‘ Misión en París ‘, la octava entrega de las novelas protagonizadas por el capitán Diego Alatriste no es simplemente una más. No puede serlo, una vez que han pasado catorce años desde que se publicó en 2011 la anterior, titulada ‘El puente de los asesinos’, que como recordaran los lectores transcurría en Venecia y contaba una conspiración para asesinar al Dogo, el príncipe que gobernaba la ciudad Estado más próspera del Mediterráneo. NOVELA ‘Misión en París’ Autora Arturo Pérez-Reverte Editorial Alfaguara Año 2025 Páginas 360 Precio 20,80 euros 5En aquella conspiración y novela participó Francisco de Quevedo , como lo hace en ‘Misión en París’, ambientada en la otra gran ciudad del siglo XVII. Tampoco es París una ciudad más, pues es la patria que vio nacer a Los tres mosqueteros de Alexandro Dumas , modelo que no solo pudo inspirar la serie sino que fue homenajeado en la novela ‘El club Dumas’, posiblemente la más conocida y celebrada (entre ellos por Umberto Eco ) de su autor. No resulta extraño, una vez que la serie Alatriste mezcla la cultura de masas de la novela popular publicada por entregas y la novela culta. Noticia Relacionada estandar Si Alatriste: acontecimiento literario global Jorge Fernández Díaz El legendario espadachín creado por Arturo Pérez-Reverte vuelve a brillar treinta años después en ‘Misión en París’, la nueva entrega de una saga ya consagradaNo se ha ponderado suficientemente la extensa cultura anidada en la serie de Alatriste que ha pretendido reflejar a través de las memorias de Iñigo de Balboa, el escudero del capitán Alatriste, los episodios más importantes del siglo XVII, cuando España era el gran imperio de Occidente, en el que, como se decía, no se ponía el Sol. La rivalidad con Inglaterra está en el centro en la novela que dio origen en 1996 a la serie titulada ‘El capitán Alatriste’ cuya autoría compartió Arturo Pérez-Reverte con su hija Carlota. La Inquisición domina ‘Limpieza de sangre’ publicada un año después, las batallas por defender Flandes, y la rendición de Breda, inmortalizada por el cuadro de Velázquez se narran en ‘El sol de Breda’ (1998). Sevilla como la gran metrópoli económica que recibía las importaciones de América, (entonces denominada Las Indias, se recrea en ‘El oro del Rey’ (2008)). La afición de Felipe IV al mundo del teatro (el de Lope y Ruiz de Alarcón) y sus otras aficiones menos inocentes protagonizaron ‘El caballero del jubón amarillo’, aparecida en 2003. El mundo del Mediterráneo y la costa africana, donde se combatía a los turcos, como bien supo Cervantes, fue recreado en ‘Corsarios de Levante’ (2006), hasta que la dedicada a Venecia en 2014 inicio la pausa que ahora se acaba felizmente con ‘Misión en París’.No es una entrega másSi he dicho que esta entrega octava no era una más también es porque Pérez-Reverte ha trazado en ella todo el mapa de las novelas anteriores, y por tanto el mapa del mundo de Alatriste. Ocurre de manera evidente en las menciones concretas que hay a lo largo de ‘Misión en París’ a las novelas anteriores. No solo es Quevedo, quien como pude mostrar en un estudio de 2007 alcanza a ser medular en el mundo de Alatriste, sino que aparece el general Spinola, que tomó las llaves de Breda, como aparecen menciones al caballero de jubón amarillo. La manera más importante e inteligente que ha tenido Pérez-Reverte de dibujar ‘Misión en París’ como un mapa de mundo de Alatriste ha sido conceder, al final de esta última novela, protagonismo especial al duque de Buckingham que fue testigo y beneficiario de la intervención con la que Alatriste salvo, junto a las paredes de El Escorial, la vida de Carlos, entonces príncipe de Gales. No revelaré la forma concreta pero el desenlace de ‘Misión en París’ debe mucho a aquella visita, al que se había referido el historiador Elliot y que dio inicio a la serie. Hay referencias constantes a los enemigos Gualterio Malatesta, al ambiguo falso amigo Guadalmedina, y por supuesto tiene protagonismo especial tanto Iñigo de Balboa enamorado de Ángela de Alquézar, como el aragonés Sebastián Copons que reza refranes que podían recordar los de Sancho Panza y que ya tuvo presencia