La posibilidad del fracaso existe pero se nos olvida. De 2010 a 2020, el mundo vivió protestas masivas en muchos países, y el periodista Vicent Bevins , corresponsal en Brasil o Indonesia para potentes diarios de Estados Unidos, las cubrió y trató de desentrañar. No es fácil , la posibilidad del fracaso es alta aquí. Pero no pecó de soberbio y en ‘ Si ardemos ‘ (ed. Capitán Swing), un estimulante y detallado análisis recién publicado en España, ha profundizado durante cuatro años con entrevistas con actores de las variadas revueltas (Brasil, Hong Kong, Chile o Egipto) que soñaron con cambiar las estructuras de poder y no lo lograron.Que la esperanza no decaiga, quizá fue (o no) un ladrillo de un nuevo bloque que otras fuerzas intentarán demoler. Bevins concluye que la representación parlamentaria es útil y que los movimientos que tenían organización previa, como los ultranacionalistas en el caso del Euromaidán ucraniano, sí provocaron un cambio real… La mayoría casi fue a peor. Hablamos también de las mal llamadas Primaveras Árabes (cuando allí era invierno, pero ya sabéis que el Atlántico Norte marca los títulos nobiliarios), levantamientos espontáneos, horizontales y en donde se discutía en asambleas cuánticas la paradoja del liderazgo del no-liderazgo como dogma e imposición del no-liderazgo. ¡Zenón de Elea se la gozaría con esta actualización a sus hallazgos trol! España sale apenas, nuestro 15M y su cántico ‘ No nos representan ‘. Pero es que de ahí llegó el ‘Gobierno más progresista de la historia de la democracia’. En 2011, se salió en masa contra el bipartidismo en medio de una crisis financiera global con una resaca atroz y con recortes y un paro tipo los Cristiano Ronaldo del fracaso como país. Luego estaba Messi, o sea Grecia. Y hubo casos de corrupción para los anales de nuestro ano. Y estos días, estos años, la vivienda sigue en picos históricos como obstáculo existencial irresoluble, y Santos Cerdán y Ábalos nos guían. Y Sumar y Podemos, a palos como muleta. ¿Qué puede esperar aquel joven sin futuro de entonces, y ahora canoso sin futuro, del mañana que, como decía James Bond, un pijo con ‘gadgets’, nunca muere en su posibilidad del fracaso? La posibilidad del fracaso existe pero se nos olvida. De 2010 a 2020, el mundo vivió protestas masivas en muchos países, y el periodista Vicent Bevins , corresponsal en Brasil o Indonesia para potentes diarios de Estados Unidos, las cubrió y trató de desentrañar. No es fácil , la posibilidad del fracaso es alta aquí. Pero no pecó de soberbio y en ‘ Si ardemos ‘ (ed. Capitán Swing), un estimulante y detallado análisis recién publicado en España, ha profundizado durante cuatro años con entrevistas con actores de las variadas revueltas (Brasil, Hong Kong, Chile o Egipto) que soñaron con cambiar las estructuras de poder y no lo lograron.Que la esperanza no decaiga, quizá fue (o no) un ladrillo de un nuevo bloque que otras fuerzas intentarán demoler. Bevins concluye que la representación parlamentaria es útil y que los movimientos que tenían organización previa, como los ultranacionalistas en el caso del Euromaidán ucraniano, sí provocaron un cambio real… La mayoría casi fue a peor. Hablamos también de las mal llamadas Primaveras Árabes (cuando allí era invierno, pero ya sabéis que el Atlántico Norte marca los títulos nobiliarios), levantamientos espontáneos, horizontales y en donde se discutía en asambleas cuánticas la paradoja del liderazgo del no-liderazgo como dogma e imposición del no-liderazgo. ¡Zenón de Elea se la gozaría con esta actualización a sus hallazgos trol! España sale apenas, nuestro 15M y su cántico ‘ No nos representan ‘. Pero es que de ahí llegó el ‘Gobierno más progresista de la historia de la democracia’. En 2011, se salió en masa contra el bipartidismo en medio de una crisis financiera global con una resaca atroz y con recortes y un paro tipo los Cristiano Ronaldo del fracaso como país. Luego estaba Messi, o sea Grecia. Y hubo casos de corrupción para los anales de nuestro ano. Y estos días, estos años, la vivienda sigue en picos históricos como obstáculo existencial irresoluble, y Santos Cerdán y Ábalos nos guían. Y Sumar y Podemos, a palos como muleta. ¿Qué puede esperar aquel joven sin futuro de entonces, y ahora canoso sin futuro, del mañana que, como decía James Bond, un pijo con ‘gadgets’, nunca muere en su posibilidad del fracaso?
ANTICASITODO
Vicent Bevins publica ‘Si ardemos’, sobre el fracaso de las revoluciones de la pasada década
La posibilidad del fracaso existe pero se nos olvida. De 2010 a 2020, el mundo vivió protestas masivas en muchos países, y el periodista Vicent Bevins, corresponsal en Brasil o Indonesia para potentes diarios de Estados Unidos, las cubrió y trató de desentrañar. No es fácil … , la posibilidad del fracaso es alta aquí. Pero no pecó de soberbio y en ‘Si ardemos‘ (ed. Capitán Swing), un estimulante y detallado análisis recién publicado en España, ha profundizado durante cuatro años con entrevistas con actores de las variadas revueltas (Brasil, Hong Kong, Chile o Egipto) que soñaron con cambiar las estructuras de poder y no lo lograron.
Que la esperanza no decaiga, quizá fue (o no) un ladrillo de un nuevo bloque que otras fuerzas intentarán demoler. Bevins concluye que la representación parlamentaria es útil y que los movimientos que tenían organización previa, como los ultranacionalistas en el caso del Euromaidán ucraniano, sí provocaron un cambio real… La mayoría casi fue a peor. Hablamos también de las mal llamadas Primaveras Árabes (cuando allí era invierno, pero ya sabéis que el Atlántico Norte marca los títulos nobiliarios), levantamientos espontáneos, horizontales y en donde se discutía en asambleas cuánticas la paradoja del liderazgo del no-liderazgo como dogma e imposición del no-liderazgo. ¡Zenón de Elea se la gozaría con esta actualización a sus hallazgos trol!
España sale apenas, nuestro 15M y su cántico ‘No nos representan‘. Pero es que de ahí llegó el ‘Gobierno más progresista de la historia de la democracia’. En 2011, se salió en masa contra el bipartidismo en medio de una crisis financiera global con una resaca atroz y con recortes y un paro tipo los Cristiano Ronaldo del fracaso como país. Luego estaba Messi, o sea Grecia. Y hubo casos de corrupción para los anales de nuestro ano. Y estos días, estos años, la vivienda sigue en picos históricos como obstáculo existencial irresoluble, y Santos Cerdán y Ábalos nos guían. Y Sumar y Podemos, a palos como muleta. ¿Qué puede esperar aquel joven sin futuro de entonces, y ahora canoso sin futuro, del mañana que, como decía James Bond, un pijo con ‘gadgets’, nunca muere en su posibilidad del fracaso?
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