Raquel Carrera: “Soy la misma, pero he vuelto más fuerte”

“Cuando era joven…”, dice Raquel Carrera como si fuera ya una veterana y no una mujer de 23 años con todo el futuro profesional por delante. Y es que la pívot gallega ha vivido deprisa y es una referente en el Valencia Basket y en la selección española que este miércoles (16.30, Teledeporte) juega los cuartos del Eurobasket frente a la República Checa en El Pireo. Dejar la casa familiar de Ourense a los 13 años fue una prueba de madurez que Carrera superó para seguir derribando barreras. La última, la rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha que le dejó 11 meses de baja y le hizo perderse los Juegos de París. De aquel golpe ha surgido una nueva jugadora. Es la misma competidora de siempre pero en un cuerpo más definido y potente que encaró otro susto, un esguince de tobillo en el último partido de la Liga ganada con el Valencia y del que se recuperó a tiempo para este campeonato.

El seleccionador, Miguel Méndez, respiró aliviado con el alta de Carrera. Las bajas por lesión de María Conde, Maite Cazorla y Megan Gustafson, las otras tres patas sobre la que se asienta el grupo con vistas a Los Ángeles 2028, redoblaron el valor de la gallega. A los 23 años, la pívot es ya un espejo para jóvenes como Iyana Martín y Awa Fam, un relevo generacional que se ha acelerado. Carrera aterrizó en el Eurobasket sin apenas rodaje pero en los tres encuentros ha ido subiendo su tiempo en la pista: seis puntos y tres rebotes en 12 minutos contra Gran Bretaña; 20 puntos, cuatro rebotes y MVP del partido en 17 minutos frente a Alemania; y siete puntos y cuatro rebotes en 21 minutos ante Suecia.

Esta nueva Raquel Carrera no se entiende sin esos 338 días sin jugar un partido oficial. “Fue muy duro estar tanto tiempo fuera, pero a la vez me permitió parar y pensar en mí, en qué podía mejorar”, cuenta la pívot a EL PAÍS. “Maduré como deportista. Entendí qué necesidades tiene mi cuerpo. Cuando eres joven no te paras a pensar, crees que el cuerpo va a rendir siempre y que funciona todo bien, pero te das cuenta de que necesitas comer bien, dormir bien, descansar”

La transformación física se cocinó en muchas horas en el gimnasio, mañana y tarde, “una jornada laboral”. “Al final me ha acabado gustando”, comenta entre risas; “al principio es duro porque son muchos meses haciendo lo mismo y ves que apenas avanzas. Hay que volver a caminar, volver a flexionar la rodilla, y se hace cuesta arriba. Con el tiempo vas viendo pequeñas mejoras. Por suerte mentalmente siempre he sido fuerte y entendí que eso ayudaba a que mi rodilla funcionara mejor. No ha sido tanto perder peso como transformarlo en músculo. Mucho peso no he perdido, pero sí he ganado definición”, explica.

Carrera habla de “un cambio a nivel general” sin obsesionarse con una dieta estricta ni convertirse en una esclava de su profesión. “Yo soy la misma jugadora pero cambiando ciertos hábitos y rutinas a mejor. Gracias a eso he vuelto más fuerte. Lo que le metes al cuerpo es con lo que va a funcionar y por eso me cuido más, miro más esos caprichos, aunque luego todos queremos vivir bien. No he dejado de comer nada en concreto, sino que la clave está en tener buena proporción y disfrutarlo. Somos gente joven y nos gusta salir a tomar algo. Solo hay que saber cuándo hacerlo”.

La lesión también hizo que Carrera aparcara hasta el próximo curso sus estudios de Fisioterapia después de terminar un grado superior de Dietética. Su mente no podía estar en los libros cuando luchaba por transformar su cuerpo y su mente para resurgir como la jugadora dominante que es hoy, una líder en el Valencia y en la selección, y muy joven a sus 23 años aunque ya haya vivido tanto.