importante en Argel y Venecia.Especial Alatriste Todos los artículos Jorge Fernández Díaz: ‘Acontecimiento literario global’ María José Solano: ‘Mapas, ciudades y cicatrices de Alatriste’ Alberto Montaner: Flores de poesía en la prosa alatristesca Rogorn Moradan: Biografía de Alatriste: cuatrocientos años de claroscuro español Pilar Reyes: El capitán que se volvió tradición Jesús Esperanza Fernández: La esgrima de Alatriste Oti Rodríguez Marchante: El viaje de Alatriste desde Pérez-Reverte a Díaz Yanes Javier Santamarta: Y no era el más ficticio de los hombresJunto a lo que recuerda episodios anteriores se acrecienta en ‘Misión en París’ la melancolía del capitán Alatriste, y su soledad desengañada. Ese matriz de desengaño que semánticamente concentra la idea de una España Imperial en declive por el mal gobierno de sus reyes y nobles, separados moralmente de unos soldados que pagados tarde y mal, les servían, tiene otras razones que en ‘Misión en París’ conocemos del episodio amoroso que en Nápoles había arrancado a Diego Alatriste tanta ira como desesperanza.La extensa cultura de Pérez-Reverte He ponderado, a propósito de las alabanzas de Umberto Eco hacia ‘El club Dumas’, la extensa cultura de Pérez-Reverte. Es conocido que sin Homero o Conrad o Conan Doyle no habrían nacido novelas suyas recientes muy concretas, pero hay gente que cree que el mundo Alatriste es simplemente de capa y espada (según lo fueron las comedias así llamadas de Lope, Calderón o Ruiz de Alarcón). Lances de lucha los hay soberbios, emboscadas también. Pero la novela va más allá al retratar una cultura rica en diferentes frentes . Por supuesto el histórico de época, en episodios menos conocidos, pero también en el cuidado de detalles. Citaré solo dos. Tras París, a mitad de la novela pasamos a La Rochelle, en la novela ‘La Rochela’, la fortaleza amurallada junto al mar, al Norte de Burdeos, que se conserva tal cual hoy. Pues como de pasada la novela narra cómo Quevedo en una librería parisina compra uno de los grabados de Abraham Bosse que representa el sitio de La Rochelle (conservado ahora en un museo de Cleveland). Y sin salir de Quevedo diré otro elemento de cultura. En un momento el gran poeta se refiere a que tuvo que ‘untar goznes para que no rechinaran’, es decir sobornar a nobles. Es una expresión que pocos saben que utilizó realmente Quevedo en carta al duque de Osuna, aunque ahora la reciba el Conde Duque de Olivares. Cerraré esta reseña con algo que devuelve Alatriste al principio, pues Misión en Paris concede presencia importante a Athos el mosquetero al servicio de Richelieu, que inmortalizo Alejandro Dumas. Aparece aquí junto a Porthos y Aramis, acompañados de D’Artagnan. De manera que volvemos al origen, y seguimos dentro de un mundo, el de Alatriste, que hará felices por vez primera a muchos, y será recuperado por tantos otros, para suerte de la literatura española. ‘ Misión en París ‘, la octava entrega de las novelas protagonizadas por el capitán Diego Alatriste no es simplemente una más. No puede serlo, una vez que han pasado catorce años desde que se publicó en 2011 la anterior, titulada ‘El puente de los asesinos’, que como recordaran los lectores transcurría en Venecia y contaba una conspiración para asesinar al Dogo, el príncipe que gobernaba la ciudad Estado más próspera del Mediterráneo. NOVELA ‘Misión en París’ Autora Arturo Pérez-Reverte Editorial Alfaguara Año 2025 Páginas 360 Precio 20,80 euros 5En aquella conspiración y novela participó Francisco de Quevedo , como lo hace en ‘Misión en París’, ambientada en la otra gran ciudad del siglo XVII. Tampoco es París una ciudad más, pues es la patria que vio nacer a Los tres mosqueteros de Alexandro Dumas , modelo que no solo pudo inspirar la serie sino que fue homenajeado en la novela ‘El club Dumas’, posiblemente la más conocida y celebrada (entre ellos por Umberto Eco ) de su autor. No resulta extraño, una vez que la serie Alatriste mezcla la cultura de masas de la novela popular publicada por entregas y la novela culta. Noticia Relacionada estandar Si Alatriste: acontecimiento literario global Jorge Fernández Díaz El legendario