En el Hospital de La Princesa sigue ingresado Víctor Hernández. El sábado se llevó un volteretón en Torrejón que le dejó sin sentido, en una dura imagen en la que el torero quedó inerte sobre la arena. En la enfermería se recuperó, y tiró para el hotel, con esa fuerza que sólo sacan los toreros. Pese al dolor, estaba orgulloso de la entrega que había tenido, ésa que ya ha mostrado todas las tardes en las que hace el paseíllo, y que ha visto su recompensa en Madrid, donde le han premiado como torero revelación. Gracias a eso, se está haciendo justicia, y se está viendo su nombre anunciado en plazas importantes. Sonriente, con buen gesto y animado por las noticias que le han dado este miércoles, recibe a ABC en su habitación del hospital. Cerca tiene una imagen de la Virgen de Guadalupe, de la que es muy devoto. Habla con temple, como torea, con una sensatez impropia de quien empieza en esto, y las ideas muy claras de lo que busca.Noticia Relacionada LAS VENTAS estandar Si Luis David y Molina: vergüenza torera sin recompensa en una accidentada corrida Alicia P. Velarde El mexicano y el albaceteño sufren feas volteretas en sus primeros toros en Las Ventas, pero aguantan toda la mansa corrida de Valdefresno sin dejarse nada en el tintero-La primera pregunta es obligada: ¿Cómo se encuentra?-Bien, la verdad es que me encuentro bastante mejor que después de la cogida. Los primeros días me encontraba muy mareado y me dolía mucho la cabeza. Pero ya físicamente me encuentro mucho mejor, y anímicamente, desde el primer momento, me encuentro muy tranquilo y muy motivado por mi entrega.-¿Intentó salir a matar al sexto?-En el momento perdí el conocimiento, pero en cuanto lo recuperé quería salir a matar al toro. Entre que me hicieron varias pruebas así rápidas de a ver si todo estaba bien, se me pasó el tiempo y no pude salir a matarlo.-Menos mal..-Ahora veo que mejor, porque estaba muy conmocionado. Después el médico me mandó para mi casa, no sé por qué. Me fui al hotel, y ahí estaba como ausente, se me cerraban incluso los ojos. Al día siguiente ya fui al hospital y me detectaron la factura y el sangrado. Y ahora estoy aquí, tomándomelo como un pequeño descanso para volver con con más fuerza.-Las prisas para los delincuentes y los malos toreros, ya lo decía Juncal. Y como usted no lo es, se lo toma con calma, pero ¿tiene plazos de recuperación?-El domingo me dijeron diez días. Esta mañana me han dicho los médicos que apenas habían visto evolución. Lo bueno es que no se ha visto tampoco contrario, sino que la cosa está un poquito parada, pero se ve algo mejor. Esto es algo que va lento, y que hay que tratar con con cuidado, porque al fin y al cabo es una hemorragia en la cabeza, y cualquier golpe o mal gesto puede hacer incluso que me tengan operar de urgencia. Entonces me lo tomo con tranquilidad, en mano de los médicos, que son los que saben, y ojalá cuanto antes pueda estar toreando otra vez. Pero con calma, porque quiero reaparecer estando lo más cercano al 100%, para dar una tarde buena de todos.-Vamos a algo más agradable. ¿Cómo vivó la tarde de Madrid?-Fue muy bonita. La llevaba preparando mucho tiempo, prácticamente todo el invierno, porque sabía que era una oportunidad única para mí. Era mi tercera tarde en San Isidro, y tenía que pasar algo importante para que se siguiese contando conmigo. No quería que pasara en balde, y yo creo que lo conseguí. -Y tanto que lo consiguió. Ha sido premiado como torero revelación. ¿Ve así premiada su entrega?-Ese premio ha sido una motivación muy grande. Aparte del calado en el aficionado y encontrar el toreo, que yo creo que eso es lo más importante, iba buscando algún tipo de triunfo que también me avalara el poder entrar en otras ferias. Estos galardones te ponen un poco en órbita y te dan algo de de caché o de importancia, por llamarlo de alguna manera. -¿Y siente que le ha puesto en órbita?