Dado cómo se las gasta, a buen seguro que Jannik Sinner sería un excelente profesional del póquer. Imposible interpretar ese rostro. Indetectable ese estado de ánimo. Un enigma siempre. Es decir, una maravillosa virtud para esto del tenis, en el que hasta el más mínimo gesto o detalle cuentan y ofrecen pistas poco recomendables. Dos días antes, el número uno había sufrido durante el duelo contra Grigor Dimitrov una mala caída que disparó las alarmas porque se lastimó el codo; la jornada siguiente, el tenista se recluyó en una zona sin acceso para los reporteros ni los medios gráficos, para no dejarse ver; y este miércoles, como si nada, resuelve el pulso con Ben Shelton en tres sets limpios (7-6(2), 6-4 y 6-4, en 2h 19m).
NO ES EL JUEGO, ES EL FÍSICO
Djokovic está a tan solo dos triunfos del gran logro de todos los tiempos: el 25. Muy cerca o muy lejos, según se mire. Él es realista: “Jannik y Carlos son las dos fuerzas dominantes del momento. Si quiero conseguirlo debo vencer al número uno y, de hacerlo, luego tendría que superar a Alcaraz. Es una motivación, pero confío en responder a la exigencia física”.
Habla Nole a las claras: no se trata del tenis, sino del cuerpo. “Eso me preocupa más que el juego”, dice. “Tal y como siento hoy la pelota, si estoy en forma y preparado, puedo enfrentarme a ellos e incluso ganarles si doy lo mejor de mí”, continúa, pendiente ahora de cómo reacciona su chasis a esa maniobra tan brusca que bien ha podido costarle un serio disgusto.
“Me ha sucedido varias veces a lo largo de mi carrera, lo que ocurre es que ahora mi cuerpo no reacciona igual; el verdadero impacto lo sentiré mañana”, señala el balcánico, quien con esta última, 14 ya, supera el récord de presencias de Roger Federer (13) en el grande inglés. Junto con Gael Monfils y Fabio Fognini es el más veterano en el torneo. El italiano, precisamente, anuncia su adiós.
“No estaba bromeando, sino que es un hecho. Soy mucho mayor que ellos [Sinner, de 23 y Alcaraz, de 22]. Pero eso me motiva. Quiero comprobar si puedo seguir peleando contra ellos. En Roland Garros hice un buen partido contra Jannik, pero él acertó en los momentos importantes. Ahora dispongo de otra oportunidad”, zanja Djokovic.
El italiano supera el examen del codo ante Shelton (7-6(2), 6-4 y 6-4) y se enfrentará a Nole, que remonta a Cobolli (6-7(6), 6-2, 7-5 y 6-4) y resiste a una peligrosa caída
Dado cómo se las gasta, a buen seguro que Jannik Sinner sería un excelente profesional del póquer. Imposible interpretar ese rostro. Indetectable ese estado de ánimo. Un enigma siempre. Es decir, una maravillosa virtud para esto del tenis, en el que hasta el más mínimo gesto o detalle cuentan y ofrecen pistas poco recomendables. Dos días antes, el número uno había sufrido durante el duelo contra Grigor Dimitrov una mala caída que disparó las alarmas porque se lastimó el codo; la jornada siguiente, el tenista se recluyó en una zona sin acceso para los reporteros ni los medios gráficos, para no dejarse ver; y este miércoles, como si nada, resuelve el pulso con Ben Shelton en tres sets limpios (7-6(2), 6-4 y 6-4, en 2h 19m).
Es decir, Sinner, al igual que Carlos Alcaraz, ya está ahí, vivito y coleando hacia las semifinales, en las que le aguarda un más que atractivo encuentro con el veterano Novak Djokovic. Si para el italiano no hay dolor, “no hay excusas”, dice, para el de Belgrado parece no pasar el tiempo porque otra vez figura su nombre en el rótulo de la penúltima estación. Y eso que los estómagos se encogen en la central en un instante estremecedor, cuando en un apoyo se le va la pierna, patina, se estira y el percance pone a prueba esa privilegiada carrocería que a los 38 años continúa aguantándolo casi todo. Se acerca Flavio Cobolli, respeto reverencial, y pulgar arriba del vencedor. Lo cierra Nole, remontando: 6-7(6), 6-2, 7-5 y 6-4, tras 3h 11m.
“Estoy fresco…”, responde a pie de pista con ironía, resoplando porque ese mal movimiento ha puesto a prueba esas rodillas y esos tendones milagrosos, esa elasticidad infinita. A su edad, todo amenaza. Pero domina como ninguno el oficio. Conoce bien las trampas. Esto es Wimbledon. “La caída ha sido peligrosa, pero cuando juegas en hierba suceden este tipo de cosas”, transmite. “Este año no me he caído mucho y es un poco sorprendente, porque deslizo mucho. Afortunadamente he podido terminar el trabajo. Comprobaré con mi fisio que todo está en orden”, continúa el balcánico, presente por decimocuarta vez en las semifinales de Londres, las séptimas consecutivas.