espadachín creado por Arturo Pérez-Reverte vuelve a brillar treinta años después en ‘Misión en París’, la nueva entrega de una saga ya consagradaNo se ha ponderado suficientemente la extensa cultura anidada en la serie de Alatriste que ha pretendido reflejar a través de las memorias de Iñigo de Balboa, el escudero del capitán Alatriste, los episodios más importantes del siglo XVII, cuando España era el gran imperio de Occidente, en el que, como se decía, no se ponía el Sol. La rivalidad con Inglaterra está en el centro en la novela que dio origen en 1996 a la serie titulada ‘El capitán Alatriste’ cuya autoría compartió Arturo Pérez-Reverte con su hija Carlota. La Inquisición domina ‘Limpieza de sangre’ publicada un año después, las batallas por defender Flandes, y la rendición de Breda, inmortalizada por el cuadro de Velázquez se narran en ‘El sol de Breda’ (1998). Sevilla como la gran metrópoli económica que recibía las importaciones de América, (entonces denominada Las Indias, se recrea en ‘El oro del Rey’ (2008)). La afición de Felipe IV al mundo del teatro (el de Lope y Ruiz de Alarcón) y sus otras aficiones menos inocentes protagonizaron ‘El caballero del jubón amarillo’, aparecida en 2003. El mundo del Mediterráneo y la costa africana, donde se combatía a los turcos, como bien supo Cervantes, fue recreado en ‘Corsarios de Levante’ (2006), hasta que la dedicada a Venecia en 2014 inicio la pausa que ahora se acaba felizmente con ‘Misión en París’.No es una entrega másSi he dicho que esta entrega octava no era una más también es porque Pérez-Reverte ha trazado en ella todo el mapa de las novelas anteriores, y por tanto el mapa del mundo de Alatriste. Ocurre de manera evidente en las menciones concretas que hay a lo largo de ‘Misión en París’ a las novelas anteriores. No solo es Quevedo, quien como pude mostrar en un estudio de 2007 alcanza a ser medular en el mundo de Alatriste, sino que aparece el general Spinola, que tomó las llaves de Breda, como aparecen menciones al caballero de jubón amarillo. La manera más importante e inteligente que ha tenido Pérez-Reverte de dibujar ‘Misión en París’ como un mapa de mundo de Alatriste ha sido conceder, al final de esta última novela, protagonismo especial al duque de Buckingham que fue testigo y beneficiario de la intervención con la que Alatriste salvo, junto a las paredes de El Escorial, la vida de Carlos, entonces príncipe de Gales. No revelaré la forma concreta pero el desenlace de ‘Misión en París’ debe mucho a aquella visita, al que se había referido el historiador Elliot y que dio inicio a la serie. Hay referencias constantes a los enemigos Gualterio Malatesta, al ambiguo falso amigo Guadalmedina, y por supuesto tiene protagonismo especial tanto Iñigo de Balboa enamorado de Ángela de Alquézar, como el aragonés Sebastián Copons que reza refranes que podían recordar los de Sancho Panza y que ya tuvo presencia importante en Argel y Venecia.Especial Alatriste Todos los artículos Jorge Fernández Díaz: ‘Acontecimiento literario global’ María José Solano: ‘Mapas, ciudades y cicatrices de Alatriste’ Alberto Montaner: Flores de poesía en la prosa alatristesca Rogorn Moradan: Biografía de Alatriste: cuatrocientos años de claroscuro español Pilar Reyes: El capitán que se volvió tradición Jesús Esperanza Fernández: La esgrima de Alatriste Oti Rodríguez Marchante: El viaje de Alatriste desde Pérez-Reverte a Díaz Yanes Javier Santamarta: Y no era el más ficticio de los hombresJunto a lo que recuerda episodios anteriores se acrecienta en ‘Misión en París’ la melancolía del capitán Alatriste, y su soledad desengañada. Ese matriz de desengaño que semánticamente concentra la idea de una España Imperial en declive por el mal gobierno de sus reyes y nobles, separados moralmente de unos soldados que pagados tarde y mal, les servían, tiene otras razones que en ‘Misión en París’ conocemos del episodio amoroso que en Nápoles había arrancado a Diego Alatriste tanta ira como desesperanza.La extensa cultura de Pérez-Reverte He ponderado, a propósito de las alabanzas de Umberto Eco hacia ‘El club Dumas’, la extensa cultura de Pérez-Reverte. Es conocido que sin