-Creo que sí. Después de lo de Madrid, José María Garzón fue le primer empresario que contó conmigo para Torrejón, y también para Málaga el 15 de agosto. Nos llamaron de Soria, para el fin de semana (para sustituir a Marco Pérez el domingo), aunque por este percance no he podido coger alguna sustitución. Pero sí siento que, sobre todo, la afición tiene ganas de verme torear. Y también a mí me ha dado mucha paz interior y motivación ver que este camino y esta búsqueda de mi toreo, que es en lo que estoy, sí que cala y llena a la afición. Y eso pues es lo más bonito que hay. -¿Y qué busca en su toreo? -Eso es difícil, pero me gusta la verdad y la pureza del toreo, el torear despacio. El toreo de toda la vida, que yo creo que es el que pone a todo el mundo de acuerdo. -¿Cómo ve el resto de temporada?-Espero que todo siga fluyendo de forma natural, y que, en las plazas en las que vaya a hacer el paseíllo, vuelva a hacerlo con la misma intención de entregarme, y de poner esa entrega a disposición del toreo. Los triunfos no es lo que más me obsesiona. Me gustan, como a todo el mundo y los necesito, pero le doy mayor importancia al cómo se consiguen, y yo creo que eso es lo que marca la diferencia. -¿Madrid en Otoño?-Ojalá. La verdad es que no sé nada, pero Madrid es mi plaza, en la que todo es a lo grande, en la que de verdad valen los triunfos, y estaría encantado de ir en Otoño, en San Isidro el año que viene y siempre que se pueda. Ojalá que me queden muchas tardes más en esa grandiosa plaza.Las orejas son necesarias para todos, pero más importante es dejar ese calado y esas ganas de volver a ver a un torero en el aficionado. Y eso lo ha conseguido con creces Víctor Hernández. En el Hospital de La Princesa sigue ingresado Víctor Hernández. El sábado se llevó un volteretón en Torrejón que le dejó sin sentido, en una dura imagen en la que el torero quedó inerte sobre la arena. En la enfermería se recuperó, y tiró para el hotel, con esa fuerza que sólo sacan los toreros. Pese al dolor, estaba orgulloso de la entrega que había tenido, ésa que ya ha mostrado todas las tardes en las que hace el paseíllo, y que ha visto su recompensa en Madrid, donde le han premiado como torero revelación. Gracias a eso, se está haciendo justicia, y se está viendo su nombre anunciado en plazas importantes. Sonriente, con buen gesto y animado por las noticias que le han dado este miércoles, recibe a ABC en su habitación del hospital. Cerca tiene una imagen de la Virgen de Guadalupe, de la que es muy devoto. Habla con temple, como torea, con una sensatez impropia de quien empieza en esto, y las ideas muy claras de lo que busca.Noticia Relacionada LAS VENTAS estandar Si Luis David y Molina: vergüenza torera sin recompensa en una accidentada corrida Alicia P. Velarde El mexicano y el albaceteño sufren feas volteretas en sus primeros toros en Las Ventas, pero aguantan toda la mansa corrida de Valdefresno sin dejarse nada en el tintero-La primera pregunta es obligada: ¿Cómo se encuentra?-Bien, la verdad es que me encuentro bastante mejor que después de la cogida. Los primeros días me encontraba muy mareado y me dolía mucho la cabeza. Pero ya físicamente me encuentro mucho mejor, y anímicamente, desde el primer momento, me encuentro muy tranquilo y muy motivado por mi entrega.-¿Intentó salir a matar al sexto?-En el momento perdí el conocimiento, pero en cuanto lo recuperé quería salir a matar al toro. Entre que me hicieron varias pruebas así rápidas de a ver si todo estaba bien, se me pasó el tiempo y no pude salir a matarlo.-Menos mal..-Ahora veo que mejor, porque estaba muy conmocionado. Después el médico me mandó para mi casa, no sé por qué. Me fui al hotel, y ahí estaba como ausente, se me cerraban incluso los ojos. Al día siguiente ya fui al hospital y me detectaron la factura y el sangrado. Y ahora estoy aquí, tomándomelo como un pequeño descanso para volver con con más fuerza.-Las prisas para los delincuentes y los malos toreros, ya lo decía Juncal. Y como usted no lo es, se lo toma con calma, pero ¿tiene plazos de recuperación?-El domingo me dijeron diez días. Esta mañana me han dicho los médicos que apenas habían visto evolución. Lo bueno es que no se ha visto tampoco contrario, sino que la cosa está un poquito parada, pero se ve algo mejor. Esto es algo que va lento, y que hay que tratar con con cuidado, porque al fin y al cabo es una hemorragia en la cabeza, y cualquier golpe o mal gesto puede hacer incluso que me tengan operar de urgencia. Entonces me lo tomo con tranquilidad, en mano de los médicos, que son los que saben, y ojalá cuanto antes pueda estar toreando otra vez. Pero con calma, porque quiero reaparecer estando lo más cercano al 100%, para dar una tarde buena de todos.