Habla el Djokovic que casi todo lo sabe, al que le asoma ya alguna arruga, el viejo rockero, la leyenda; el único rebelde o, al menos, el único que todavía reúne las condiciones necesarias para resistir al frenético ritmo impuesto esta temporada por Alcaraz y Sinner. Se expresa él y suena otra época ya. Melancolía en la mirada. En las palabras. “Significa un mundo para mí que a estas alturas pueda jugar estas rondas. Gracias por aplaudir”, se dirige a los presentes; “jugar contra estos chicos me rejuvenece. Seguro que Flavio [23] será uno al que veremos mucho en el futuro. Y, hablando de jóvenes, el viernes me encontraré otra vez con Sinner. Será un gran partido”.
Velocidad x2
Un mes después, ambos coincidirán de nuevo y, como ya sucediera en París, flota otra vez en el ambiente la duda y el deseo por comprobar si Djokovic será capaz de resistir al vigor, la juventud y el poderío del italiano. Si en Roland Garros se interpretaba que la mecha del serbio no sería suficiente, en esta ocasión el formato puede ajustar el pulso. “Esta es mi mejor oportunidad”, admitía Nole hace unos días, consciente de que van agotándose las balas. Así que Londres y la hierba, por qué no, tal vez sean el lugar. Quién sabe. No obstante, esta última aparición de Sinner solo puede inquietarle, en tanto que no hay signo alguno de dolor y el rey del circuito despacha a Shelton sin el más mínimo sobresalto.

Es decir, todo parece volver más o menos a su sitio. El duelo exigirá de una proeza al campeón de 24 grandes. “El codo parece haber mejorado mucho desde ayer [por el martes]”, precisa el número uno, salvado la ronda anterior por el abandono de Dimitrov, merced a un desgarro en el músculo pectoral del búlgaro. “Cuando estás con la tensión del partido, intentas no pensar mucho en ello. Quiero seguir. No es excusa, no hay mejor lugar en el mundo para jugar al tenis. Mi rendimiento ha sido muy alto, así que estoy feliz”, concluye el de San Cándido, convertido en el más joven en enlazar cuatro semifinales de un grande desde que lo hiciera Rafael Nadal en 2009.
La del viernes será la décima confrontación entre ambos. Sinner domina por 5-4, pero, más allá de eso, cuenta con el refuerzo de que se impuso en cinco de los seis últimos careos, los cuatro últimos consecutivos. “Jamás he visto una velocidad de bola igual. Es como si se multiplicara por dos. Es muy difícil cuando alguien golpea tan fuerte y con tanta consistencia desde ambos costados. Él y Alcaraz [citado con Taylor Fritz en la otra semifinal] son distintos”, reconstruye Shelton en el transcurso de una jornada en la que han terminado de perfilarse los emparejamientos femeninos. Belinda Bencic (7-6(3) y 7-6(2) a Mirra Andreeva) chocará con Iga Swiatek (6-2 y 7-5 a Liudmila Samsonova) tras el Sabalenka-Anisimova de las 13.30 (Movistar+).
NO ES EL JUEGO, ES EL FÍSICO
A. C. | Londres
Djokovic está a tan solo dos triunfos del gran logro de todos los tiempos: el 25. Muy cerca o muy lejos, según se mire. Él es realista: “Jannik y Carlos son las dos fuerzas dominantes del momento. Si quiero conseguirlo debo vencer al número uno y, de hacerlo, luego tendría que superar a Alcaraz. Es una motivación, pero confío en responder a la exigencia física”.
Habla Nole a las claras: no se trata del tenis, sino del cuerpo. “Eso me preocupa más que el juego”, dice. “Tal y como siento hoy la pelota, si estoy en forma y preparado, puedo enfrentarme a ellos e incluso ganarles si doy lo mejor de mí”, continúa, pendiente ahora de cómo reacciona su chasis a esa maniobra tan brusca que bien ha podido costarle un serio disgusto.
“Me ha sucedido varias veces a lo largo de mi carrera, lo que ocurre es que ahora mi cuerpo no reacciona igual; el verdadero impacto lo sentiré mañana”, señala el balcánico, quien con esta última, 14 ya, supera el récord de presencias de Roger Federer (13) en el grande inglés. Junto con Gael Monfils y Fabio Fognini es el más veterano en el torneo. El italiano, precisamente, anuncia su adiós.
“No estaba bromeando, sino que es un hecho. Soy mucho mayor que ellos [Sinner, de 23 y Alcaraz, de 22]. Pero eso me motiva. Quiero comprobar si puedo seguir peleando contra ellos. En Roland Garros hice un buen partido contra Jannik, pero él acertó en los momentos importantes. Ahora dispongo de otra oportunidad”, zanja Djokovic.
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