Homero o Conrad o Conan Doyle no habrían nacido novelas suyas recientes muy concretas, pero hay gente que cree que el mundo Alatriste es simplemente de capa y espada (según lo fueron las comedias así llamadas de Lope, Calderón o Ruiz de Alarcón). Lances de lucha los hay soberbios, emboscadas también. Pero la novela va más allá al retratar una cultura rica en diferentes frentes . Por supuesto el histórico de época, en episodios menos conocidos, pero también en el cuidado de detalles. Citaré solo dos. Tras París, a mitad de la novela pasamos a La Rochelle, en la novela ‘La Rochela’, la fortaleza amurallada junto al mar, al Norte de Burdeos, que se conserva tal cual hoy. Pues como de pasada la novela narra cómo Quevedo en una librería parisina compra uno de los grabados de Abraham Bosse que representa el sitio de La Rochelle (conservado ahora en un museo de Cleveland). Y sin salir de Quevedo diré otro elemento de cultura. En un momento el gran poeta se refiere a que tuvo que ‘untar goznes para que no rechinaran’, es decir sobornar a nobles. Es una expresión que pocos saben que utilizó realmente Quevedo en carta al duque de Osuna, aunque ahora la reciba el Conde Duque de Olivares. Cerraré esta reseña con algo que devuelve Alatriste al principio, pues Misión en Paris concede presencia importante a Athos el mosquetero al servicio de Richelieu, que inmortalizo Alejandro Dumas. Aparece aquí junto a Porthos y Aramis, acompañados de D’Artagnan. De manera que volvemos al origen, y seguimos dentro de un mundo, el de Alatriste, que hará felices por vez primera a muchos, y será recuperado por tantos otros, para suerte de la literatura española.
‘Misión en París‘, la octava entrega de las novelas protagonizadas por el capitán Diego Alatriste no es simplemente una más. No puede serlo, una vez que han pasado catorce años desde que se publicó en 2014 la anterior, titulada ‘El puente de … los asesinos’, que como recordaran los lectores transcurría en Venecia y contaba una conspiración para asesinar al Dogo, el príncipe que gobernaba la ciudad Estado más próspera del Mediterráneo.

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Autora
Arturo Pérez-Reverte -
Editorial
Alfaguara -
Año
2025 -
Páginas
360 -
Precio
20,80 euros
En aquella conspiración y novela participó Francisco de Quevedo, como lo hace en ‘Misión en París’, ambientada en la otra gran ciudad del siglo XVII. Tampoco es París una ciudad más, pues es la patria que vio nacer a Los tres mosqueteros de Alexandro Dumas, modelo que no solo pudo inspirar la serie sino que fue homenajeado en la novela ‘El club Dumas’, posiblemente la más conocida y celebrada (entre ellos por Umberto Eco) de su autor. No resulta extraño, una vez que la serie Alatriste mezcla la cultura de masas de la novela popular publicada por entregas y la novela culta.
No se ha ponderado suficientemente la extensa cultura anidada en la serie de Alatriste que ha pretendido reflejar a través de las memorias de Iñigo de Balboa, el escudero del capitán Alatriste, los episodios más importantes del siglo XVII, cuando España era el gran imperio de Occidente, en el que, como se decía, no se ponía el Sol. La rivalidad con Inglaterra está en el centro en la novela que dio origen en 1996 a la serie titulada ‘El capitán Alatriste’ cuya autoría compartió Arturo Pérez-Reverte con su hija Carlota. La Inquisición domina ‘Limpieza de sangre’ publicada un año después, las batallas por defender Flandes, y la rendición de Breda, inmortalizada por el cuadro de Velázquez se narran en ‘El sol de Breda’ (1998). Sevilla como la gran metrópoli económica que recibía las importaciones de América, (entonces denominada Las Indias, se recrea en ‘El oro del Rey’ (2008)). La afición de Felipe IV al mundo del teatro (el de Lope y Ruiz de Alarcón) y sus otras aficiones menos inocentes protagonizaron ‘El caballero del jubón amarillo’, aparecida en 2003. El mundo del Mediterráneo y la costa africana, donde se combatía a los turcos, como bien supo Cervantes, fue recreado en ‘Corsarios de Levante’ (2006), hasta que la dedicada a Venecia en 2014 inicio la pausa que ahora se acaba felizmente con ‘Misión en París’.
