Sánchez, tras la entrada de Cerdán en prisión: “El PSOE ya actuó, ahora la justicia debe dirimir responsabilidades”

Mientras el juez estaba decidiendo si enviaba a Santos Cerdán y los periodistas presentes en la cumbre de la ONU en Sevilla intentaban recabar las primeras impresiones del Gobierno, Pedro Sánchez estaba en el escenario central, haciendo de moderador de la primera sesión del cónclave. “Damos la palabra al presidente de Irak”, “a continuación hablará el presidente de Angola”, “vamos a debatir en relación con el punto 8, por favor no se excedan de cinco minutos, se proyectará un reloj en la pantalla para ayudarles”, decía con parsimonia Sánchez mientras el que fuera su hombre de máxima confianza era enviado a la carcel.

La noticia de que el fiscal pedía prisión para Cerdán ya impactó de lleno, y las alertas con la confirmación de que el juez decretaba su ingreso en la cárcel de forma preventiva llegaron en plena rueda de prensa de Sánchez con Antonio Guterres, secretario general de la ONU. Sánchez hizo un gesto a su equipo para confirmar que era así y su cara cambió rápidamente ante la gravedad de la situación. El presidente llevaba una respuesta preparada pata tratar de sacar la presión sobre el PSOE y mostrar su respeto a la justicia, pero la durísima imagen del exsecretario de organización saliendo del Supremo en un coche camino de la cárcel, golpeó de lleno al Gobierno y al PSOE. En el Ejecutivo nadie acaba de entender bien por qué el juez y el fiscal Luzón evitaron la cárcel para José Luis Ábalos y Koldo García pero sí la plantean para Cerdán.

Sánchez trató de esquivar las dos preguntas que se le hicieron en la rueda sobre este asunto. Para él, el PSOE ha hecho lo que tenía que hacer: destituir a Cerdán, pedirle el escaño, y forzar que ya no sea ni siquiera militante porque él solicitó su baja voluntaria. “Nosotros actuamos con contundencia y con respeto a la justicia, que será la que tenga que dirimir la responsabilidad del señor Cerdán”, contestó el presidente. En la segunda, cuando le plantearon cómo queda su imagen y la del PSOE después de que hace solo seis el presidente confirmara a Cerdán como secretario de organización. Sánchez comparó su actuación con la del PP con el caso Gürtel, pero tampoco quiso entrar mucho en el fondo de la cuestión.

“Es una imagen durísima, no lo esperábamos porque el fiscal no pidió prisión para Ábalos ni para Koldo”, señalan varios ministros consultados. Aun así, el entorno del presidente admite la dureza de la imagen, pero cree que no cambia nada, porque el golpe ya era muy duro con el informe de la UCO que provocó la salida de Cerdán de su cargo, de su escaño y del PSOE. “El daño ya está hecho, es una vergüenza pero no cambia si entra o no en prisión”, señalaban fuentes de La Moncloa presentes en Sevilla. “Esto no cambia el escenario ni del partido ni del Gobierno. No importa donde expíe sus culpas, nunca hemos minimizado este caso. Ahora estamos trabajando en el Comité Federal del 5 de julio y las decisiones que se tomarán allí para ofrecer una imagen esperanzadora”, insisten. Sin embargo, tanto las caras del presidente como de varios ministros y de su equipo evidencian la gravedad de la situación.

En el Gobierno daban por hecho que iban a tener un mes de julio muy duro, pero no estaba en los cálculos que Cerdán entrara ya en prisión. En el Ejecutivo confían en que los socios aguanten porque, insisten, el escándalo, pese a la gravedad que nadie niega, de momento sigue encapsulado en lo que han llegado “el triángulo tóxico” (Cerdán, Ábalos, García) con algunos colaboradores importantes pero de momento no hay evidencias de financiación ilegal. La situación está completamente abierta y nadie sabe qué vendrá después en las próximas semanas, pero ahora todo el foco interno del PSOE está en los cambios que hará Sánchez en la cúpula el 5 de julio y las reformas que anunciará después el 9 en el Congreso.