alza y, aunque la producción sigue estando muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis, el dato es interpretado como un punto de inflexión. La presidente de la de la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA), Hildegard Mueller, advierte que es pronto para cantar victoria y que los aranceles de Estados Unidos pueden dar todavía disgustos, pero el estado de ánimo de las empresas está mejorando, debido fundamentalmente a la reducción de impuestos implementada por el nuevo gobierno y a la reducción del precio de la electricidad . El gobierno de Friedrich Merz ha lanzado un amplio programa de desgravación fiscal por valor de 46.000 millones de euros anuales. Además de una reducción del impuesto de Sociedades del 30% al 25%, ha creado un bono «Made in Germany », de manera que las exenciones fiscales favorecerán a las empresas que inviertan en el país. Asimismo, el proyecto de ley de la reforma fiscal contempla que el impuesto sobre la inversión se reduzca del 15% al 10%, buscando dar seguridad fiscal a largo plazo para las empresas y ayudarlas a competir a nivel internacional.Noticia Relacionada Datos de la Agencia de Asilo de la UE estandar No España sustituye a Alemania como país más buscado por los refugiados Rosalía Sánchez Aunque la cifra no es todavía oficial, aparece en un informe de Agencia de Asilo de la Unión Europea (EUAA) filtrado por el medio alemán Welt am SonntagEn este nuevo escenario, las empresas alemanas aumentaron sorprendentemente su producción en mayo gracias sobre todo al crecimiento de las industrias automotriz y farmacéutica . En las empresas manufactureras, la producción aumentó un 1,2 por ciento intermensual, según la Oficina Federal de Estadística, cuando los analistas esperaban un nuevo descenso. En promedio, esperaban un negativo del 0.2 por ciento. En abril, la industria tuvo que aceptar un nuevo revés con una caída en la producción. Sin embargo, en una comparación extendida a tres meses y por lo tanto menos volátil, la producción creció un 1,4 por ciento de marzo a mayo. El sector energético en particular contribuyó a la evolución positiva en la comparativa intermensual, con un aumento del 10,8 por ciento, la industria farmacéutica con un 10 por ciento y la industria automotriz con un 4,9 por ciento. La construcción, sin embargo, no se sube todavía al tren del optimismo y sigue cayendo. «Aunque la producción sigue estando muy por debajo del nivel previo a la pandemia, se observa un impulso alcista significativo» , ha explicado Cyrus de la Rubia, economista jefe del Banco Comercial de Hamburgo, para quien «el aumento en mayo podría significar que el sector manufacturero está realmente en una senda de recuperación».Los aranceles de Donald Trump parecen estar, además, jugando un papel contrario a su objetivo. Si bien hasta el mes de marzo las empresas industriales alemanas seguían deslocalizando cada vez más su producción en el extranjero por razones de costes, ahora comienza a observarse un proceso de repatriación. En una encuesta realizada por la Cámara Alemana de Industria y Comercio (DIHK), el 35 por ciento de las empresas citaban ese mes la reducción de costes como motivo para la inversión extranjera , la más alta desde la crisis financiera de 2008. Ahora, sin embargo, la industria alemana reorienta hacia casa sus conceptos estratégicos. Lejos de dejarse presionar por las amenazas arancelarias de Estados Unidos y realizar nuevas inversiones en ese país, una reciente encuesta realizada a 1.000 consejeros y directores generales sobre sus prioridades estratégicas para los próximos cinco años muestra que, para las empresas alemanas, la inestable política estadounidense es más bien un factor de incertidumbre. «Ninguna empresa invierte en nuevas ubicaciones en Estados Unidos únicamente por posibles aranceles» , dice Ralf Sauter, socio de la consultora Horvath, que organiza la encuesta todos los años, «para cuando un nuevo centro de producción esté en funcionamiento, la situación en los EE.UU. puede ser muy diferente de nuevo».La tendencia coincide con las primeras cifras oficiales de la Oficina Federal de Estadística: la inversión directa de las empresas alemanas en EE. UU. fue más baja que nunca en la primavera de 2025. Muchas directivas están pendientes de las presiones que ha prometido ejercer sobre Bruselas la nueva ministra de Economía alemana, Katherina Reiche, quiere reactivar la economía alemana y apuesta para ello por aliviar la carga de las empresas. Berlín está instando al gobierno comunitario a aprobar subsidios a la industria pesada alemana. «Estamos ya inmersos en lo que llamamos un ‘impulso a la inversión’ », describe Reiche su hoja de ruta, «y en la segunda mitad de la legislatura está prevista una reforma integral del impuesto de sociedades, para dar a la industria el margen que necesita».