No es una entrega más
Si he dicho que esta entrega octava no era una más también es porque Pérez-Reverte ha trazado en ella todo el mapa de las novelas anteriores, y por tanto el mapa del mundo de Alatriste. Ocurre de manera evidente en las menciones concretas que hay a lo largo de ‘Misión en París’ a las novelas anteriores. No solo es Quevedo, quien como pude mostrar en un estudio de 2007 alcanza a ser medular en el mundo de Alatriste, sino que aparece el general Spinola, que tomó las llaves de Breda, como aparecen menciones al caballero de jubón amarillo. La manera más importante e inteligente que ha tenido Pérez-Reverte de dibujar ‘Misión en París’ como un mapa de mundo de Alatriste ha sido conceder, al final de esta última novela, protagonismo especial al duque de Buckingham que fue testigo y beneficiario de la intervención con la que Alatriste salvo, junto a las paredes de El Escorial, la vida de Carlos, entonces príncipe de Gales. No revelaré la forma concreta pero el desenlace de ‘Misión en París’ debe mucho a aquella visita, al que se había referido el historiador Elliot y que dio inicio a la serie. Hay referencias constantes a los enemigos Gualterio Malatesta, al ambiguo falso amigo Guadalmedina, y por supuesto tiene protagonismo especial tanto Iñigo de Balboa enamorado de Ángela de Alquézar, como el aragonés Sebastián Copons que reza refranes que podían recordar los de Sancho Panza y que ya tuvo presencia importante en Argel y Venecia.
Junto a lo que recuerda episodios anteriores se acrecienta en ‘Misión en París’ la melancolía del capitán Alatriste, y su soledad desengañada. Ese matriz de desengaño que semánticamente concentra la idea de una España Imperial en declive por el mal gobierno de sus reyes y nobles, separados moralmente de unos soldados que pagados tarde y mal, les servían, tiene otras razones que en ‘Misión en París’ conocemos del episodio amoroso que en Nápoles había arrancado a Diego Alatriste tanta ira como desesperanza.
La extensa cultura de Pérez-Reverte
He ponderado, a propósito de las alabanzas de Umberto Eco hacia ‘El club Dumas’, la extensa cultura de Pérez-Reverte. Es conocido que sin Homero o Conrad o Conan Doyle no habrían nacido novelas suyas recientes muy concretas, pero hay gente que cree que el mundo Alatriste es simplemente de capa y espada (según lo fueron las comedias así llamadas de Lope, Calderón o Ruiz de Alarcón). Lances de lucha los hay soberbios, emboscadas también. Pero la novela va más allá al retratar una cultura rica en diferentes frentes. Por supuesto el histórico de época, en episodios menos conocidos, pero también en el cuidado de detalles.
Citaré solo dos. Tras París, a mitad de la novela pasamos a La Rochelle, en la novela ‘La Rochela’, la fortaleza amurallada junto al mar, al Norte de Burdeos, que se conserva tal cual hoy. Pues como de pasada la novela narra cómo Quevedo en una librería parisina compra uno de los grabados de Abraham Bosse que representa el sitio de La Rochelle (conservado ahora en un museo de Cleveland). Y sin salir de Quevedo diré otro elemento de cultura. En un momento el gran poeta se refiere a que tuvo que ‘untar goznes para que no rechinaran’, es decir sobornar a nobles. Es una expresión que pocos saben que utilizó realmente Quevedo en carta al duque de Osuna, aunque ahora la reciba el Conde Duque de Olivares.
Cerraré esta reseña con algo que devuelve Alatriste al principio, pues Misión en Paris concede presencia importante a Athos el mosquetero al servicio de Richelieu, que inmortalizo Alejandro Dumas. Aparece aquí junto a Porthos y Aramis, acompañados de D’Artagnan. De manera que volvemos al origen, y seguimos dentro de un mundo, el de Alatriste, que hará felices por vez primera a muchos, y será recuperado por tantos otros, para suerte de la literatura española.
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