-Vamos a algo más agradable. ¿Cómo vivó la tarde de Madrid?-Fue muy bonita. La llevaba preparando mucho tiempo, prácticamente todo el invierno, porque sabía que era una oportunidad única para mí. Era mi tercera tarde en San Isidro, y tenía que pasar algo importante para que se siguiese contando conmigo. No quería que pasara en balde, y yo creo que lo conseguí. -Y tanto que lo consiguió. Ha sido premiado como torero revelación. ¿Ve así premiada su entrega?-Ese premio ha sido una motivación muy grande. Aparte del calado en el aficionado y encontrar el toreo, que yo creo que eso es lo más importante, iba buscando algún tipo de triunfo que también me avalara el poder entrar en otras ferias. Estos galardones te ponen un poco en órbita y te dan algo de de caché o de importancia, por llamarlo de alguna manera. -¿Y siente que le ha puesto en órbita?-Creo que sí. Después de lo de Madrid, José María Garzón fue le primer empresario que contó conmigo para Torrejón, y también para Málaga el 15 de agosto. Nos llamaron de Soria, para el fin de semana (para sustituir a Marco Pérez el domingo), aunque por este percance no he podido coger alguna sustitución. Pero sí siento que, sobre todo, la afición tiene ganas de verme torear. Y también a mí me ha dado mucha paz interior y motivación ver que este camino y esta búsqueda de mi toreo, que es en lo que estoy, sí que cala y llena a la afición. Y eso pues es lo más bonito que hay. -¿Y qué busca en su toreo? -Eso es difícil, pero me gusta la verdad y la pureza del toreo, el torear despacio. El toreo de toda la vida, que yo creo que es el que pone a todo el mundo de acuerdo. -¿Cómo ve el resto de temporada?-Espero que todo siga fluyendo de forma natural, y que, en las plazas en las que vaya a hacer el paseíllo, vuelva a hacerlo con la misma intención de entregarme, y de poner esa entrega a disposición del toreo. Los triunfos no es lo que más me obsesiona. Me gustan, como a todo el mundo y los necesito, pero le doy mayor importancia al cómo se consiguen, y yo creo que eso es lo que marca la diferencia. -¿Madrid en Otoño?-Ojalá. La verdad es que no sé nada, pero Madrid es mi plaza, en la que todo es a lo grande, en la que de verdad valen los triunfos, y estaría encantado de ir en Otoño, en San Isidro el año que viene y siempre que se pueda. Ojalá que me queden muchas tardes más en esa grandiosa plaza.Las orejas son necesarias para todos, pero más importante es dejar ese calado y esas ganas de volver a ver a un torero en el aficionado. Y eso lo ha conseguido con creces Víctor Hernández.
En el Hospital de La Princesa sigue ingresado Víctor Hernández. El sábado se llevó un volteretón en Torrejón que le dejó sin sentido, en una dura imagen en la que el torero quedó inerte sobre la arena. En la enfermería se recuperó, y … tiró para el hotel, con esa fuerza que sólo sacan los toreros. Pese al dolor, estaba orgulloso de la entrega que había tenido, ésa que ya ha mostrado todas las tardes en las que hace el paseíllo, y que ha visto su recompensa en Madrid, donde le han premiado como torero revelación. Gracias a eso, se está haciendo justicia, y se está viendo su nombre anunciado en plazas importantes.
Sonriente, con buen gesto y animado por las noticias que le han dado este miércoles, recibe a ABC en su habitación del hospital. Cerca tiene una imagen de la Virgen de Guadalupe, de la que es muy devoto. Habla con temple, como torea, con una sensatez impropia de quien empieza en esto, y las ideas muy claras de lo que busca.
-La primera pregunta es obligada: ¿Cómo se encuentra?
-Bien, la verdad es que me encuentro bastante mejor que después de la cogida. Los primeros días me encontraba muy mareado y me dolía mucho la cabeza. Pero ya físicamente me encuentro mucho mejor, y anímicamente, desde el primer momento, me encuentro muy tranquilo y muy motivado por mi entrega.