La industria alemana vuelve a tener pulso. En un contexto económico de estancamiento, en el que el PIB alemán no se ha recuperado todavía de la pandemia, el dato de producción de mayo vuelve a mostrar constantes vitales. Especialmente en la industria automotriz, … en los sectores farmacéutico y energético, se registró un fuerte crecimiento.
La comparación a tres meses también apunta al alza y, aunque la producción sigue estando muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis, el dato es interpretado como un punto de inflexión. La presidente de la de la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA), Hildegard Mueller, advierte que es pronto para cantar victoria y que los aranceles de Estados Unidos pueden dar todavía disgustos, pero el estado de ánimo de las empresas está mejorando, debido fundamentalmente a la reducción de impuestos implementada por el nuevo gobierno y a la reducción del precio de la electricidad.
El gobierno de Friedrich Merz ha lanzado un amplio programa de desgravación fiscal por valor de 46.000 millones de euros anuales. Además de una reducción del impuesto de Sociedades del 30% al 25%, ha creado un bono «Made in Germany», de manera que las exenciones fiscales favorecerán a las empresas que inviertan en el país. Asimismo, el proyecto de ley de la reforma fiscal contempla que el impuesto sobre la inversión se reduzca del 15% al 10%, buscando dar seguridad fiscal a largo plazo para las empresas y ayudarlas a competir a nivel internacional.
En este nuevo escenario, las empresas alemanas aumentaron sorprendentemente su producción en mayo gracias sobre todo al crecimiento de las industrias automotriz y farmacéutica. En las empresas manufactureras, la producción aumentó un 1,2 por ciento intermensual, según la Oficina Federal de Estadística, cuando los analistas esperaban un nuevo descenso. En promedio, esperaban un negativo del 0.2 por ciento. En abril, la industria tuvo que aceptar un nuevo revés con una caída en la producción.
Sin embargo, en una comparación extendida a tres meses y por lo tanto menos volátil, la producción creció un 1,4 por ciento de marzo a mayo. El sector energético en particular contribuyó a la evolución positiva en la comparativa intermensual, con un aumento del 10,8 por ciento, la industria farmacéutica con un 10 por ciento y la industria automotriz con un 4,9 por ciento. La construcción, sin embargo, no se sube todavía al tren del optimismo y sigue cayendo. «Aunque la producción sigue estando muy por debajo del nivel previo a la pandemia, se observa un impulso alcista significativo», ha explicado Cyrus de la Rubia, economista jefe del Banco Comercial de Hamburgo, para quien «el aumento en mayo podría significar que el sector manufacturero está realmente en una senda de recuperación».
Los aranceles de Donald Trump parecen estar, además, jugando un papel contrario a su objetivo. Si bien hasta el mes de marzo las empresas industriales alemanas seguían deslocalizando cada vez más su producción en el extranjero por razones de costes, ahora comienza a observarse un proceso de repatriación. En una encuesta realizada por la Cámara Alemana de Industria y Comercio (DIHK), el 35 por ciento de las empresas citaban ese mes la reducción de costes como motivo para la inversión extranjera, la más alta desde la crisis financiera de 2008. Ahora, sin embargo, la industria alemana reorienta hacia casa sus conceptos estratégicos.
Lejos de dejarse presionar por las amenazas arancelarias de Estados Unidos y realizar nuevas inversiones en ese país, una reciente encuesta realizada a 1.000 consejeros y directores generales sobre sus prioridades estratégicas para los próximos cinco años muestra que, para las empresas alemanas, la inestable política estadounidense es más bien un factor de incertidumbre. «Ninguna empresa invierte en nuevas ubicaciones en Estados Unidos únicamente por posibles aranceles», dice Ralf Sauter, socio de la consultora Horvath, que organiza la encuesta todos los años, «para cuando un nuevo centro de producción esté en funcionamiento, la situación en los EE.UU. puede ser muy diferente de nuevo».
La tendencia coincide con las primeras cifras oficiales de la Oficina Federal de Estadística: la inversión directa de las empresas alemanas en EE. UU. fue más baja que nunca en la primavera de 2025. Muchas directivas están pendientes de las presiones que ha prometido ejercer sobre Bruselas la nueva ministra de Economía alemana, Katherina Reiche, quiere reactivar la economía alemana y apuesta para ello por aliviar la carga de las empresas. Berlín está instando al gobierno comunitario a aprobar subsidios a la industria pesada alemana. «Estamos ya inmersos en lo que llamamos un ‘impulso a la inversión’», describe Reiche su hoja de ruta, «y en la segunda mitad de la legislatura está prevista una reforma integral del impuesto de sociedades, para dar a la industria el margen que necesita».
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