-¿Intentó salir a matar al sexto?
-En el momento perdí el conocimiento, pero en cuanto lo recuperé quería salir a matar al toro. Entre que me hicieron varias pruebas así rápidas de a ver si todo estaba bien, se me pasó el tiempo y no pude salir a matar el toro.
-Menos mal..
-Ahora veo que mejor, porque estaba muy conmocionado. Después el médico me mandó para mi casa, no sé por qué. Me fui al hotel, y ahí estaba como ausente, se me cerraban incluso los ojos. Al día siguiente ya fui al hospital y me detectaron la factura y el sangrado. Y ahora estoy aquí, tomándomelo como un pequeño descanso para volver con con más fuerza.
-Las prisas para los delincuentes y los malos toreros, ya lo decía Juncal. Y como usted no lo es, se lo toma con calma, pero ¿tiene plazos de recuperación?
-El domingo me dijeron diez días. Esta mañana me han dicho los médicos que apenas habían visto evolución. Lo bueno es que no se ha visto tampoco contrario, sino que la cosa está un poquito parada, pero se ve algo mejor. Esto es algo que va lento, y que hay que tratar con con cuidado, porque al fin y al cabo es una hemorragia en la cabeza, y cualquier golpe o mal gesto puede hacer incluso que me tengan operar de urgencia. Entonces me lo tomo con tranquilidad, en mano de los médicos, que son los que saben, y ojalá cuanto antes pueda estar toreando otra vez. Pero con calma, porque quiero reaparecer estando lo más cercano al 100%, para dar una tarde buena de todos.
-Vamos a algo más agradable. ¿Cómo vivó la tarde de Madrid?
-Fue muy bonita. La llevaba preparando mucho tiempo, prácticamente todo el invierno, porque sabía que era una oportunidad única para mí. Era mi tercera tarde en San Isidro, y tenía que pasar algo importante para que se siguiese contando conmigo. No quería que pasara en balde, y yo creo que lo conseguí.
-Y tanto que lo consiguió. Ha sido premiado como torero revelación. ¿Ve así premiada su entrega?
-Ese premio ha sido una motivación muy grande. Aparte del calado en el aficionado y encontrar el toreo, que yo creo que eso es lo más importante, iba buscando algún tipo de triunfo que también me avalara el poder entrar en otras ferias. Estos galardones te ponen un poco en órbita y te dan te dan algo de de caché o de importancia, por llamarlo de alguna manera.
-¿Y siente que le ha puesto en órbita?
-Creo que sí. Después de lo de Madrid, José María Garzón fue le primer empresario que contó conmigo para Torrejón, y también para Málaga el 15 de agosto. Nos llamaron de Soria, para para el fin de semana (para sustituir a Marco Pérez el domingo), pero por este percance no he podido coger alguna sustitución. Pero sí siento que, sobre todo, la afición tiene ganas de verme torear. Y también a mí me ha dado mucha paz interior y motivación ver que este camino y esta búsqueda de mi toreo, que es lo que estoy, sí que cala y llena a la afición. Y eso pues es lo más bonito que hay.
-¿Y qué busca en su toreo?
-Eso es difícil, pero me gusta la verdad y la pureza del toreo, el torear despacio. El toreo de toda la vida, que yo creo que es el que pone a todo el mundo de acuerdo.
-¿Cómo ve el resto de temporada?
-Espero que todo siga fluyendo de forma natural, y que, en las plazas en las que vaya a hacer el paseíllo, vuelva a hacerlo con la misma intención de entregarme, y de poner esa entrega a disposición del toreo. Los triunfos no es lo que más me obsesiona. Me gustan, como a todo el mundo y los necesito, pero le doy mayor importancia al cómo se consiguen, y yo creo que eso es lo que marca la diferencia.
-¿Madrid en Otoño?
-Ojalá. La verdad es que no sé nada, pero Madrid es mi plaza, en la que todo es a lo grande, en la que de verdad valen los triunfos, y estaría encantado de ir en Otoño, en San Isidro el año que viene y siempre que se pueda. Ojalá que me queden muchas tardes más en esa grandiosa plaza.
Las orejas son necesarias para todos, pero más importante es dejar ese calado y esas ganas de volver a ver a un torero en el aficionado. Y eso lo ha conseguido con creces Víctor Hernández.
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